Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


lunes, 28 de diciembre de 2015

Claves del bienestar humano. El descubrimiento de ese germen vital que late en el fondo de la existencia humana




9.- El descubrimiento de ese germen vital que late en el fondo de la existencia humana.
                                                 
¿Es posible el bienestar cuando carecemos, por ejemplo, de salud, de dinero, de vivienda o de trabajo? Nuestra respuesta, constatada en múltiples y diferentes experiencias propias y ajenas es positiva. Aunque es cierto que la carencia de cualquiera de estas necesidades y de estos derechos humanos puede desequilibrar toda la vida, arruinarla y hacerla desgraciada, también es verdad que, a veces, es posible compensar el malestar con el disfrute de otros beneficios. Esta posibilidad, sin embargo, no ha de eximir a los poderes públicos ni a los convecinos más “próximos” de la obligación de paliar solidariamente tales carencias y sufrimientos.

En una visita a los hospitales o a las residencias de ancianos, por ejemplo, podemos comprobar cómo algunos pacientes, incluso graves, están contentos, alegres y, en cierta medida, se sienten felices. ¿Porqué? Sus respuestas a nuestras son múltiples: porque tienen esperanza, porque están acompañados por la familia y por los amigos, porque confían en los profesionales de la medicina, porque están mejorando, porque algún hijo ha aprobado una asignatura o ha logrado un empleo o, simplemente, porque ha ganado el Cádiz.

Sin caer en ingenuos optimismos, hemos de buscar la fórmula eficaz para evitar que la desolación pesimista nos contagie y tiña toda nuestra existencia con los colores lúgubres de los lamentos pero, además, hemos de encontrar un acicate al que agarrarnos y una clave que nos ayude a interpretar los signos de esperanza que lucen en medio de, a veces, oscuro paisaje. Si las sombras y los nubarrones pueden servir para resaltar las luces y para aprovechar mejor los días soleados, la profundización en el dolor y en la miseria del mundo nos puede ayudar para que descubramos el germen vital que late en el fondo de la existencia humana. Si pretendemos evitar el desánimo, en el balance permanente de la crítica y, sobre todo, de la autocrítica, hemos de evaluar los otros datos positivos que compensan los malos tragos.


Apoyándonos, por ejemplo, en la convicción de la dignidad y de la libertad del ser humano, en nuestra capacidad para mejorar las situaciones y para aprender, sobre todo de los errores, podemos  alentar esperanzas y elaborar proyectos de progreso permanente de cada uno de nosotros y de la sociedad a la que pertenecemos.


José Antonio Hernández Guerrero

domingo, 27 de diciembre de 2015

Las claves del bienestar. Balance


                                     
En esta ocasión –queridos amigos- me propongo –os propongo- que, al menos una vez, nuestro balance de final de año se reduzca al recuento de los datos positivos, a los momentos efímeros pero saludables, en los que nos hemos sentido contentos. Me refiero a aquellos comportamientos que, sencillos y quizás espontáneos, nos han resultado gratificantes, saludables y nutritivos.

Podríamos recordar, por ejemplo, las sensaciones hondas que nos produjeron la contemplación, simplemente, de este cielo tan azul, de este mar tan cambiante y de este clima tan suave. Me refiero a esos hechos que, aunque ajenos a nuestra voluntad, favorecen nuestra sobre-vivencia  y nuestra con-vivencia.


Ya sé que suena a tópico excesivamente cursi, pero no tengo más remedio que re-vivir, sobre todo, aquellas circunstancias concretas en las que expresamos amor, cariño y amistad. Permitidme, por favor, que os repita que os quiero. Un beso.


  José Antonio Hernández Guerrero 

lunes, 21 de diciembre de 2015

Café de redacción en el Hotel Monasterio del Puerto de Santa María


En un ambiente cálido y distendido, nos hemos reunido hoy en la cafetería del Hotel Monasterio, los miembros del Club de Letras: Antonio Rozas, Juan Leiva, Pepa González, José Antonio Hernández y una servidora. Las conversaciones surgidas han sido variadas y espontáneas. Hemos empezado hablando de amigos y familiares ancianos o enfermos, planteando los pros y los contras de la atención de los mismos en el propio domicilio o en una institución adecuada; llegando a la conclusión de que -además de los cuidados pertinentes- las personas que están en esta situación necesitan, sobre todo, sentirse acompañadas y queridas. También hemos comentado casos concretos en los que personas aquejadas de una enfermedad importante son capaces de sentirse bien, de disfrutar de la vida en la medida de sus posibilidades y de contagiarnos su entusiasmo; una actitud realmente aleccionadora.

La animada charla nos llevó a otro terreno bien distinto, el del arte flamenco, que nos hizo evocar nuestras experiencias personales: la peña Enrique el Mellizo de Cádiz, donde José Antonio tiene una larga trayectoria como un experto aficionado, El olé de la Curra que fue creado por un familiar de Pepa, la tradición de las peñas flamencas jerezanas y el estudio de la figura de la mujer a lo largo de la historia del flamenco. Para rematar la faena, Antonio se arrancó con una letrilla dejándonos tan sorprendidos como deleitados.

