Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


viernes, 7 de junio de 2019

Día de las Letras en San Fernando


Club de Letras del Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Extensión Cultural y Servicios de la Universidad de Cádiz.  
Día de las Letras



Muchas gracias por estar aquí, en este lugar tan emblemático y  querido por todos los isleños. En el recuerdo permanece la imagen del cine que fue, dador de imágenes, fabricante de sueños, tallador de ilusiones. Si hiciéremos ahora nuestro minuto de silencio oiríamos el rodaje de las bobinas. Son como la mente de todos, solo que nuestras imágenes las escribimos.

Nos volvemos a ver en este día que el encuentro lo hace especial. Dentro de unos minutos esta sala de llenará de voces que han dedicados sus palabras al libro, por la cercanía de su conmemoración y por la ilusión de ver nuestro trabajo en uno. Largo fue el camino de quienes lo han logrado. Otros están en él y otro tanto no se lo plantea, pero alimenta esa ilusión.

La palabra tiene un largo recorrido, ya se sabe. La oralidad fue el principio, por lo que la literatura se apoyaba en elementos distintos a la escritura, por lo que propiciaba la teatralidad. Lo fantástico tenía un fondo de realidad. Los héroes aparecían como los caballeros de la época, su físico, el caballo, la vestimenta, las armas y los métodos de combate, dentro de un argumento donde las ideas y las aspiraciones discurrían por esos sueños compartidos por el autor y su público. Recordamos las compañías cuyos nombres variaban en función de los actores que las componían: bululú, naque, garnacha, bojiganga, cambaleo. En estas historias se destacaban los tres principios de la ideología caballeresca: La Proeza, que era lo que daba sentido a la fama; la Prodigalidad, que consistía en dar con osadía, con valor; y la Cortesía, que se resumía en un código de trato social. Con estos tres principios los guerreros inspiraron una literatura de la que nació la epopeya. Recordemos la Canción de Roldán, de antes de 1100, los Cantares de Gesta y el Mester de Juglaría. Todos rescataron de la tradición oral las hazañas y azares de los héroes míticos o históricos, una poesía con gran libertad métrica. Su estilo sirvió para que el lector se familiarizara con ella y la lengua castellana quedara fijada como tal gracias a los esfuerzos Alfonso X el Sabio. Se conservan más de cincuenta obras, siendo El libro del Caballero Zifar una de las más antiguas, de 1300, en la que se narran las peripecias sobre el combate, el amor, la devoción, la búsqueda, la separación, la reunión, la odisea de un caminante que se enfrenta a múltiples azares en un espacio no muy lejano pero algo exótico. Empezamos a entrever similitudes,  naturalmente. Una serie de situaciones que incluye el combate para defender la propiedad contra el enemigo, una serie de cuentos que se van concatenando según van cambiando los personajes que rodean al principal. Una historia con estilo personal que debió de caer en las manos de Cervantes para elaborar la urdimbre de la novela, del libro por excelencia, y lo refiere en el episodio en el que el hidalgo discute con el canónigo sobre la veracidad de los textos impresos, hecho que se interpreta como una prueba o la existencia de textos intermedios, como Amadís de Gaula y Tirant lo Blanch. (*)

Todos los reunidos aquí esta tarde lo hemos leído y si no lo hemos hecho, en algún momento nos hemos acercado al personaje, a un héroe que lo fue precisamente por no serlo. Cervantes no imaginó la trascendencia, el influjo posterior de su trabajo. Una estela que sigue después de cuatrocientos años y no tendrá final.

Nos reunimos los componentes de Río Arillo, tertulia con veinticinco años de existencia, la primera que se reunió en San Fernando y que continúa todos los jueves. Le sigue Rayuela, más joven y con las mismas ganas de trabajar que su hermana mayor pero desde los lunes. Gracias a las dos por colaborar y aportar tanto a la cultura de La Isla. Y gracias al Club de Letras por reunirnos con sus miembros, por ser una gran familia aunque sea una vez al año. Merece la pena el esfuerzo de unos, la complacencia de otros y el cariño de todos por estar aquí. No quiero terminar sin recordar a Conchita Ortiz, a Manuel Pérez Casáux, a María Sánchez, Gabriel Romero, Luis Charlo, Juan González Moro, Rafael Ibáñez y a todos cuantos compartimos párrafos, estrofas y pinturas con palabras en alguna ocasión.

