martes, 29 de diciembre de 2020

A Francisco Brines. Poeta. Hoy


 

Aquí, Brines, Francisco y los adentros

fiel a días de lluvias y tormentas

nacido para hacer poesías

cómo agujas que salieran del corazón.

 

Ay, ¿y el mañana? quedarás, si

como José Hierro o Valente

Rosa Conde o Félix Grande,

dueños de una poesía de llagas

de sacar entrañas de las entrañas.

 

Llegaron días de gloria

pero el perfume del pasado,

aún mal oliente, perdura

quedó como una capa en la piel

que el cuerpo asimiló necesariamente.

 

La lejanía, un exilio voluntario, Brines

no más lengua que la propia

difícil es comulgar con Cervantes

y dormir con Shakespeare.

 

Porque la poesía exige tierra, sangre,

llantos sin lágrimas y voces de dolor

como cuando naces y pides mamar.

 

Tener voz para los silencios

silencios que no quieren silencios

dejar el corazón como vocero

y que entienda, el que entienda

y a veces, no te entiende nadie.

 

No quieres rimas, y ¿para qué?

¿Endulzar, la amargura propia?

Si la vida no es dulce, es aprender

ay, aprender de los errores

que a veces son irremediables

hacen daños ajenos y propios

y no poder decir la verdad

con la boca y suena a secreto

en la metáfora, ahí, no es lamento

es simplemente, desahogo.

 

               Francisco Herrera López.

 

 


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