Cambiamos de tercio haciendo una reflexión sobre la importancia del respeto a través de la palabra, del cuidado de la misma para no ejercer la violencia verbal que es homicida y suicida, de la responsabilidad que tenemos todos de no banalizar el lenguaje oral y de la necesidad de que tomemos conciencia de todo ello. Hicimos alusión a algunos ejemplos, entre ellos al estilo de algunos programas televisivos y de la mayoría de los debates políticos, manifestando que estos referentes tienen una responsabilidad añadida al tratarse de entidades públicas.

Entre tantos temas variopintos, también hicimos un inciso literario, aunque ya sabéis que la literatura y la vida son indisociables. Antonio Rozas nos leyó el cuento Carpio el pasiego de su libro De Cantabria a Cádiz y Juan Leiva nos regaló su libro Lecturas e imágenes alcalaínas con dedicatoria incluida. José Antonio aprovechó para exponer la diferencia entre escribir nuestra vida como una crónica y escribir a través de nuestras experiencias vitales que son únicas.

Para acabar nuestro encuentro, dimos un paseo por las dependencias del hotel para contemplar su exquisita decoración, encontrándonos con una exposición de dibujos adorables que plasmaban una serie dedicada a gatos y perros que representaban a personajes famosos. José Antonio no pudo evitar registrarlos con su cámara.

Finalmente, nos despedimos con el deseo de que pasásemos unas entrañables fiestas navideñas. Deseo que, por supuesto, hacemos extensible a todos vosotros.


Luisa Niebla
18 de diciembre de 2015

El día de la reflexión



La mañana del día de las elecciones estaba cumpliendo con todo lo esperado: un sol joven y radiante se elevaba bajo un impecable cielo azul regalándonos una temperatura agradable a la que acompañaban el verdor de los setos vegetales recortados junto a las aceras y el sonoro gorjeo vitalista, proveniente de la enorme arboleda donde un sinfín de pájaros pugnaban por hacerse un lugar en el espectáculo de la calle, que además de su frescura, hoy también abrazaba un cierto anhelo de dominical esperanza brotada del sentimiento más íntimo llegado desde la ilusión democrática y la sensatez común entre los pocos transeúntes que a esa hora temprana caminaban tranquilos, pasaban veloces y esforzados enfundados en sus atuendos deportivos o desayunaban privadamente bajo los soportales de sus casas junto a sus hijos.

No se trataba del Edén. Era sencillamente el día elegido por el calendario electoral, ese día en el que junto el resurgimiento de las esperanzas ciudadanas, se acallaron las soflamas, arengas y lindezas vertidas con naturalidad desde las tribunas televisivas, donde figuraron como actores todos los pretendientes que hasta ayer nos castigaron por los flancos con sus habituales discursos cargados la mayor de las veces de banalidades, requiebros dialécticos o teatrales agresiones entre postulantes.

Discursos con los que distraer al personal con minucias y miserias y no dar así a los votantes la oportunidad de reflexionar sobre el estado del acerado al que llegaban las fragancias de los setos, el cuidado de los parques y arboledas desde el que trinaban los pájaros, la acallada contaminación urbana, el no siempre transparente destino de los impuestos o las obligaciones sociales del nuevo gobierno para con aquellos que con extrema dificultad, se bañan todo el año en la realidad de no llegar a fin de mes, y ya en España -Otra vez como antaño- situados frente a la ignominia de verse obligados a enviar a sus hijos mal nutridos o directamente sin desayunar a unos colegios cada vez más carentes de dotaciones y cada vez más tristes y más grises, ante la falta de esperanza de sus alumnos por alcanzar en el día de mañana, una oportunidad con la que poder vivir con dignidad, muy lejos de la cacareada recuperación económica perfectamente camuflada entre el batallón de los índices e indicadores de la injusticia, que amenaza con convertirse en endémica como antaño, capaz solo de repartir sus mieses entre los pocos elegidos entre los que no se encontraran la mayoría de españoles que pretendan ganarse la vida, -ilusos ellos- de forma honesta y digna solo con el solo esfuerzo de su trabajo.

Sin embargo, un sucedáneo del Edén sí que se encontraba no muy lejos de la ciudad. Tras haber concurrido esa misma mañana a las urnas, rodeado de una nube de cámaras y fotógrafos, uno de los machacones oradores de la campaña, desde su atalaya del Olimpo hablaba con su rival en tono reflexivo en la seguridad de su encumbrada y exquisita discreción.

-      Nada. De eso nada, que si tras las elecciones hablamos de esa forma a los votantes -Se refería a los ciudadanos- se nos despabilan y lo mismo en poco tiempo deciden pedirnos que discutamos sobre programas electorales libres de locuacidades y chácharas y nos exigen otros repletos de contenidos serios. ¿Se imagina una campaña así con el esfuerzo que requeriría todo eso?

