Voto al cielo por el pasmo que provoca
Tamaña tribulación que nos apresa
Campeando por doquier; ya sin sorpresa
Y aún, sin alcanzar cuan nos disloca.
Desde Flandes nos azuzan a oleadas,
Con horror, descubrimos su vileza
Contemplando como pierden la entereza
Los que deben conducir nuestras mesnadas.
No son picas ni bombardas las que acosan.
Camuflada está su artillería
Emboscada entre inmensas felonías:
Las finanzas y patrañas con que osan
Extrayendo nuestra sangre día tras día
Que humillados, doblegados: nos aflojan.
Sonó así la protesta antes huera
Del otrora valentón: hoy ingeniero
Despojado en Mastrique de su fuero.
Siendo desposeído en su patria
de sustento, fue errabundo a servir por media Europa, hasta que perdido el
miedo, la madurez le llegó el día en que llamó a capítulo las cuentas que tenía.
Pagaronle entonces en razón de la colosal perrería y al cabo, se puso a trabajar
y a vivir en dignidad sin más laureles.
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