Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


sábado, 28 de noviembre de 2015

Reseña de la reunión del Club de Letras en Algeciras y de la presentación de la novela La casa número 50 de Josefina Núñez

Reseña de la reunión del Club de Letras en Algeciras y de la presentación de la novela La casa número 50  de Josefina Núñez. Centro de Documentación José Luis Cano, 27 de noviembre de 2015.

Ayer tuve la suerte de ir a Algeciras a nuestra primera reunión de curso. La carretera fue dócil durante el trayecto, el clima se mostró condescendiente y el aparcamiento, en pleno centro de la ciudad, nos sobrevino a modo de buen presagio. Justo al desembocar la calle, nos topamos con un novísimo edificio en cuyas altas paredes se incrustaban, a modo de cenefa, unas poderosas letras grises que rendían tributo a la modernidad. Estábamos ante las puertas del Centro de Documentación José Luis Cano. Y fue allí donde, de forma espontánea, comenzamos nuestra charla introductoria a la reunión en compañía de Paco Herrera, de Cristóbal Moreno, de Josefina Núñez y de José Antonio Hernández.

Más tarde, en el interior del Salón de Actos, se fueron sumando otros amigos con los que tuvimos el gusto de compartir nuestras inquietudes literarias. De nuevo, volvimos a reflexionar sobre la necesidad de interpretar la vida e ir descubriendo sus misterios, conscientes de ese margen de error que plantea lo desconocido y también de la aventura que supone este peregrinaje por la vida-literatura: “Las cosas que merecen ser hechas, merecen ser mal hechas”.

José Antonio, haciéndose cargo de la parte práctica, nos recomendaba aprender a escribir leyendo cualquier tipo de textos para detectar alguna palabra que no solamos usar y trabajar con ella, no solo con la mera búsqueda en el diccionario, sino elaborando una lista de significados parecidos –los sinónimos estrictos no existen-, preguntando a otros, anotándola en un cuaderno y escribiendo una frase, luego otra y otra, hasta que la hayamos incorporado a nuestros textos de forma natural.

Posteriormente, surgió un animoso debate provocado por una sugerente pregunta que lanzó al aire  el compañero Cristóbal: ¿Cómo leer la vida? Las respuestas fueron variadas, pues todos los presentes participaron dando su punto de vista, hasta que formamos un puzle abierto donde podemos, entre todos, seguir rellenando huecos, seguir reflexionando. Os resumo las aportaciones:

-   Leemos la vida contando la realidad
-  Para leer la vida, tenemos que fijar nuestra atención en los detalles
-  No basta con leer textualmente la vida, hay que hacer una lectura profunda para extraer sus significados más hondos.
-   Leer la vida es interpretarla con nuestra visión y con nuestra experiencia
-   La vida es inabarcable, no se puede leer del todo
-   La lectura de la vida cambia con el paso del tiempo, según vamos viviendo
-   Leer la vida es descubrir sus significados y, este proceso, tiene que ver con nuestras propias vivencias
-   Leer la vida no es solo estar informados, hay que interpretar la realidad de los episodios que vivimos desde los pensamientos, las sensaciones y las emociones que nos suscitan los mismos.

Haciendo alusión a la novela de Josefina, José Antonio apostillaba que la escritura es una lectura de la vida, que la misma selección de los episodios -del espacio y del tiempo- denota una visión personal del mundo, de la vida. Pero –continuaba diciendo- no podemos olvidar que tenemos que aprender de los otros y que no podemos encerrarnos en nuestras experiencias. Hay que ser alumnos de la vida, siempre aprendices, para no caer en la tentación de creer saberlo todo y así estancarnos e ir muriendo sin posibilidad de crecer. Tenemos que recordar continuamente que “La vida empieza Hoy”.

Con este buen sabor de boca, comenzamos la presentación de la novela “La casa número 50” de nuestra querida compañera Josefina Núñez Montoya. Abrió el acto, impecablemente, Rafael Fenoy. Ya hemos hablado en muchas ocasiones de la función que ha de desempeñar la persona que preside la mesa en un acto público.