Sin embargo hoy su clásico interlocutor de la otra cara de la moneda no actuaba como de costumbre, y además de guardar silencio y escuchar atentamente al súper político encumbrado de la soledad, esta vez tenía levantado el mentón sin dejar de abandonar su acostumbrada cara de póquer profesional. El otro seguía.

-      ¿No te das cuenta? ¿Cómo se te ocurre que hablemos de actuaciones concretas y específicas sobre las ciudades? Es una insensatez hablar de partidas presupuestarias cuantificadas donde se señale con transparencia el origen y el destino del dinero que hará posible cualquier ejecución en una fecha del calendario. ¡Qué horror! Al votante -Se refería al ciudadano- le puede sobrevenir la ocurrencia de actuar como soberano depositante de la confianza sobre sus gobernantes, incluso medirnos por el grado de coherencia de los dichos y los hechos como representados suyos. ¿No se da cuenta mi querido amigo del peligro al que nos enfrentamos si no evitamos como es debido tamaña osadía?

La mañana que a ambos lados de la ciudad discurría como había empezado, -Entre esperanzas y reflexiones- a este lado aconsejaba con tomar el refugio del sol y sombra otoñal bajo la Jacarandá que presidía al fondo la inmensa explanada tapizada con aquel impoluto césped perfectamente regado y mejor cortado. ¡Ah si de verdad dejara de llover, el magnífico negocio que podríamos hacer entonces con la privatización de nuestra abandonada red hidráulica! Reflexión que al amparo de los diminutos arcoíris surgidos a contraluz desde los lejanos aspersores, solo se atrevió a pasar por las cabezas de ambos interlocutores, esperanzados a la postre, con que la cíclica sequía climática, nos alcanzara finalmente y de una vez por todas, tal y como había ocurrido toda la vida. ¿Se deberá su tardanza al cambio climático ese de París?

-      A cambio, mi querido amigo, le voy a proponer a usted una alternativa. Lejos de hablar de impuestos ni de nada que pueda despabilar al personal, echaremos mano de nuevo de nuestros dos fieles aliados, ya sabe a que me refiero: la crispación y el miedo, que a lo sumo, erosionaran un poco a la marca España y como este país parece resistirlo todo, pues no pasará nada y al final nosotros mandando como es debido.

Un suspiro conjunto y una suave afirmación de asentimiento parecieron sellar una especie de acuerdo en relación con la marca referida. Y es que en el mundo del mercado, todo lo que se menea aparece en venta. Los negocios son los negocios y lo demás, bagatelas antiguas sin importancia.

-      Ya sabe. Lo de siempre: que si la extrema izquierda, que si eliminaran la propiedad privada, lo de la desconfianza de los mercados, que si nuestros socios europeos, y si hiciera falta, hasta que la ira del mismísimo Zeus se cernerá sobre nuestras cabezas aplastándonos con su catastrófico rayo.
-      ¿Zeus?
-      Lo ve mi querido amigo, al igual que usted, todos creerán que se trata de un condenado bolchevique enviado desde Venezuela financiado por el propio diablo. Funcionará, se lo digo yo.

Después; llegó el aperitivo y el paseo familiar entre los setos de la alomada explanada con vistas a la sierra junto al repaso acostumbrado de los temas de siempre sobre los que ambos poco tenían que decir, a saber: el modelo de estructura económica del país para resistir mejor las crisis venideras, el programa de inversiones públicas, el impulso a la investigación, el desarrollo de un sistema energético autóctono que nos independice de la especulación ajena, la reindustrialización del país, el pacto nacional de la educación en el que se empeñan algunos ilusos, la racionalización de horarios laborales y la competitividad de las empresas, la formación de los futuros profesionales, el apoyo económico a las familias hundidas tras la crisis, la soberanía y la independencia política y en fin, todas esas cosas de las que hablan dos amigos durante el aperitivo en la confianza que quedarán a buen resguardo de la discreción y en la tranquilidad que solo quedarán en palabras, pues sobre ellas, los hechos, ya llegarán a su debido tiempo cuando otros hagan ese esfuerzo por nosotros. Que ya se sabe, siempre nos quedará el consuelo clásico de decir: ¡Que inventen ellos!


Manuel Bellido Milla.



domingo, 6 de diciembre de 2015

El arte de amar la vida



A Ovidio

Te gustaba, oh, poeta, beberte la vida a grandes sorbos
como si cada momento de placer fuera el postrero,
como si la vida claudicara tras el goce extremo
de los sentidos, como si la catarsis y el orgasmo
devinieran en un socavón profundo del latido y
del aliento y todo el oro se hiciera polvo entre
tus manos impotentes.

Anhelabas gozar con la carne y con el alma
cada brizna de tiempo detenido, cada soplo de aire
en el velamen inmenso del espíritu inquieto,
cada instante culminante de amor, de sexo o
de excelsa literatura leída con deleite
para atemperar el pulso vertiginoso de los nervios.

