ESTREMECE
Estremece
la poesía
como
estremece el frio sin ropas
o
el dolor que no pueda curarse.
Estremece
el poeta, el niño que llora
o
el anciano que no tiene tiempo.
Estremecen
los versos de Vallejo
encendidos
en la voz de un niño
cómo
le llegaron a Neruda
e
hizo estremecernos más.
Me
estremece cuando mi voz es triste,
cuando
no palpo la luna
y
me queda sumida su mirada.
Me
estremezco con los indolentes
que
a veces hacen daño
con
sus palabras más que una pedrada.
Me
estremezco y tú también
cuando
a nuestros ojos y oídos
llegan
las injusticias de cada día.