José Antonio comenzó su presentación explicando que no era su intención hacer elogios gratuitos, que quería evitar exageraciones porque éstas dibujan caricaturas, no retratos fidedignos. Por eso, afirmaba la elevada calidad de esta novela desde la perspectiva de la Teoría de la Literatura. Resaltó su vigor estético, ético y pedagógico para alentar la lectura y la escritura y para alentar la vida. Para ilustrar esta afirmación, puso como ejemplo un párrafo de la página 44 que nos leyó pausadamente.  Refiriéndose a la novela en su conjunto, nos habló de la buena literatura, que es aquella que nos proporciona una nueva visión, unas ideas nuevas que nos ayudan a crecer. El lenguaje literario, añadía, es un estímulo contra la apatía, contra el miedo al paso del tiempo y contra la soledad. Crear un texto bello, como es el caso, nos acerca a la esperanza y al amor, que pueden suavizar, aliviar e incluso curar las heridas inevitables de la vida. Ante los espacios y los territorios que transitamos y que condicionan nuestra experiencia vital, esta novela se alza como un grito entusiasta que nos estimula para que nos alegremos de estar vivos y para que nos sintamos felices y agradecidos. Porque la novela nos hace pensar, leer, interpretar y, por tanto, vivir más intensamente la vida.

          José Antonio resaltó cuatro rasgos implícitos en la obra: autenticidad, sencillez, sensibilidad y compromiso. Pasó a explicarlos de la siguiente manera: la autenticidad se hace visible en la mirada propia de la autora, coherente consigo misma y con su visión del mundo. La sencillez, en la forma de limpiar la palabra de adherencias. La sensibilidad con el ser humano, en los propios personajes. El compromiso, en la forma en que nos estimula a pensar y a vivir de una manera más lúcida.

          Otros aspectos que destacó en esta novela fueron: los silencios que permiten contemplar el paisaje exterior y reflejar el interior, el dominio de los recursos técnicos de la narración, la fuerza de unas palabras no contaminadas y la exigencia del derecho a volar con la imaginación a través de transformaciones estéticas que nos ofrezcan un escape a la frívola heterodoxia y a la trasnochada ortodoxia.

          Una vez concluida la presentación, tomó la palabra la propia autora que declaró sentirse muy agradecida por tan buena compañía, la de los componentes de la mesa y la del resto de amigos que ocupaban la sala. A continuación, Josefina nos contó que en su novela había una historia dentro de otra historia y que el porqué de esta invención se hallaba también entre sus páginas. Nos decía que el protagonista se refugia en la casa nº 50 para escuchar los silencios que le responderán a sus preguntas fundamentales. Y  es en el transcurso de la novela donde él va creciendo, va dándose cuenta de las verdades que está buscando.

          Con este sorprendente enigma rondando nuestras cabezas, se dio por finalizado el acto y nos despedimos hasta la próxima. La luna llena nos acompañó durante el camino de regreso.
   

María Luisa Niebla
28 de noviembre de 2015                            





Claves del bienestar humano. Contar y recontar las experiencias positivas de la vida




        7.- Contar y recontar las experiencias positivas de la vida
                                                 

Reconociendo la utilidad terapéutica de la Psicología y, por lo tanto, la necesidad de aplicar sus tratamientos para corregir conductas dañinas, es importante que, además, valoremos positivamente las aportaciones de aquellas ideas y de aquellas pautas que están dirigidas a potenciar los valores y los goces humanos, y es conveniente que apreciemos los trabajos que proporcionan fórmulas prácticas para disfrutar, para estar más alegres y más contentos, para vivir bien y para pasarlo mejor, para ser más amables, más generosos y más solidarios.

Es cierto que el estudio de aspectos positivos como, por ejemplo, la creatividad, la inteligencia emocional, el buen humor, la sabiduría popular, la felicidad familiar y, en resumen, la “resiliencia”, tiene antecedentes ya en Aristóteles, que, como es sabido, dedicó parte de sus escritos a la εὐδαιμονία (eudaimonía, término griego habitualmente se traduce como “felicidad”), pero hemos de reconocer que es, en la actualidad, cuando se están desarrollando estudios científicos que nos proporcionan unas técnicas muy útiles para que nos acerquemos a unas metas más ambiciosas que la mera aspiración a  sobrevivir, a trabajar y a reproducirnos. Superadas las etapas evolutivas básicas señaladas tradicionalmente por Abraham Maslow -uno de los fundadores y principales exponentes de la psicología humanista-, podemos confiar –querido Juan- que tanto a ti como a mí, todavía nos restan demasiados años de vida en los que podemos seguir aumentando la calidad de nuestro bienestar. Tú sabes cómo los psicólogos pertenecientes a esa corriente científica humanista han descubierto que los factores asociados a estados anímicos positivos nos orientan y nos estimulan hacia una manera más reconfortante de relacionarnos con la Naturaleza y con los demás miembros de la familia y de la sociedad.