Y cada bocanada de vida era hecha palabra y verso,
estrofa y poema en el fértil pergamino de tu exigencia.
Y así te erigiste en el cronista certero de las metamorfosis
de hombres, héroes y dioses que sólo a ti confiaban
sus disfraces, apariencias, mentiras e imposturas.
Sólo tú fuiste el testigo de sus correrías y sus devaneos,
de sus excesos y de sus hecatombes.

Tú, poeta del amor y del delirio,
biógrafo privilegiado de dioses y de musas,
supiste reír cuando todo el cielo era ancho y extenso
y supiste llorar cuando el cielo se te cayó de golpe
sobre los hombros, haciéndose pedazos.


Juan Emilio Ríos Vera

sábado, 5 de diciembre de 2015

Claves del bienestar humano. El riesgo de dejarnos llevar por un consumismo entontecedor



   
8.- El riesgo de dejarnos llevar por un consumismo entontecedor
                            
Aunque es cierto que, para estar bien y para sentirnos mejor, es necesario que tengamos cubiertas algunas necesidades materiales personales como la comida saludable, la bebida sana, unos vestidos limpios, una vivienda digna, un empleo estable, el acceso a la salud y a la educación, también es verdad que, estos bienes imprescindibles no son suficientes para lograr el bienestar humano. Hemos de tener en cuenta también el bienestar familiar, el bienestar laboral, el bienestar social y el bienestar espiritual, esos estados satisfactorios que logramos mediante el contacto interpersonal y a través del establecimiento de relaciones humanas gratificantes gracias a uso de los lenguajes, de los intercambios de bienes y, en resumen, mediante la convivencia en paz y la colaboración productiva.

Pese a que el bienestar es, en su mayor parte, subjetivo, los factores externos son también determinantes y pueden facilitar o impedir las satisfacciones personales. A veces el ambiente que se crea mediante las cordiales relaciones de los miembros de una familia modesta o la atmósfera de la comunicación que se genera en una ciudad con renta per capita relativamente baja, favorece un sentimiento de bienestar más intenso que el de las poblaciones consideradas ricas. La socióloga María Ángeles Durán subraya que las encuestas realizadas en distintos países de la Unión Europea muestran cómo el sentimiento de bienestar en los países con mayor renta per cápita –como Alemania- no es mayor que el de los menor riqueza –como España-.

Pero hemos de tener en cuenta que ese bienestar social a veces es entendido como un consumismo “entontecedor” que, potenciado por la permanente influencia de los medios de comunicación social, nos conduce a la pasividad, al conformismo y a la aceptación de que las apariencias valen más que la realidad, de que tener importa más que ser, que los  valores morales carecen de sentido y que, anulando nuestra capacidad crítica, aceptemos, por ejemplo, que la desigualdad y la acumulación de recursos en escasas manos son los motores indispensables del crecimiento.


  José Antonio Hernández Guerrero



sábado, 28 de noviembre de 2015

Reseña de la reunión del Club de Letras en Algeciras y de la presentación de la novela La casa número 50 de Josefina Núñez

Reseña de la reunión del Club de Letras en Algeciras y de la presentación de la novela La casa número 50  de Josefina Núñez. Centro de Documentación José Luis Cano, 27 de noviembre de 2015.

Ayer tuve la suerte de ir a Algeciras a nuestra primera reunión de curso. La carretera fue dócil durante el trayecto, el clima se mostró condescendiente y el aparcamiento, en pleno centro de la ciudad, nos sobrevino a modo de buen presagio. Justo al desembocar la calle, nos topamos con un novísimo edificio en cuyas altas paredes se incrustaban, a modo de cenefa, unas poderosas letras grises que rendían tributo a la modernidad. Estábamos ante las puertas del Centro de Documentación José Luis Cano. Y fue allí donde, de forma espontánea, comenzamos nuestra charla introductoria a la reunión en compañía de Paco Herrera, de Cristóbal Moreno, de Josefina Núñez y de José Antonio Hernández.

Más tarde, en el interior del Salón de Actos, se fueron sumando otros amigos con los que tuvimos el gusto de compartir nuestras inquietudes literarias. De nuevo, volvimos a reflexionar sobre la necesidad de interpretar la vida e ir descubriendo sus misterios, conscientes de ese margen de error que plantea lo desconocido y también de la aventura que supone este peregrinaje por la vida-literatura: “Las cosas que merecen ser hechas, merecen ser mal hechas”.

José Antonio, haciéndose cargo de la parte práctica, nos recomendaba aprender a escribir leyendo cualquier tipo de textos para detectar alguna palabra que no solamos usar y trabajar con ella, no solo con la mera búsqueda en el diccionario, sino elaborando una lista de significados parecidos –los sinónimos estrictos no existen-, preguntando a otros, anotándola en un cuaderno y escribiendo una frase, luego otra y otra, hasta que la hayamos incorporado a nuestros textos de forma natural.

