lunes, 19 de marzo de 2018

Silencio resplandeciente


Se hizo un silencio resplandeciente
cuando callaste mis labios 
con aquel beso, acabado de hacer.

La tarde también enmudecía,
interrumpida solo por el canto
de una bajamar en calma.

Se ponía el día en sus horas azules,
y un esbozo de luna
nos miraba sonriente, desde lejos,
apenas comenzando su deambular
nocturno, y eterno.

No podíamos ver aún las luces de la noche,
sin embargo teníamos la certeza de sus brillos,
y las adivinábamos en su perfecto
orden cósmico.

No cesaron los silencios que nos acompañaron
en aquel primer ocaso compartido,
y, todavía, repite mi recuerdo
el eco callado de tu mirada.

Esa que fue, y será siempre.


       Leonor Montañés Beltrán

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