Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
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domingo, 12 de agosto de 2018

Fascículos




Siempre me pregunté cómo una Europa medianamente culta y avanzada pudo llegar a la barbaridad del fascismo. Desgraciadamente, la sociedad actual nos está explicando aquel proceso con minuciosidad, por fascículos, a lección por día, a estremecimiento por noche. Leemos a Machado mientras suenan de fondo, casi imperceptibles, algunas risas de hiena. Homenajeamos a Miguel Hernández mientras el lobo negro que lo encerró merodea por nuestros dormideros. Ya estamos inoculados, nuestro brazo derecho comienza a elevarse a cámara lenta, con la mano plana como el silencio. Ya ha nacido el mamarracho al que responderemos con un estruendoso, unísono y fatídico "Heil".


      Antonio Díaz González

martes, 7 de agosto de 2018

La noche tiene ojos




La noche tiene ojos
lenguas y silencios
lágrimas sin agua
y torrentes de sueños.

La noche nos trae recuerdos
mancillados por el tiempo
diluidos entre algodones
que desaparecen en las madrugadas.

La noche nos trae dolor
a los insomnes que vuelan
sus noches sin ojos
y parpados vigilantes.

La noche nos trae rencores.
Envidias.
Locuras.
Penas.
Niñez.
Egoísmos.
Olvidos.
Sueños.
Algún navío, pasajero en la mañana
y todos sin exepción navegamos en él.


          Francisco Herrera López
                 Invierno 2018


Tormentas a la mar



The Ancient Mariner.




Mi querida capitana
Enamorada del mar
A pesar de la tormenta
Y a pesar del vendaval.

Hoy llega hasta tu regala
Un orgulloso cantar
Tu mano firme a la caña
Al rumbo de tu compás

Ya te dije capitana
Que en ti habrías de confiar
Y ves que hoy tus obenques
Al viento hacen silbar

Cangrejas y botavaras
Los foques henchidos van
Las vergas quedan sujetas
Las alas al viento están

En esta tu singladura
En éste tu navegar
No olvidarás capitana
Tu valía junto al mar

Buen velero cata el viento
Y mejor se hace la mar
Que si viene la tormenta
Capeando pasará.

Y cuando llegue la calma,
Entonces recordaras,
Que mil días de tormentas
Nada contigo podrán.


Y al brindar juntos por ello, al timón me encontrarás.



           Manuel Bellido Milla

Manos




Es el abrazo hecho carne,
finura y elasticidad completa:
todo cabe entre ellas,
todo lo sublime, lo eterno.

Toda gratuidad es posible
y el partir el pan añejo,
el de las calles a oscuras,
el de ahora tan tierno.

Por amor son dibujadas
-lindos escritos de sueños-,
por ternura se unen a otras
formando un mismo misterio.

Manos son placenteras
que nos conducen al cielo
en los instantes de vida,
en los instantes de fuego.

Puños son que cerrados
expresan el descontento,
la rabia, la indignación
y el ingrato proceder
de promesas de cemento.

Seguridad con ellas cerca
que secan lágrimas, reparten besos,
diversidad en la cocina apañan
y al paladar engalanan
con sabrosos condimentos.

Portento de creatividad
a veces ríen y bailan,
otras les lloran los huesos
por limitadas hallarse
con el peso de los tiempos,
hechos al fin que conforman
la pluralidad adquirida
al abrirse, eterna dádiva,
al azul de mis cimientos.


  
      Maritxé Abad i Bueno


lunes, 6 de agosto de 2018

Travesía


Reflexiones en torno a una singladura

 Antiguo muelle de los Astilleros de Cádiz, junto al que había una Escuela de Aprendices. Al fondo, el taller de Equipo.


Las palabras.

Puede resultar atrevido, y en cualquier caso insuficiente, sustanciar en palabras un tramo de vida, mucho más, si ese fragmento resulta tan, rico en extensión e intensidad, como es el caso del vivido junto a personas con las que pude compartir mucho más que los días o las horas, con las que tuve la oportunidad de aprender tanto y en tantos sentidos. Creo, que para compendiar una experiencia así, faltan palabras que hagan justicia a lo vivido. Luego entonces, por mucha gratitud que se acumule en mi pecho, gracias y un millón de gracias resultarían, infinitamente insuficientes.