Posteriormente, surgió un animoso debate provocado por una sugerente pregunta que lanzó al aire  el compañero Cristóbal: ¿Cómo leer la vida? Las respuestas fueron variadas, pues todos los presentes participaron dando su punto de vista, hasta que formamos un puzle abierto donde podemos, entre todos, seguir rellenando huecos, seguir reflexionando. Os resumo las aportaciones:

-   Leemos la vida contando la realidad
-  Para leer la vida, tenemos que fijar nuestra atención en los detalles
-  No basta con leer textualmente la vida, hay que hacer una lectura profunda para extraer sus significados más hondos.
-   Leer la vida es interpretarla con nuestra visión y con nuestra experiencia
-   La vida es inabarcable, no se puede leer del todo
-   La lectura de la vida cambia con el paso del tiempo, según vamos viviendo
-   Leer la vida es descubrir sus significados y, este proceso, tiene que ver con nuestras propias vivencias
-   Leer la vida no es solo estar informados, hay que interpretar la realidad de los episodios que vivimos desde los pensamientos, las sensaciones y las emociones que nos suscitan los mismos.

Haciendo alusión a la novela de Josefina, José Antonio apostillaba que la escritura es una lectura de la vida, que la misma selección de los episodios -del espacio y del tiempo- denota una visión personal del mundo, de la vida. Pero –continuaba diciendo- no podemos olvidar que tenemos que aprender de los otros y que no podemos encerrarnos en nuestras experiencias. Hay que ser alumnos de la vida, siempre aprendices, para no caer en la tentación de creer saberlo todo y así estancarnos e ir muriendo sin posibilidad de crecer. Tenemos que recordar continuamente que “La vida empieza Hoy”.

Con este buen sabor de boca, comenzamos la presentación de la novela “La casa número 50” de nuestra querida compañera Josefina Núñez Montoya. Abrió el acto, impecablemente, Rafael Fenoy. Ya hemos hablado en muchas ocasiones de la función que ha de desempeñar la persona que preside la mesa en un acto público.

José Antonio comenzó su presentación explicando que no era su intención hacer elogios gratuitos, que quería evitar exageraciones porque éstas dibujan caricaturas, no retratos fidedignos. Por eso, afirmaba la elevada calidad de esta novela desde la perspectiva de la Teoría de la Literatura. Resaltó su vigor estético, ético y pedagógico para alentar la lectura y la escritura y para alentar la vida. Para ilustrar esta afirmación, puso como ejemplo un párrafo de la página 44 que nos leyó pausadamente.  Refiriéndose a la novela en su conjunto, nos habló de la buena literatura, que es aquella que nos proporciona una nueva visión, unas ideas nuevas que nos ayudan a crecer. El lenguaje literario, añadía, es un estímulo contra la apatía, contra el miedo al paso del tiempo y contra la soledad. Crear un texto bello, como es el caso, nos acerca a la esperanza y al amor, que pueden suavizar, aliviar e incluso curar las heridas inevitables de la vida. Ante los espacios y los territorios que transitamos y que condicionan nuestra experiencia vital, esta novela se alza como un grito entusiasta que nos estimula para que nos alegremos de estar vivos y para que nos sintamos felices y agradecidos. Porque la novela nos hace pensar, leer, interpretar y, por tanto, vivir más intensamente la vida.

          José Antonio resaltó cuatro rasgos implícitos en la obra: autenticidad, sencillez, sensibilidad y compromiso. Pasó a explicarlos de la siguiente manera: la autenticidad se hace visible en la mirada propia de la autora, coherente consigo misma y con su visión del mundo. La sencillez, en la forma de limpiar la palabra de adherencias. La sensibilidad con el ser humano, en los propios personajes. El compromiso, en la forma en que nos estimula a pensar y a vivir de una manera más lúcida.

          Otros aspectos que destacó en esta novela fueron: los silencios que permiten contemplar el paisaje exterior y reflejar el interior, el dominio de los recursos técnicos de la narración, la fuerza de unas palabras no contaminadas y la exigencia del derecho a volar con la imaginación a través de transformaciones estéticas que nos ofrezcan un escape a la frívola heterodoxia y a la trasnochada ortodoxia.

          Una vez concluida la presentación, tomó la palabra la propia autora que declaró sentirse muy agradecida por tan buena compañía, la de los componentes de la mesa y la del resto de amigos que ocupaban la sala. A continuación, Josefina nos contó que en su novela había una historia dentro de otra historia y que el porqué de esta invención se hallaba también entre sus páginas. Nos decía que el protagonista se refugia en la casa nº 50 para escuchar los silencios que le responderán a sus preguntas fundamentales. Y  es en el transcurso de la novela donde él va creciendo, va dándose cuenta de las verdades que está buscando.

          Con este sorprendente enigma rondando nuestras cabezas, se dio por finalizado el acto y nos despedimos hasta la próxima. La luna llena nos acompañó durante el camino de regreso.
   