Es posible que, en ese aumento, no sólo de expectativas sino también de calidad de vida del ser humano en las últimas décadas, esté influyendo, además de las importantes investigaciones clínico-epidemiológicas, ese conjunto de factores que trascienden lo meramente biológico, y que, como tú sabes bien, tienen mucho que ver con el bienestar subjetivo, con esa capacidad para sobreponiéndose a los dolores del cuerpo y a los sufrimientos del espíritu, sentirnos más fuertes y más contentos. Estoy convencido –querido maestro Juan- de que esta época –la histórica y la biográfica- si sabemos administrarla contando y recontando los aspectos positivos de nuestra propia vida, puede ser la más gratificante y la más fecunda de nuestra ya dilatada existencia.

 Un abrazo agradecido, Juan.

José Antonio Hernández Guerrero

Piropo a una madre




El primer recuerdo nítido nace en una soleada mañana de invierno, junto a la puerta de la cocina, trepando por el escalón que daba al patio mientras trajinabas entre los cacharros de barro vidriado, lanzando coplas con tu voz cálida a aquel viento de Solano gélido y cortante como la hoja de una navaja. Deshaciendo por un instante aquella corriente heladora que al paso por nuestra casa, se entretenía congelando los charcos, endureciendo como el cartón a la ropa tendida y fabricando bloques de hielo flotantes sobre la pila lavadero bajo la higuera.

Éramos pobres, aunque eso lo supe después, el año en que encontramos la salida -Milagrosa- por donde escapamos de las garras de la miseria que nos rondaba emboscada entre las callejuelas, los entresijos de una educación ancestral-Inexistente más que mala- la inconsciente indolencia paternal y la acechanza de un puñado de  turbios corazones tan fríos como el Solano de esa mañana y tan próximos, como la carne o la sangre propias.

Yo no sabía nada de eso entonces, únicamente me fijaba en la calidez de tu piel y en la luz con la que se encendían tus ojos al mirarme. Era entonces cuando una sensación infinitamente confortable -Tan placentera que aún no se ha inventado palabra para ella-, me invadía por todo mí ser, inundándome de placidez y ternura. Sin lugar a dudas a tu lado era un niño feliz.

Pasaron inviernos duros y secos de lunas llenas, villancicos y aguinaldos, tardes plácidas y noches heladoras cargadas de melodías que me hablaban de barcos, trenes y el agua, encendiendo mi imaginación infantil mecida por el son de tu voz, ya acostado bajo las sábanas limpias y tu mano templada, que rivalizaba en suavidad con la de los propios ángeles que claudicaban gustosos cediendo el paso ante tu ternura y la bondad que emanaba de entre tus dedos.

Y por fin vencimos al invierno. Victoria con la que llegaron los años de lucha tenaz y callada, firme y decidida que llenó nuestras arcas de fortaleza y confianza al tiempo que se deshacía el conjuro de los torvos corazones, vencidos y ajados llenos ahora de envidia sorda o mal disimulada, mientras navegábamos protegidos por la sal de una tierra, tan nuestra como antigua y acogedora.

Y vivimos junto al mar nuestro aliado, en cuya orilla circulaban trenes y en cuyas aguas se contoneaban barcos de blancas velas y esbeltas chimeneas y sobre ellos, gentes limpias y diversas junto a un ramillete de oportunidades suficientes hasta la derrota final de la antigua indolencia paternal reemplazada ahora por el oficio y el respeto que él se merecía proveniente de un sinfín de almas compañeras y laboriosas paridoras de pantoques y palmejares, riada vital de un astillero del que formó parte en justicia y en dignidad.

Y tus ojos. Siempre tus ojos, tan azules como las aguas de ese océano tan nuestro que nos envolvía levantando olas y espumas de emoción al dejarse arrullar por las arenas templadas de nuestra playa con nombre de Victoria, la misma en la que construíamos castillos infantiles que luego reproducíamos ejerciendo como soberanos y arquitectos de nuestra propia vida con la que encarábamos al futuro repletos de sensatez, sentido común y ansias de superación.

Han pasado muchos inviernos a salvo del filo de la navaja de aquel Solano, también muchas primaveras y muchos estíos muy lejos de aquel calor abrasador dejado por la popa muchos años atrás. A cambio, quedamos confortados aquí por la caricia de las suaves brisas del Poniente llegadas por donde el mar se hace infinito, tras la línea nítida del horizonte, lejos, muy lejos de la sequedad de la tierra adentro.

Ahora que ha llegado el otoño de la vida, luces en tu semblante y en tu mente, la más maravillosa paleta de colores que jamás pudiera imaginar el pintor más ducho e impresionista. Colores del alma y del intelecto que relucen en ti compitiendo con los del propio arcoíris y que nos iluminan como fuentes de tu sabiduría innata otrora reprimida y talada, y ahora, crecida infinitamente más robusta que la vieja higuera junto a la pila y en cambio, como la del más robusto roble repleto sabia liberada, la misma que emana de la fresca sombra de tu presencia.