El tránsito.

El periplo comienza soltando las amarras de la vieja Escuela de Aprendices, junto gaditano cantil de muelle que, ¾se ve en la foto¾ aún hoy sobrevive, acogiendo a un parque esquinado, frente al taller de Equipo en los extintos Astilleros de Cádiz, desde donde zarpé, hasta el otro lado, al Astillero de Puerto Real, y de allí a Sevilla, en la que despegué del mar ¾que nunca olvidé¾ acariciando las alturas gracias a las alas de Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA), mi casa, para muchos referente del hogar vivido y para otros muchos también, la casa solariega de los ancestros, hoy arbuseros que somos todos los que tenemos el inmenso honor de pertenecer a una empresa, que trascendiendo al desempeño de su actividad industrial, actuó y actúa como modelo magistral aplicable en muchos y amplios sentidos.

El modelo.

Fui desperezado al sumergirme en una conmovedora manera de actuar, en la que se sacudía sin rubor ni temor las zonas de confort, ¾a veces tan facilonas y deleitantes¾ despertado por una forma de encarar los retos, de prevenir y adelantarse a las circunstancias, de no dar la espalda ni mirar para otro lado, de actuar de forma vigilante modificando las estrategias con sentido dinámico cada vez que era necesario, de abordar los conflictos enfocándolos hacia su solución, haciendo mía una conducta en la que quedaba desterrada la palabra “culpa”, acogiendo en su lugar el concepto de responsabilidad para. De esta forma, en este ambiente, aprendí a combatir los perjuicios y los prejuicios en la búsqueda implacable de las causas raíces que generan los problemas y nos impiden mejorar, cada día, a cada paso y, aplicar este enfoque a lo cotidiano de forma incansable y continua; por tanto, aprendí a trabajar en equipo, y digo bien: equipo, que es mucho más que el simple manoseo de la palabra, o la superficialidad con que a veces se banaliza el concepto.

La extensibilidad.

Todo eso, y solo en parte, es el Airbus que conozco desde su creación. Más allá de una empresa: una Escuela que he sentido como un Ágora, pues en ella, he podido expresar mi opinión y conocer la de otros colegas, en un clima de equilibrio y responsabilidad, un lugar donde la convivencia está presidida por el respeto al otro, y queda orientada a la búsqueda de la excelencia y la consecución de metas y, donde no se olvida ni se deja en segundo lugar el disfrute de hacer, de actuar, de cuestionar y de cuestionarse. Continuamente. ¿Os imagináis una comunidad así? ¿Y una forma de hacer política así? ¿Os parecería irrealizable? ¿Poco tangible? ¿Idealista? ¿Inimaginable? ¿Tal vez incómoda?...

La rama de un Ginkgo biloba parece señalar las alas de Airbus: Detalle de la planta de Airbus en Puerto Real.

En cualquier caso, recordad que, no estoy teorizando, estoy escribiendo una crónica hecha en y desde el Sur, eso sí, admito que aliñada con algo de pasión, aunque, os preguntaría ¿Qué podría decirse de una vida en la que faltasen el respeto y la pasión?

El sentido.

La vida en su más puro sentido filosófico. Pues, principios y actuaciones marcan el rumbo en una escala de valores cuyo indicador, es la coherencia cuantificada por nuestros propios pasos, impresos en la estela que aparece a nuestra popa, la estela de nuestra vida.

Los referentes.