María Luisa Niebla
28 de noviembre de 2015                            





Claves del bienestar humano. Contar y recontar las experiencias positivas de la vida




        7.- Contar y recontar las experiencias positivas de la vida
                                                 

Reconociendo la utilidad terapéutica de la Psicología y, por lo tanto, la necesidad de aplicar sus tratamientos para corregir conductas dañinas, es importante que, además, valoremos positivamente las aportaciones de aquellas ideas y de aquellas pautas que están dirigidas a potenciar los valores y los goces humanos, y es conveniente que apreciemos los trabajos que proporcionan fórmulas prácticas para disfrutar, para estar más alegres y más contentos, para vivir bien y para pasarlo mejor, para ser más amables, más generosos y más solidarios.

Es cierto que el estudio de aspectos positivos como, por ejemplo, la creatividad, la inteligencia emocional, el buen humor, la sabiduría popular, la felicidad familiar y, en resumen, la “resiliencia”, tiene antecedentes ya en Aristóteles, que, como es sabido, dedicó parte de sus escritos a la εὐδαιμονία (eudaimonía, término griego habitualmente se traduce como “felicidad”), pero hemos de reconocer que es, en la actualidad, cuando se están desarrollando estudios científicos que nos proporcionan unas técnicas muy útiles para que nos acerquemos a unas metas más ambiciosas que la mera aspiración a  sobrevivir, a trabajar y a reproducirnos. Superadas las etapas evolutivas básicas señaladas tradicionalmente por Abraham Maslow -uno de los fundadores y principales exponentes de la psicología humanista-, podemos confiar –querido Juan- que tanto a ti como a mí, todavía nos restan demasiados años de vida en los que podemos seguir aumentando la calidad de nuestro bienestar. Tú sabes cómo los psicólogos pertenecientes a esa corriente científica humanista han descubierto que los factores asociados a estados anímicos positivos nos orientan y nos estimulan hacia una manera más reconfortante de relacionarnos con la Naturaleza y con los demás miembros de la familia y de la sociedad.


Es posible que, en ese aumento, no sólo de expectativas sino también de calidad de vida del ser humano en las últimas décadas, esté influyendo, además de las importantes investigaciones clínico-epidemiológicas, ese conjunto de factores que trascienden lo meramente biológico, y que, como tú sabes bien, tienen mucho que ver con el bienestar subjetivo, con esa capacidad para sobreponiéndose a los dolores del cuerpo y a los sufrimientos del espíritu, sentirnos más fuertes y más contentos. Estoy convencido –querido maestro Juan- de que esta época –la histórica y la biográfica- si sabemos administrarla contando y recontando los aspectos positivos de nuestra propia vida, puede ser la más gratificante y la más fecunda de nuestra ya dilatada existencia.

 Un abrazo agradecido, Juan.

José Antonio Hernández Guerrero

Piropo a una madre




El primer recuerdo nítido nace en una soleada mañana de invierno, junto a la puerta de la cocina, trepando por el escalón que daba al patio mientras trajinabas entre los cacharros de barro vidriado, lanzando coplas con tu voz cálida a aquel viento de Solano gélido y cortante como la hoja de una navaja. Deshaciendo por un instante aquella corriente heladora que al paso por nuestra casa, se entretenía congelando los charcos, endureciendo como el cartón a la ropa tendida y fabricando bloques de hielo flotantes sobre la pila lavadero bajo la higuera.

Éramos pobres, aunque eso lo supe después, el año en que encontramos la salida -Milagrosa- por donde escapamos de las garras de la miseria que nos rondaba emboscada entre las callejuelas, los entresijos de una educación ancestral-Inexistente más que mala- la inconsciente indolencia paternal y la acechanza de un puñado de  turbios corazones tan fríos como el Solano de esa mañana y tan próximos, como la carne o la sangre propias.

Yo no sabía nada de eso entonces, únicamente me fijaba en la calidez de tu piel y en la luz con la que se encendían tus ojos al mirarme. Era entonces cuando una sensación infinitamente confortable -Tan placentera que aún no se ha inventado palabra para ella-, me invadía por todo mí ser, inundándome de placidez y ternura. Sin lugar a dudas a tu lado era un niño feliz.

Pasaron inviernos duros y secos de lunas llenas, villancicos y aguinaldos, tardes plácidas y noches heladoras cargadas de melodías que me hablaban de barcos, trenes y el agua, encendiendo mi imaginación infantil mecida por el son de tu voz, ya acostado bajo las sábanas limpias y tu mano templada, que rivalizaba en suavidad con la de los propios ángeles que claudicaban gustosos cediendo el paso ante tu ternura y la bondad que emanaba de entre tus dedos.

Y por fin vencimos al invierno. Victoria con la que llegaron los años de lucha tenaz y callada, firme y decidida que llenó nuestras arcas de fortaleza y confianza al tiempo que se deshacía el conjuro de los torvos corazones, vencidos y ajados llenos ahora de envidia sorda o mal disimulada, mientras navegábamos protegidos por la sal de una tierra, tan nuestra como antigua y acogedora.

