martes, 6 de marzo de 2018

Voy a entregarlo todo




Voy a entregarlo todo
a quien desee
a quien le antoje
a quien merodee mi parral
a quien ahonde en mis ideas
a quien tienda la mano al sobrio
a quien desee caminar.

Voy a entregarlo todo
como se entrega la dama a su joven amante
en sumisas tardes de verano
con miedos y cansancios
entre anhelos y reparos
con gritos y silencios
entre suspiros y gemidos.

A quien se anote en la lista gris
y arrastre fútiles pecados
daré mis pesadillas y angustias.

A quien se anote en la lista gris
y rebalse de cordura juiciosa
daré mis últimas gotas de soberbia enternecida
que aún conservo.
A quien se anote en la lista gris
y manifieste gala de notoria moralidad concupiscente
daré mis últimos poemas
para leer junto al pastel de fresa
en tardes lluviosas de domingo.

A quien acuda a la lista gris
con marcadas falencias genéticas
y una decadente manera de pensar
daré mis bien cuidadas llagas
—que aún me agobian—
que son la secuela del contagio de «Treponema pallidum»
fruto de mis viejas andanzas rutinarias por los sombríos bares de la urbe
en la infructuosa búsqueda de una prostituta a quien amar
para envenenar mis células con vino fermentado
por los siglos de los siglos.

Voy a entregarlo todo
estoy dispuesto al mejor postor
para el que resista la pesada cruz de mis versos
para el que apetezca morir en un infierno
para el que desee ahogarse en un gotero.

Doy un «basta ya» al mundo
entregaré todo en este instante
para siempre.


                         Edgardo Benítez


1 comentario:

  1. Dar, darse y, estar dispuesto a ello más allá de las esperanzas de recompensa, es el mayor signo de grandeza que puede alcanzar el ser humano.
    Que hermoso poema tan alejado de los fastos y brocados con que se revisten otras formas de "dar o darse"

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