Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
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miércoles, 7 de junio de 2023

A JUAN EMILIO RIOS Y SU BIBLIOTECA

 

      Para Juan Emilio, su amada biblioteca tiene un significado especial, forma parte de su íntima vida diaria. Para él, es un santuario que, como un monje, callado y místico, alimenta su espíritu, y comparte con cientos de sus célebres y amados acompañantes

       Allí, imagina su particular Café Gijón, escucha muy atento a un enérgico D. Ramón del Valle Inclán, en otra mesa un poco alejada observa a D. Antonio Machado, en confidencias con su amor platónico Pilar de Valderrama, Guiomar. Su mirada le lleva a admirados poetas de difícil carácter cómo Juan Ramón o Cernuda, eternos insatisfechos, de Cádiz en sus paseos por Madrid y añorando a su Caleta, ve a Fernando Quiñones y le pregunta por Miguel Pantalón “El Ídolo”, ese cantaor que decían que era un genio con mal genio.. J. Emilio, alguna veces cierra sus ojos brevemente y rememora a los clásicos griegos, son luces literarias en sus escritos, en ellos están las raíces del conocimiento.

     También a ese imaginario Café Gijón, llegó en años difíciles un poeta peruano, Cesar Vallejo, triste, como su extraordinaria obra, a Emilio le han otorgado en tres ocasiones uno de los premios más relevantes para los poetas actuales, el Cesar Vallejo, y entre otros muchos reconocimientos, un premio muy especial, el Nelson Mandela, lo tiene frente de su Pc, para recordarle cada día su compromiso con la vida.

      Sus ojos le llevan a ver un libro único, de un querido poeta: Vicente Aleixandre, su poemario ”Labios como espadas” y el “Cuadernos de Velintonia”, de nuestro  poeta J. L. Cano  con vivencias y confidencias con Aleixandre, libro que deberíamos leer  y es una crónica del  periodo más difícil para las artes en nuestra reciente historia: el exilio interior a que fueron sometidos con censuras, marginaciones, cárceles y campos de trabajo  insignes escritores como ellos mismos o  Leopoldo de Luis,  Celaya y otros  anónimamente.

      Juan Emilio, acerca sus manos a obras de poetas que le causan dolor como son Federico y Miguel, también coge “La arboleda perdida” de Alberti, añorando la ribera del Guadalete y el olor a mar de su Puerto..

      A veces a Juan Emilio Ríos Vera, se le nublan sus gafas y su corazón late más de prisa al encontrar algún libro que creía perdido. Su biblioteca es una fuente de inspiración, ayer mismo hizo un poema para seguir emocionándonos.

     Así que esta hermosa tarde nos hemos reunidos aquí para ofrecer un merecido reconocimiento a Juan Emilio y donde cada uno de los presentes también somos actores de este moderno “Café Gijón” que hoy derrama un especial perfume a literatura.

 

               Francisco Herrera López

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