Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


martes, 29 de diciembre de 2020

A Francisco Brines. Poeta. Hoy


 

Aquí, Brines, Francisco y los adentros

fiel a días de lluvias y tormentas

nacido para hacer poesías

cómo agujas que salieran del corazón.

 

Ay, ¿y el mañana? quedarás, si

como José Hierro o Valente

Rosa Conde o Félix Grande,

dueños de una poesía de llagas

de sacar entrañas de las entrañas.

 

Llegaron días de gloria

pero el perfume del pasado,

aún mal oliente, perdura

quedó como una capa en la piel

que el cuerpo asimiló necesariamente.

 

La lejanía, un exilio voluntario, Brines

no más lengua que la propia

difícil es comulgar con Cervantes

y dormir con Shakespeare.

 

Porque la poesía exige tierra, sangre,

llantos sin lágrimas y voces de dolor

como cuando naces y pides mamar.

 

Tener voz para los silencios

silencios que no quieren silencios

dejar el corazón como vocero

y que entienda, el que entienda

y a veces, no te entiende nadie.

 

No quieres rimas, y ¿para qué?

¿Endulzar, la amargura propia?

Si la vida no es dulce, es aprender

ay, aprender de los errores

que a veces son irremediables

hacen daños ajenos y propios

y no poder decir la verdad

con la boca y suena a secreto

en la metáfora, ahí, no es lamento

es simplemente, desahogo.

 

               Francisco Herrera López.

 

 


domingo, 27 de diciembre de 2020

Revista Speculum, número 43

Estimados miembros del Club de Letras, os deseo una buena Navidad y que disfrutéis con la publicación del número 43 de nuestra revista Speculum.

 

Saludos afectuosos, M. Luisa Niebla


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jueves, 17 de diciembre de 2020

Hablilla. Una de barriga


https://andaluciainformacion.es/san-fernando/937180/una-de-barriga/



Artículo publicado en Andalucía Información: 

https://andaluciainformacion.es/san-fernando/937180/una-de-barriga/



El otro público, el colocado al otro lado de la pantalla, no reparó en el trabajo bien hecho de la actriz, sino en su físico.

 

Es cierto, hombres y mujeres le tienen manía, incluso fobia a verse un melón creciente bajo el estómago, dicho con el mayor de los respetos. La barriga forma parte del cuerpo como todo lo demás y es comprensible que no guste, como sucede con los pies, el pelo o las orejas y no por ello se desloma uno en el gimnasio o se dedica a recorrer quirófanos.

Como ejemplo, esta semana le tocado a la barriga de una joven intérprete que ha demostrado su madurez estando por encima de los comentarios. A las redes sociales, por regla general, les falta poco para convertirse en un infierno, y más en esta etapa tan peculiar. Por eso las llamaradas no han necesitado el soplido de un fuelle para prender en la actuación de Beatriz Luengo, actriz española con una trayectoria consolidada a pesar de su juventud. Ella intervino como invitada en un programa de imitaciones en un canal mejicano. Muy querida y reconocida al otro lado del charco, no tuvo problema por enfundarse en un body, colocarse una peluca rubia platino, modular la voz y ser Lady Gaga durante su actuación, trabajo que defendió muy bien según el jurado y el público asistente al concurso.  

Hasta aquí la noticia formó parte de la actualidad del día. El otro público, el colocado al otro lado de la pantalla, no reparó en el trabajo bien hecho de la actriz, sino en su físico. Al rato ya olía a quemado en las redes sociales. La mayoría de los comentarios se centraban en su barriga apretada en un body, en su falta de pudor, limando mucho la expresión, y ni una palabra sobre la elegancia, la destreza y las tablas de la intérprete, al margen de que su actuación gustara o no, lo cual es muy respetable.

Increíble que en estos tiempos sigan ocurriendo estas cosas, que se insulte y prime el físico sobre talento. En el video no sólo vemos a Beatriz Luengo bailando y cantando, la vemos interpretando el papel más hermoso de su vida, viviéndolo como quiere y mostrando con orgullo su barriga a unas semanas de dar a luz. Ella contestó cuando lo consideró oportuno y sus palabras aún corretean por Internet con la sonoridad y la rapidez de un tortazo, expresando cuánto se gusta sin dar explicación alguna por mostrarse, evitando aludir a su estado. Para aplaudirle.

Ciertamente la gente se aburre y el ocio cuadricula y embrutece. Cuesta trabajo creer en esta forma de pensar con tanta modernidad alrededor. Quién sabe. A lo mejor es por no ver más allá del monitor ni oír otro sonido que el de las teclas.


       Adelaida Bordés Benitez

 

martes, 15 de diciembre de 2020

Morir dos veces

 


Cuando llegó la policía, mi marido ya estaba muerto. Llevaba dos días sin protestar, sin fumar y sin moverse. Algunas veces había pensado en cargármelo porque nuestra relación era insostenible, le tenía una manía desganada, una manía sin burbujas.

Hace un par de días llegó bastante tarde, de madrugada. A continuación se quedó dormido. En ese momento lo tuve claro. Le hice arroz con leche, que era su postre preferido y lo mezclé con cuatro cajas de calmantes que tenía en casa. No quería que sufriera. Quería que tuviera una muerte dulce. Era el padre de mis hijos y le debía un respeto, o lo que sea.

A la mañana siguiente, Antonio, madrugó bastante, le encontraba inquieto. Su actitud era extraña. Yo, con una voz melosa y despistada, le dije que había preparado una sorpresa para desayunar. Él, fingiendo normalidad, se zampó el cuenco de arroz con leche. Ya solo cabía esperar. Al rato se quedó dormido y hasta hoy. Antes de llamar a emergencias preparé como coartada que lo había encontrado en estas condiciones cuando volví de cuidar a mi madre. Les explicaría que eran de sobra conocidas las tendencias suicidas de mi cónyuge. La verdad es que Antonio me había avisado varias veces de que el día menos pensado se quitaría la vida. Sinceramente creo que si no lo había hecho era por vagancia, pero él alegaba que le dolía la cabeza, que tenía diarrea y otras excusas variadas.

La policía ni lo dudó: suicidio. Al poco tiempo los inspectores me comunicaron que el resultado de la autopsia era desconcertante: el difunto había tomado primero dos tabletas de ansiolíticos, pero, y aquí viene la parte sorprendente, a la media hora y mezclado con azúcar y arroz, había ingerido unas dosis letal de ibuprofenos. Registraron la casa y encontraron un mensaje de despedida que decía: “Creo que hoy, por fin, me suicidaré”. Al menos podría haber añadido algo de lirismo y profundidad, pensé al leer la nota. Con esta prueba tan fulminante, fui detenida. En mi defensa argumenté que cuando intenté asesinarle, él ya se había suicidado y que no se puede morir dos veces.

 

           Yayo Gómez

jueves, 3 de diciembre de 2020

El Club de Letras en IVOOX

 Como habréis observado, desde hace unos días aparece en nuestro blog una ventanita nueva, un enlace directo a nuestros audios publicados en la plataforma IVOOX. Los primeros corresponden a mensajes de bienvenida de los distintos coordinadores y más adelante se irán publicando textos literarios de otros miembros del Club de Letras de la UCA.

Podéis acceder a ellos haciendo clic en la imagen IVOOX.




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