Y vivimos junto al mar nuestro aliado, en cuya orilla circulaban trenes y en cuyas aguas se contoneaban barcos de blancas velas y esbeltas chimeneas y sobre ellos, gentes limpias y diversas junto a un ramillete de oportunidades suficientes hasta la derrota final de la antigua indolencia paternal reemplazada ahora por el oficio y el respeto que él se merecía proveniente de un sinfín de almas compañeras y laboriosas paridoras de pantoques y palmejares, riada vital de un astillero del que formó parte en justicia y en dignidad.

Y tus ojos. Siempre tus ojos, tan azules como las aguas de ese océano tan nuestro que nos envolvía levantando olas y espumas de emoción al dejarse arrullar por las arenas templadas de nuestra playa con nombre de Victoria, la misma en la que construíamos castillos infantiles que luego reproducíamos ejerciendo como soberanos y arquitectos de nuestra propia vida con la que encarábamos al futuro repletos de sensatez, sentido común y ansias de superación.

Han pasado muchos inviernos a salvo del filo de la navaja de aquel Solano, también muchas primaveras y muchos estíos muy lejos de aquel calor abrasador dejado por la popa muchos años atrás. A cambio, quedamos confortados aquí por la caricia de las suaves brisas del Poniente llegadas por donde el mar se hace infinito, tras la línea nítida del horizonte, lejos, muy lejos de la sequedad de la tierra adentro.

Ahora que ha llegado el otoño de la vida, luces en tu semblante y en tu mente, la más maravillosa paleta de colores que jamás pudiera imaginar el pintor más ducho e impresionista. Colores del alma y del intelecto que relucen en ti compitiendo con los del propio arcoíris y que nos iluminan como fuentes de tu sabiduría innata otrora reprimida y talada, y ahora, crecida infinitamente más robusta que la vieja higuera junto a la pila y en cambio, como la del más robusto roble repleto sabia liberada, la misma que emana de la fresca sombra de tu presencia.



A mi madre Esperanza, por siempre mi esperanza.


Manuel Bellido Milla.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Apertura Club de Letras 2015-2016 en Algeciras y Presentación de La casa Nº 59, de Josefina Núñez Montoya





El próximo viernes, día 27 del presente mes de noviembre, celebraremos nuestra reunión en Algeciras, a partir de las seis de la tarde. Nos reuniremos en el Centro Documental José Luis Cano. Seguiremos el siguiente ORDEN DEL DÍA

- INFORMACIÓN SOBRE LAS ACTIVIDADES DEL CURSO 2015-2016

- PRESENTACIÓN DEL NÚMERO 22 DE SPECVLUM

- LECTURA DE TEXTOS DE UN MÁXIMO DE 25 LÍNEAS

- PRESENTACIÓN DE LA NOVELA LA CASA Nº 50, DE JOSEFINA NÚÑEZ MONTOYA




                  OS ESPERAMOS.  JOSÉ ANTONIO

lunes, 23 de noviembre de 2015

Acta de reunión de apertura del curso 2015/2016 del Club de Letras en Jerez

ACTA DE REUNIÓN DE APERTURA DEL CURSO 2015/16 

DEL

CLUB DE LETRAS EN JEREZ


Viernes 10/11/2015




El viernes 10 de noviembre del presente tuvo lugar en el Campus de Jerez nuestro primer encuentro.

Con nuevas caras y actuando de moderadora la compañera Mª Luisa Niebla, procedimos al habitual y reconfortante minuto de silencio, esta vez dedicado especialmente a la memoria de la madre de nuestra amiga y compañera Adelaida Bordés.

El profesor Jose Antonio Hernández Guerrero tomó la palabra con una introducción en la que nos recalcó como “escribir o leer en cualquier disciplina, vale en la medida en la que nos ayuda para una vida más plena. O disfrutamos de la vida o no merecerá la pena el esfuerzo de lo que hagamos”. “Como ejemplo valga -continuó- que aunque todos vayamos en un mismo vagón, cada uno seguirá caminos diferentes, y descubrirá poco apoco su propio estilo, su propia forma de leer y de escribir”.

También destacó que debe prevalecer la calidad sobre la cantidad de la lectura y escritura de los textos y explicando que aunque nos interese la extensión del tiempo, vivir mucho no es vivir mejor, que es lo que importa. Y aplicándolo a la literatura extraemos las siguientes conclusiones:

- Escribe menos, pero escribe mejor.

- Lee menos, pero lee mejor (para ir creciendo como lectores y escritores y lograr una mayor calidad literaria).

- Seleccionar muy bien los textos.

- Si no leemos de una forma adecuada, no digerimos y no sirve para nada.

- Vampirizar la lectura para absorber lo que nos interesa, antes de realizar nuestra propia escritura.

- No queremos ser escritores localistas, sino de calidad, y podemos conseguirlo, debe ser nuestro objetivo.

