Siempre me pregunté cómo una Europa medianamente culta y
avanzada pudo llegar a la barbaridad del fascismo. Desgraciadamente, la
sociedad actual nos está explicando aquel proceso con minuciosidad, por
fascículos, a lección por día, a estremecimiento por noche. Leemos a Machado
mientras suenan de fondo, casi imperceptibles, algunas risas de hiena.
Homenajeamos a Miguel Hernández mientras el lobo negro que lo encerró merodea
por nuestros dormideros. Ya estamos inoculados, nuestro brazo derecho comienza
a elevarse a cámara lenta, con la mano plana como el silencio. Ya ha nacido el
mamarracho al que responderemos con un estruendoso, unísono y fatídico
"Heil".
Antonio Díaz González
1 comentario:
Indolencia es la vecina de Egoísmo, ambos, viven hipotecados en la avenida del Materialismo de la ciudad Guay contaminada del futuro europeo, por supuesto, son muy disciplinadas en el cumplimiento escrupuloso de los pagos de los recibos de sus hipotecas. También, desde hace tiempo tienen claro que la libertad es una cosa muy complicada y por ello, prefirieron cambiarla por vacaciones, mucho más asequibles, sobre todo si lo son a cómodos plazos.
El hambre, la miseria, la injusticia y la desesperación, son cosas que como todo el mundo sabe, no existen, ¡Faltaría más! Pues bien, fíjense ustedes que, a pesar de esta evidencia tan incontestable e irrefutable, etc. algunos indeseables de los de “aquí” se empeñan en recordárnoslas con pesadez como si realmente existieran, y solo para fastidiar nuestra comodidad tan placida o nuestro aburrimiento tan confortante.
¡Qué fastidio, mira tú!
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