El último bohemio
Con esa mirada inquieta
Enfocando al objetivo
De fiel cazador furtivo
Trasgresor de la etiqueta.
Rondando la travesía
Ácrata con rumbo propio
Resuelta contra el oprobio
Esgrimidora y tardía
Ángel de la buena cuna
Que del cielo un día bajaste
Y al que nunca abandonaste
Vencedor contra fortuna.
Y en la plaza de Viudas
Donde en tu vida moraste
Que de Fermín tú me hablaste
Almas gemelas sin duda.
Tus huellas nunca faltaran
Impresas en cristal viejo
Donde mirarse a un espejo
Si es que el Sol un día avistaran
Bohemio de los imposibles
Púgil de las añoranzas
Perseguidor de esperanzas
Tierno, fugaz e invencible.
Tu cámara ya hoy descansa
Como un inmenso museo
Satisfecho su deseo
¡Y a vivir como te plazca!
Para Ángel Movellan, el singular artista que amó
sin límites la fotografía a través de su cámara y, que hizo del Fax un campo de
batalla cual Quijote solitario, batallador contra los molinos del viento que
arreciaba impregnado de esa modernidad ante la que jamás se rindió, de ello
saben bastante sus amigos, sus familiares y también sus compañeros de la
Agencia E.F.E.
¡Brindo por él y por su nombre!
Manuel Bellido Milla.
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