Hoy leeremos, oiremos y escucharemos -parafraseando al Prof. Hernández Guerrero- creaciones, palabras que nos sugerirán, nos emocionarán, nos deleitarán.

Pasemos, pues, una tarde. Y los que no han podido asistir están en este pensamiento de Carmen Franco que se ha convertido en el cierre del Día de las Letras en San Fernando: Cada vez que no asisto a algún acto del Club de Letras, es un trocito de mi alma literaria que se pierde por el camino.  Comenzamos.

Adelaida Bordés Benítez
Cine Almirante. San Fernando, 16 de mayo de 2019
Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León
(*)Las alusiones de este párrafo a los libros antiguos están tomadas de El Libro del Caballero Zifar, de Cristina González, editorial Cátedra y de El libro del Caballero Zifar, El Códice de París, estudios realizados por Francisco Rico.





RAMILLETE DE EMOCIONES

Eran nuestras noches, conjuro de amores y de historias, siempre antiguas y siempre nuevas.
Eres y, sigues siendo, sencillamente maravilloso. A nuestro lado, caminaban acompañándonos las manecillas del reloj marcando horas prohibidas.
Nada nos importaba: veíamos las estrellas que se asomaban por aquella ventana pequeña del dormitorio, hasta esperar el alba, delatando silenciosa, nuestra unión.
Te conocí cuando apenas te entendía. No te importó mi torpeza, me regalabas cada noche tu magia.
¡Cuantas veces eras, y sigues siendo, mi evasión y confidente, refugio de los retazos de mi vida.
Con tu constante compañía elevas mi espíritu a regiones desconocidas, de amor, pasión alegría y tristeza.
Cuentos de La Vieja España. S. Xlll y XVlll. "Fábulas del León y la Zorra" "Los tres maridos burlados". Los de Grimm, Andersen y Hoffmam, que formaron parte de mi infancia. Blanca Nieves, El Patito feo, Hansel y Gretel. 
"Crimen y Castigo" de Dostoievski, cuyo autor nos hace sentir ternura por el asesino. "La Madre" de Máximo Gorki. Y ¿como no?
alimentar mi espíritu, más si cabe, con " El Canto del Pájaro" de Tony de Mello.
En las noches de insomnio, ahí estabas, has sido para mí la esencia del deseo. "Eres imprescindible como el bastón y el bombín para un dandy. Esta frase no es mía.
Soy consciente de los millones de personas que te cogen bajo el brazo: No hay mejor amigo que tú,  el Libro.


    
            Neva Pantojo
           



Pura magia

Al llegar la noche, un bostezo sirvió a la muchacha para despedirse de la tediosa rutina del día. Con cierta añoranza por haber dejado a los Buendía y a Macondo la velada anterior, la joven se recostaba sobre la cama de su habitación y tomaba de una mesita, próxima a ella, el nuevo libro que le habría de llevar una vez más a la aventura. Entre almohadones y mantas acogedoras, una luz cálida le dejaba ver el comienzo de las primeras líneas de la obra: ‹‹Eran las cinco de una madrugada de invierno en Siria. En la estación de Alepo estaba estacionado el tren que las guías de ferrocarriles designan pomposamente como el Taurus Express.» Con el corazón anhelante de emociones, la chica se sumergía poco a poco en el relato y empezaba a apoderarse, prácticamente sin darse cuenta, del alma de los personajes, a uno de ellos, incluso, le atribuyó su apariencia. Traicionada por el sueño, quedó, como siempre, enredada en la historia.