A mi madre Esperanza, por siempre mi esperanza.


Manuel Bellido Milla.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Apertura Club de Letras 2015-2016 en Algeciras y Presentación de La casa Nº 59, de Josefina Núñez Montoya





El próximo viernes, día 27 del presente mes de noviembre, celebraremos nuestra reunión en Algeciras, a partir de las seis de la tarde. Nos reuniremos en el Centro Documental José Luis Cano. Seguiremos el siguiente ORDEN DEL DÍA

- INFORMACIÓN SOBRE LAS ACTIVIDADES DEL CURSO 2015-2016

- PRESENTACIÓN DEL NÚMERO 22 DE SPECVLUM

- LECTURA DE TEXTOS DE UN MÁXIMO DE 25 LÍNEAS

- PRESENTACIÓN DE LA NOVELA LA CASA Nº 50, DE JOSEFINA NÚÑEZ MONTOYA




                  OS ESPERAMOS.  JOSÉ ANTONIO

lunes, 23 de noviembre de 2015

Acta de reunión de apertura del curso 2015/2016 del Club de Letras en Jerez

ACTA DE REUNIÓN DE APERTURA DEL CURSO 2015/16 

DEL

CLUB DE LETRAS EN JEREZ


Viernes 10/11/2015




El viernes 10 de noviembre del presente tuvo lugar en el Campus de Jerez nuestro primer encuentro.

Con nuevas caras y actuando de moderadora la compañera Mª Luisa Niebla, procedimos al habitual y reconfortante minuto de silencio, esta vez dedicado especialmente a la memoria de la madre de nuestra amiga y compañera Adelaida Bordés.

El profesor Jose Antonio Hernández Guerrero tomó la palabra con una introducción en la que nos recalcó como “escribir o leer en cualquier disciplina, vale en la medida en la que nos ayuda para una vida más plena. O disfrutamos de la vida o no merecerá la pena el esfuerzo de lo que hagamos”. “Como ejemplo valga -continuó- que aunque todos vayamos en un mismo vagón, cada uno seguirá caminos diferentes, y descubrirá poco apoco su propio estilo, su propia forma de leer y de escribir”.

También destacó que debe prevalecer la calidad sobre la cantidad de la lectura y escritura de los textos y explicando que aunque nos interese la extensión del tiempo, vivir mucho no es vivir mejor, que es lo que importa. Y aplicándolo a la literatura extraemos las siguientes conclusiones:

- Escribe menos, pero escribe mejor.

- Lee menos, pero lee mejor (para ir creciendo como lectores y escritores y lograr una mayor calidad literaria).

- Seleccionar muy bien los textos.

- Si no leemos de una forma adecuada, no digerimos y no sirve para nada.

- Vampirizar la lectura para absorber lo que nos interesa, antes de realizar nuestra propia escritura.

- No queremos ser escritores localistas, sino de calidad, y podemos conseguirlo, debe ser nuestro objetivo.

- Ser estrictos con los textos elegidos para los actos públicos o las publicaciones. “Las cosas que merecen ser bien hechas, merecen ser mal hechas”.

- Antes de publicar cualquier texto es una buena opción que un compañero lo revise.


Posteriormente, se hizo referencia a los dos Seminarios permanentes que se están celebrando en Cádiz, el de Escritura periodística y el de Las claves del Bienestar. El primero se celebra en el edificio Constitución 1812 de la UCA bajo la dirección de Jose Antonio, y el segundo, en el Ateneo de Cádiz (C/ Ancha, 20), coordinado por la Doctora Mercedes Díaz y la psicoanalista Carmen Campos.

En cuanto a las propuestas de actividades para este curso (primer punto del día), se barajaron algunas de las que ya se vienen celebrando, otras que ya se realizaban en el pasado y las más novedosas:

Cafés de redacción- (reuniones en nuestras localidades ante un café, para exponer nuestros pensamientos e ideas sobre temas concretos.

Grupo de teatro – (se podrán elaborar obras adaptadas a nosotros).

-Un equipo se encargará de elegir la obra (sobre un tema específico), y de coordinarla.

-Cabe la posibilidad de ejecutar obras propias, pero breves.

Actividad musical – Para aquellos compañeros que tengan cualidades musicales y quieran implicarse.

Mesa redonda – Si se sumaran personas suficientes para organizar un debate.

Tertulias literarias – Retomar nuestras tertulias literarias comenzando con la lectura del libro, “El coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez. Queda pendiente de confirmar el lugar y fecha de la celebración

Homenaje a Pilar Paz Pasamar – DIA DE LAS LETRAS.