Es el medio ambiente que define una sistemática, o si me permiten, un sistema que en mi caso, estuvo repleto de emociones y sentimientos, retos, hitos conseguidos, oportunidades de mejora, lecciones aprendidas, madurez alcanzada ¾aquí inevitablemente me acuerdo de Kant¾ y, esto en varios planos: el de la familia, sin cuyo apoyo nada hubiese sido posible, en el ámbito del comportamiento colectivo, en la estrategia de acción sindical, y en las decisiones y modos de gestión de la dirección en todos sus estratos. Claro está, también ¿Por qué no decirlo? un escenario no exento de dificultades, que a veces, no venían consignadas ni en los derroteros, ni en las cartas de navegación, aunque, ¾bendito trabajo en equipo¾ en una larga singladura de 33 años, siempre se encuentra algún navegante compañero, que avisa o que intuye las corrientes y los agazapados escollos.

Es, en definitiva, un sistema que apuesta por la conquista del futuro con la ventaja de navegar a hombros de gigantes. Ellos, fueron, son y serán grandes matemáticos, hidrógrafos, prácticos y profesionales, astrónomos, ingenieros, botánicos y naturalistas; filósofos y, en cualquier caso, amantes todos de esta tierra nuestra: la bahía de Cádiz.

Es verdad que figuran muchos hombres y menos mujeres ¾afortunadamente, en eso también Airbus está creando escuela¾ ilustres por ilustrados, también liberales ¾en aquel sentido, naturalmente¾ entre los que podemos nombrar a Rosario Cepeda, José Patiño, Jorge Juan, Antonio Ulloa, Vicente Tofiño, Alejandro Malaspina, los Valdés: Antonio y Cayetano, Celestino Mutis, Alcalá Galiano…

Siempre las personas.

Es fácil comprender que no se trata de una mera circunstancia, ni siquiera un feliz y esporádico acontecimiento, para ello, solo basta repasar en la historia de nuestra tierra, y encontraremos una constante de vida entorno a la alta tecnología y la industria puntera en la bahía, por lo tanto, se trata de un habito, que puede percibirse por algunos como una insolencia, un desplante, incluso, un atrevimiento y, en todo caso, una felicísima tradición industrial, que arranca en épocas romanas junto al hoy Parque Natural, y desde allí, junto al trampolín de la industria naval, ¾políticamente adormecida¾ las instituciones científicas de entonces y de ahora y, lo más importante: las personas que sostienen la vocación de verdadera y venerable tradición industrial en la bahía de Cádiz, somos los gaditanos pues, ¾a hombros de gigantes, no lo olvidemos¾ los tripulantes que han de navegar y superar todas las tempestades, todas las singladuras, todos los vientos racheados y ¾quizás lo más peligroso¾todas las calmas y cantos de sirena, pues, nuestra tradición como gaditanos, es la libertad para navegar con dignidad, que es vivir.



Manuel Bellido Milla
Bahía de Cádiz, a 4 de mayo de 2018.

Herir la tierra




He probado herir la tierra con mis manos,
Igual que hieren mis palabras y actitudes a veces, y…

Mis silencios, dónde quedaron sin clamar justicia
mis miradas, porque oculto los secretos de mis pensamientos
mis desidias, a veces me piden palabras y soy mudo
mis envidias, de los sueños y las realidades
mis inseguridades, cierro mis manos y me vuelvo  puños
mis insensibilidades,  no escuché esa voz lastimera, ¡que vacío!
mis sordos oídos, oí el viento, pero no el dolor ajeno
mis renuncias, llegué temprano y me dije es tarde
mi dejadez, perdí en la tarde, los sueños de la mañana
mis olvidos, olvidé amar, olvidé abrir la puerta, ¡olvidé tanto!
mis justificaciones, cerré mis ojos y achaqué a un lapsus
mis estupideces, que pequeño me sentí, ante lo injustificable.
lo haré mañana, qué baúl más grande es ése mañana
mis sentencias, vi la paja en lo ajeno y olvidé mi propia viga.
mi voz sin razón, eleve la voz, para sentirme fuerte.
mis juicios de valor, antepuse mis creencias, a mis propias realidades
volver la cara, a veces quiero justificar los miedos y están hay.

Y la tierra no se ha quejado de mis manos
se ha movido sin dolor, sin sangre
¿ pero nos ocurre igual cuando herimos a otro ser humano?



Francisco Herrera. Junio 2018.


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