- Ser estrictos con los textos elegidos para los actos públicos o las publicaciones. “Las cosas que merecen ser bien hechas, merecen ser mal hechas”.

- Antes de publicar cualquier texto es una buena opción que un compañero lo revise.


Posteriormente, se hizo referencia a los dos Seminarios permanentes que se están celebrando en Cádiz, el de Escritura periodística y el de Las claves del Bienestar. El primero se celebra en el edificio Constitución 1812 de la UCA bajo la dirección de Jose Antonio, y el segundo, en el Ateneo de Cádiz (C/ Ancha, 20), coordinado por la Doctora Mercedes Díaz y la psicoanalista Carmen Campos.

En cuanto a las propuestas de actividades para este curso (primer punto del día), se barajaron algunas de las que ya se vienen celebrando, otras que ya se realizaban en el pasado y las más novedosas:

Cafés de redacción- (reuniones en nuestras localidades ante un café, para exponer nuestros pensamientos e ideas sobre temas concretos.

Grupo de teatro – (se podrán elaborar obras adaptadas a nosotros).

-Un equipo se encargará de elegir la obra (sobre un tema específico), y de coordinarla.

-Cabe la posibilidad de ejecutar obras propias, pero breves.

Actividad musical – Para aquellos compañeros que tengan cualidades musicales y quieran implicarse.

Mesa redonda – Si se sumaran personas suficientes para organizar un debate.

Tertulias literarias – Retomar nuestras tertulias literarias comenzando con la lectura del libro, “El coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez. Queda pendiente de confirmar el lugar y fecha de la celebración

Homenaje a Pilar Paz Pasamar – DIA DE LAS LETRAS.

Homenaje a Miguel Román – (compañero ya fallecido, se publicarían unas reseñas en la revista SPECULUM, o bien con un acto presencial en el Campus de Jerez.


El segundo punto del día contempló la presentación del número 22 de la revista Spéculum a cargo de su coordinadora Mª Luisa Niebla.

Ante la presencia de nuevos compañeros, Mª Luisa nos recordó el camino que sigue nuestra revista, destacando su proyección mundial a través de la Biblioteca Virtual Cervantes. También comentó los pasos a seguir para poder publicar en ella, y lo importante de atenerse a las normas de redacción establecidas.

La revista ha vuelto (a petición de muchos) a publicarse en papel, a partir del número 21, y podrán obtenerla todos aquellos-as que la encarguen previo pago de 3 euros.

En un inciso, Jose Antonio nos comentó que ante el interés creado por la revista, entre los miembros de la comunidad universitaria, en concreto por la sección de “Reseñas literarias” a los profesores se les permitirá publicar en dicha sección pertenezcan o no al Club de Letras ya que ello aumentará su difusión.

En la Biblioteca Virtual Cervantes, Jose Antonio ha recopilado y publicado, sus textos semanales con el título “Hacia un nuevo humanismo”, y podemos descargarlo en PDF, o solicitarlo en papel con un coste de unos 3 euros.

Como sorpresa para todos (aunque la noticia era conocida por los que asistimos a la reunión en Cádiz), el profesor nos comunicó que podríamos publicar nuestro propio libro. Las condiciones y cauces serían:

-Pertenecer al Club de Letras (estar inscrito o matriculado).

-Pasaría por el consejo de redacción y el mismo jurado de la Revista Spéculum.

-Publicaría un autor al mes.

-Serían libritos de un máximo de 100 páginas.

-El plazo para el envío de las obras se abrirá cuando las tres sedes sean informadas.

Mª Luisa, ante la ausencia de Antonio Díaz, coordinador del Blog del Club de Letras, se hizo cargo del tercer punto del día, explicando la sencillez y facilidad de su manejo.

Como cuarto punto, procedimos a las lecturas de los textos propios y previamente escritos de aquellos que lo desearan. Los textos leídos fueron:

“El árbol caído” de Carmen Franco

“El mejor amigo del hombre” de Mercedes Díaz

“Musa de la noche” de Josefa Chacón

“Esperando mientras juego con las preposiciones” de Rosa Marrufo
Sin título de Mercedes Romano

Aquí se dio por cerrada una sesión, o más bien, una reunión de compañeros en el arte de amar, leer y escribir, repleta de buenos consejos, lecturas y proposiciones.


Carmen Franco Sánchez

Seminario sobre "El Bienestar"

Os recuerdo -queridos amigos- que el próximo martes, día 24, a partir de las siete y media de la tarde y en la sede del Ateneo Gaditano, celebraremos la segunda sesión del Seminario sobre "El Bienestar". Ésta es otra oportunidad para que los miembros del Club de Letras y los del Seminario sobre el Lenguaje Periodístico podamos debatir sobre un tema de actualidad, y nos brinda la ocasión de elaborar una crónica, una reseña o un artículo de opinión para nuestro Blog o para nuestro periódico El Espejo. Os esperamos. Un abrazo cordial. José Antonio.
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