Homenaje a Miguel Román – (compañero ya fallecido, se publicarían unas reseñas en la revista SPECULUM, o bien con un acto presencial en el Campus de Jerez.


El segundo punto del día contempló la presentación del número 22 de la revista Spéculum a cargo de su coordinadora Mª Luisa Niebla.

Ante la presencia de nuevos compañeros, Mª Luisa nos recordó el camino que sigue nuestra revista, destacando su proyección mundial a través de la Biblioteca Virtual Cervantes. También comentó los pasos a seguir para poder publicar en ella, y lo importante de atenerse a las normas de redacción establecidas.

La revista ha vuelto (a petición de muchos) a publicarse en papel, a partir del número 21, y podrán obtenerla todos aquellos-as que la encarguen previo pago de 3 euros.

En un inciso, Jose Antonio nos comentó que ante el interés creado por la revista, entre los miembros de la comunidad universitaria, en concreto por la sección de “Reseñas literarias” a los profesores se les permitirá publicar en dicha sección pertenezcan o no al Club de Letras ya que ello aumentará su difusión.

En la Biblioteca Virtual Cervantes, Jose Antonio ha recopilado y publicado, sus textos semanales con el título “Hacia un nuevo humanismo”, y podemos descargarlo en PDF, o solicitarlo en papel con un coste de unos 3 euros.

Como sorpresa para todos (aunque la noticia era conocida por los que asistimos a la reunión en Cádiz), el profesor nos comunicó que podríamos publicar nuestro propio libro. Las condiciones y cauces serían:

-Pertenecer al Club de Letras (estar inscrito o matriculado).

-Pasaría por el consejo de redacción y el mismo jurado de la Revista Spéculum.

-Publicaría un autor al mes.

-Serían libritos de un máximo de 100 páginas.

-El plazo para el envío de las obras se abrirá cuando las tres sedes sean informadas.

Mª Luisa, ante la ausencia de Antonio Díaz, coordinador del Blog del Club de Letras, se hizo cargo del tercer punto del día, explicando la sencillez y facilidad de su manejo.

Como cuarto punto, procedimos a las lecturas de los textos propios y previamente escritos de aquellos que lo desearan. Los textos leídos fueron:

“El árbol caído” de Carmen Franco

“El mejor amigo del hombre” de Mercedes Díaz

“Musa de la noche” de Josefa Chacón

“Esperando mientras juego con las preposiciones” de Rosa Marrufo
Sin título de Mercedes Romano

Aquí se dio por cerrada una sesión, o más bien, una reunión de compañeros en el arte de amar, leer y escribir, repleta de buenos consejos, lecturas y proposiciones.


Carmen Franco Sánchez

Seminario sobre "El Bienestar"

Os recuerdo -queridos amigos- que el próximo martes, día 24, a partir de las siete y media de la tarde y en la sede del Ateneo Gaditano, celebraremos la segunda sesión del Seminario sobre "El Bienestar". Ésta es otra oportunidad para que los miembros del Club de Letras y los del Seminario sobre el Lenguaje Periodístico podamos debatir sobre un tema de actualidad, y nos brinda la ocasión de elaborar una crónica, una reseña o un artículo de opinión para nuestro Blog o para nuestro periódico El Espejo. Os esperamos. Un abrazo cordial. José Antonio.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Al pueblo de Francia.



El pueblo de Francia combativo
Que sus cadenas lograra suprimir
No dejara la libertad en el olvido
Ni vencer al tirano consentir.

Convertirá al déspota en cautivo
Y vencerá a la impiedad sin transigir
Pues luchará como el gran guerrero altivo
Fiero. Sin doblegarse o desistir.

Más aún sabrá estar vigilante
Incansable vigía en libertad
La que no le hurtara el negociante

La que no sucumbe a tempestad
Del velado sátrapa y farsante
Aquel: que su negocio no es la paz.



La libertad es un concepto que arraiga en lo más profundo de la condición humana, por tanto su esencia es perdurable mientras exista una sola vida dispuesta a ejercitarlo y a defenderlo.

En las estrofas de la Marsellesa se pueden encontrar argumentos suficientes para llegado el caso, levantarse a defender esa libertad. En ellas, ha nacido la inspiración de este poema  en el convencimiento que la Paz es el edificio sostenido por los pilares de la Libertad, la Fraternidad y la Igualdad.



Manuel Bellido Milla.


sábado, 21 de noviembre de 2015

Claves del bienestar humano. La administración de las propias emociones





             6.- La administración de las propias emociones
                                                
Las experiencias personales de todos nosotros nos confirman que, para alcanzar y para conservar el bienestar, es necesario, no sólo pensar bien sino también sentir bien y actuar bien. Hemos de reconocer, sin embargo, que nacemos sin saber los métodos adecuados y que, con frecuencia, nos equivocamos al aplicar unas fórmulas que, a primera vista, juzgamos acertadas pero que, en la práctica, nos llevan al fracaso. Por eso, a lo largo de toda la vida, hemos de hacer diferentes pruebas con el fin de encontrar las ideas y las emociones que, hábilmente conjugados, nos orienten hacia ese conocimiento personal del bienestar posible.

Hasta hace poco tiempo, aplicábamos la palabra “inteligencia” para referirnos sólo a las operaciones del conocimiento como, por ejemplo, los ejercicios de la memoria, de la argumentación, del análisis o de la síntesis, esas tareas que nos servían para plantear y para resolver problemas científicos o filosóficos. En la actualidad, sin embargo, los psicólogos y los neurólogos reconocen la importancia “intelectual” de las operaciones no cognitivas como, por ejemplo, la “inteligencia social”, ese conjunto de habilidades que nos ayudan a conectar, a dialogar, a comprender y a colaborar con otras personas, o la “inteligencia emocional”, esa serie de destrezas que nos permiten interpretar y expresar, de manera equilibrada, nuestras propias emociones y entender los sentimientos de los demás.


Podemos afirmar que la persona es inteligente cuando, manteniendo un equilibrio entre esos dos grandes sectores del cerebro -el cognitivo y el emocional-,  es capaz de entenderse a sí mismo, de convivir en paz con sus convecinos y de encontrar su lugar en el mundo y en el tiempo en el que vive. Para lograr esa meta, sea cual sea nuestra edad, tenemos que seguir aprendiendo a pensar, a sentir, a valorar, a amar y a tratar las cosas y a las personas. Un procedimiento practico y eficaz es el de expresar, de manera clara, correcta y desinhibida, nuestros sentimientos de respeto, de amistad y de cariño a nuestros familiares, convecinos, paisanos e, incluso a nuestros visitantes. ¿Cuántas veces y a cuantas personas –me pregunto- he repetido hoy con palabras, con gestos o con acciones la expresión “te respeto, te admiro o te quiero”?


 José Antonio Hernández Guerrero

martes, 17 de noviembre de 2015

¿Todo fue un sueño?








Te asciendo a colibrí:
¡Que tu viaje de regreso,
el naranja de tu pecho
ahora callado, en el día,
vivifique la mirada
de tu amada al reencuentro!

Seguiré desde el silencio
imaginando tu pico
sutil y pluscuamperfecto,
hurgar en mi cabellera
entre los hilos de plata,
entre suspiros de incienso.

Será libada la esencia
sensual entre mis páginas
de tu alargada finura,
de tu canto sin fisuras
que atrapado mantiene
el sentir del pensamiento.

  


Maritxé Abad i Bueno

lunes, 16 de noviembre de 2015

La vida en un sueño



Soñé que soñaba que vivir, vivía
soñé que quería descubrir la vida
discernir mentira de verdad vestida
soñé que despierto mi camino hacía.

Soñé que entendía, soñé que luchaba
soñé que pensaba que la paz vencía.
Soñé en libertad que libre me hacía
soñé en la igualdad, y soñé que amaba.

Mi sueño siguió y mientras descansaba,
vencí al desengaño y a la cobardía
hasta la miseria por fin acababa.

De tanto soñar que feliz me hacía
vencí la injusticia mientras dormitaba.
Soñé que soñaba. Soñé, que dormía.


Manuel Bellido Milla.


sábado, 14 de noviembre de 2015

Claves del bienestar humano. La importancia del cuerpo

        

                   

5.- La importancia del cuerpo

                                     
El bienestar humano depende, en cierta medida, de la forma de sentir, de entender y de amar a nuestro propio cuerpo. Hemos de tener en cuenta que el cuerpo humano no es sólo un conjunto ordenado de tejidos, de vísceras, de vasos o de órganos, sino también la presentación de nuestra persona en la sociedad y el lenguaje con el que hablamos a los otros y con el que nos hablamos a nosotros mismos. Por estas razones hemos de comprender que nuestro cuerpo juega un papel importante positivo o negativo en nuestro bienestar. ¿Os habéis fijado cómo algunos, por no haber identificado y valorado sus propios atractivos, experimentan un miedo patológico a ser rechazados? Otros, por el contrario, invierten tantas energías en aparecer aceptables para los demás que se pierden a sí mismos y tropiezan con serias dificultades para ser auténticos, para mostrarse como realmente son. Todos conocemos a personas que, por haber interpretado mal la imagen que nos devuelve el espejo de las miradas de los otros, han llegado a desarrollar unas conductas peligrosas para su salud como, por ejemplo, la anorexia y la bulimia.

Hemos de tener en cuenta que el trato inadecuado a nuestro cuerpo puede original una débil autoestima, una actitud recelosa hacia nosotros mismos: hacia lo que pensamos, hacia lo que sentimos y hacia lo que hacemos. Es posible que cierto menosprecio del cuerpo y algunos prejuicios contra el disfrute sensorial y, sobre todo, contra el goce sensual estén determinados por aquella interpretación errónea de la ascética cristiana ampliamente predicada durante los tres últimos siglos o, quizás, por una reacción generalizada provocada por la ubicua y agresiva publicidad consumista actual, pero el hecho cierto es que, en algunos ambientes religiosos, existe –o existía- una seria resistencia a valorar positivamente el disfrute de los sentidos. Quizás por eso, cuando nos referimos a  la sensibilidad, solemos definirla como una facultad despojada de sus sustanciales dimensiones corporales. A veces no tenemos en cuenta que, hasta las melodías más sublimes y los cuadros más nobles, están ejecutados con sonidos y con colores que impresionando directamente nuestros oídos y nuestra vista, afectan al olfato, al gusto y al tacto, y, a través de todos ellos, generan emociones intensas y placenteras.


Por eso, si pretendemos pasar lo mejor posible la vida, a pesar de sus inevitables amarguras, deberíamos esforzarnos para educar nuestros sentidos –todos los sentidos- con el fin de disfrutar más con las cosas saboreándolas y degustándolas. 


  José Antonio Hernández Guerrero

viernes, 13 de noviembre de 2015

Acta de la sesión de apertura del Club de las Letras

Acta de la sesión de apertura del Club de las Letras el pasado viernes, 6 de Noviembre de 2015



La sesión de apertura del presente curso, excepcionalmente tuvo lugar en el salón de grados en la Facultad de Filosofía y Letras. Tras darnos la bienvenida y, en especial, a los que se incorporaron por primera vez, el profesor Hernández Guerrero propuso que dedicáramos nuestro minuto de silencio a la madre de nuestra querida y entrañable compañera Adelaida.

Siguiendo con el orden del día, el profesor hizo una introducción acerca de la consistencia y finalidad del Club de las Letras, refiriéndose al diálogo como el medio de expresión que más fielmente refleja la naturaleza de los objetivos de este club.

Tomando como lema del presente curso “seguir creciendo”, el profesor refirió la importancia de crecer con la ayuda de todos, señalando que “los seres humanos, mientras vivamos, aun siendo enfermos terminales, sentimos el impulso de seguir creciendo dando nuestros frutos”.

Nos habló de la importancia del silencio, de descubrir los valores en la interacción que establece desde nuestro adentro hacia lo que está en nuestro exterior, fuera de nosotros mismos. La importancia de saber escuchar, para extraer, la sustancias orales o escritas de los textos. Asimismo señaló la importancia de saber leer, “porque leer es crear, recrear y recrearse” siendo la lectura cauce de fecunda comunicación.

Se refirió el profesor a la expresión concreta de la “fecundidad de la comunicación” como aquella que tiene su origen en la soledad creativa, “uno en soledad puede dar a la luz nuevas vidas, múltiples vidas”. Esta creatividad constituye una comunicación plena a nivel sensorial, sentimental y mentalmente. Constituye una plataforma sobre la que dirigirnos a la sociedad en que vivimos.

La literatura es más que una herramienta para narrar historias o para componer versos; es un vínculo para transmitir mensajes porque “la finalidad de escribir es convivir, sacar jugo a la vida, descubrir un mundo nuevo que nadie nos puede limitar”.

Posteriormente, el profesor Hernández Guerrero, se refirió a los diferentes medios de comunicación de los que dispone el club de las letras como son la revista Speculum ubicada en la plataforma digital del Instituto Cervantes, el blog recientemente creado, los encuentros en los cafés literarios, nuestra asistencia a encuentros literarios en diferentes puntos de la provincia de Cádiz, como Jerez, San Fernando, Chiclana, Algeciras o Arcos, a los que hay que sumar la novedad en el presente curso de la publicación que denominó “libritos” que son publicaciones de un máximo de cien páginas, bajo la revisión del mismo consejo de redacción de la revista Speculum, y que irían publicándose por orden de llegada, uno por mes, para ser presentados.

Por último señaló la importancia “si cabe más, que la de crecer en grupo”, es formarse en el ámbito de la crítica mediante ejercicios sobre un texto o a través de una actitud de autocrítica permanente. Nos aconsejó “leer poco pero saboreando el fragmento del texto”. Se trata de saber leer “poco y bien, críticamente”. Igual de importante es escribir poco, pero diariamente haciendo nuestra propia valoración crítica de nuestra escritura pues, la finalidad es “desarrollar nuestra sensibilidad artística y nuestra capacidad de autocrítica”. Si conseguimos nuestro propio modelo de escritura en consonancia con nuestro proyecto de vida humana, trazado libremente, se llega a descubrir horizontes inéditos.

Se refirió por último a la importancia de saber profundizar en los contenidos tanto de materias como de estilo, subrayando a la utilidad de otros seminarios como, por ejemplo, el de “Las claves del bienestar” (en el Ateneo de Cádiz) y del seminario de escritura periodística (organizado por el Vicerrectorado de la UCA).

A continuación, Mª Luisa hizo referencia a la trayectoria de la revista Speculum desde sus inicios en blanco y negro en formato de papel, hasta el último número ilustrado a color y disponible en línea en la web del Instituto Cervantes, procediéndose posteriormente a la lectura de los textos correspondientes al número 21 de Speculum por parte de los autores presentes.

Antonio Díaz, por su parte, nos describió el contenido y la finalidad del blog, refiriéndose a él como “el escaparate del Club de las Letras”. A pesar de su reciente existencia, sobrepasan los cien textos publicados y el número de visitas ha sobrepasado las 6000.

Nuestra querida compañera Josefina Núñez nos habló del próximo homenaje del poeta recientemente fallecido Manuel Fernández Mota en el Instituto de Estudios Campoalgecireño, así como de la próxima presentación de su libro en el Instituto José Luis Cano. Josefina nos dio unos consejos sobre la actividad creadora, refiriéndose a la importancia de realizar un esfuerzo por actualizarnos, automotivarnos y aprender a realizar nuestra propia introspección. Nos habló de la importancia de la consecución de un lenguaje peculiar, creativo, artístico y novedoso. La importancia de dotar al texto de una intensidad expresiva subrayando la emotividad del lenguaje así como su fuerza sensorial como recurso estético y la importancia de saber imprimir al texto de una atmósfera “de sorpresa” que estimule el interés de su lectura, así como la costumbre de contar con la perspectiva crítica de un compañero.

    
    Aurora Romero

                                                                                        

jueves, 12 de noviembre de 2015

¡Si quiera preguntarles tú su nombre!




De nada te sirve contemplar las zarzas rojas de otoño, recordando la sin color de su carne, rasgada en las cuchillas que cercaron su camino.

De nada sirve retener en ti la lástima súbita por aquella zapatilla caída junto al raíl del tren. Desatada y vacía de calor humano, su presencia insignificante entre la multitud de pasos desarraigados, abre tus ojos ante la inmensa soledad del hombre.

Tú sabes bien que cuando son las energías del alma las que impulsan a las fuerzas del cuerpo, se ensancha la conciencia del que corre. Con sus ojos fijos en la mezcolanza del aire con el cielo, mira al mundo traspasado de libertad sin distinguir sus fronteras.

Mas bien marca con tu dedo índice la raya blanca de tu alba sobre el suelo y muestra a todos que más allá de la libertad humana el verdadero fin de todo ser humano es correr su destino.

Corren siguiendo el levantarse del sol, corren en bandadas hacia los cielos de la tarde. Echados sobre los campos, buscan en la noche el retorno rojizo de la estrella de Orión.

Vienen en avalanchas, llegan en oleadas. Unos junto a los otros, hacen muchos; los hijos agarrados a sus padres, cuentan cientos; los débiles apoyados en los fuertes, suman miles. Sólo unos cuantos corren con zancadas certeras hacia el encuentro de la familia o de algún amigo. Los demás siguen corriendo con los ojos ciegos en lo abierto, pasan junto a los pueblos y no reparan en el silencio de  las móviles campanas. ¡A ellos nadie les espera!

Sueñan en su vigilia con hogar y trabajo, mas tú intuyes en las muecas de sus caras, que es el miedo en su duelo con la muerte el que fluye por el magma hirviente de sus piernas.

Si pudieras rozar con tu cara sus rostros anónimos, ¡si quiera preguntarles tú su nombre!, sabes que cesarían en su estampida. Y tú también podrías ofrecerles agua y fruta fresca.

Conseguirías acallar el miedo delirante de Europa, la eterna raptada, y mostrarías al mundo que escoger nuestro destino no sólo está en las manos de Dios.




     Aurora Romero
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