© M. Carmen Rubio Bethancourt



CAMPOS DE LIBROS

Sembrar el mundo de versos
es acariciar la nubes, besar el viento
es vivir en un mundo de locura
donde se guarda lo nuevo y lo viejo,
para que las injusticias no existan
ni existan trúhanes ni troleros.
Sembrar el mundo de letras
es crear la fuente del conocimiento
para que la sabiduría no se pierda,
que no se pierda en huecos negros.
Sembrar el mundo de pensamientos
es beber la savia del conocimiento
donde se buscan valores nuevos.
Por eso… Se debe luchar por los libros
para poder quitar a los burros
y a tantos vividores absurdos
que mandan nuestros gobiernos.
Sembremos el mundo de versos

              Autora: Mª Jose Diaz


EL LIBRO


Lector: el libro es ventana
para asomarte a la historia,
y él es también la memoria
que va de ayer a mañana.
Su palabra nunca es vana
y de la idea es partera;
de ignorancia te libera
y tu soledad divierte.
Puede mejorar tu suerte
y, siempre amigo, te espera.


RECUPERACIÓN DE  MIS LECTURAS ESENCIALES

Leo a mis poetas muertos,
los que en mis jóvenes días
me obsequiaron alegrías
desde sus libros abiertos.
Libros que hoy están desiertos
porque no fueron preclaros,
pero sí humanos y claros,
y aunque el polvo los hacina,
nada mejor me ilumina
que esta luz de libros raros.


                          Juan Rafael Mena


Rompiendo la noche

El viento dormía
el tiempo pasaba
y allí las estrellas
mudas te miraban

Acaba la noche
nace la alborada
terminan los sueños
¡Llegó la mañana!

Bajo Casiopea
que aún no se marcha
una gaviota
despliega sus alas

levantando el vuelo
se va solitaria
hacia la marisma
que Venus enmarca

Va por su sustento.
La vida le aguarda
bajo los esteros
que el alba señala.

Un cuarto menguante
delgadito y grana
por el horizonte
también se levanta.

Sé la gaviota
de aquella mañana.
No quedes dormido
cuando empieza el alba.

Despliega tus alas
tranquilo, sin pausa
que llegan las luces...
Enciende tu alma.

A Manuel: en la alborada de su vida
       

                     Manuel Bellido Milla


Acariciándote

Acariciándote, te llevé a mi cama,
luciste,
como alargada amapola
estirada sobre mi almohada.
Te alcé de la cintura
abrazándote con mis manos...
Sentí tu sedosa caricia
al besarte con mis labios...
Remojé el dedo corazón
haciéndole retozar, impaciente 
en la húmeda cuna de mi lengua. 
Recorté espacios presurosa,
hasta lograr el centro señalado...
y volamos unidos,
tú… yo...
por espacios de conciencia
por senderos impensados...
La locura,
la sapiencia...
el fervor,
lo inesperado...
Tú… yo...
nosotros...
viviendo, amando...
y pasé tus páginas,
las bebí con mi saliva,
las leí en remojado
en salobres sin sabores
en delicias, de contacto...
te dejé en la mesilla
después que el sueño,
surgiese
improvisado.


            Mercedes del Pilar Gil Sánchez Gil



  EL REGALO

En estos días del mes de mayo,
mi nieta anda en eso de la primera comunión.
Ya tiene 10 años.
Como ha pasado el tiempo.
Lo que para mí ha sido casi un suspiro,                             
para ella es toda su vida.
Mas por lo significativo de la edad que por la ceremonia religiosa,
me apetece hacerle un regalo.
Aunque ella es más de actividades deportivas y de arreglarse,
Esta vez no voy a claudicar.
El regalo será un libro.
Me pongo manos a la obra. Visito varias librerías pero no encuentro
nada que me llene. Sé que con 20 euros y una bonita dedicatoria podría
salir del paso. Pero es eso precisamente lo que me ocurre, que no quiero
salir del paso.
Lo que busco no es un libro. Es el libro. Mejor lo que busco es su libro.
Mi libro.
Ahora es cuando la vida me va a tener que regalar a mí, salud, tiempo,
constancia e inspiración.
Ya tengo el título que no es poco.
“Para mi nieta Candela de su abuelo Miguel.”


       Miguel Castañeda Romero



EL PERRO DE LAS MENINAS


Ya sé que un sabio manchego dijo aquello de que perro ladrador poco mordedor, pero es que esta niña ya me tiene harto. ¿No me ha confundido con un caballo? Vaya, ahí bien el amo. Po fin se va a enterar de quien es la princesa. De esta no se libra. ¡Le ladro! ¡Le ladro y le muerdo!
Fue en ese momento cuando una traviesa y tierna mirada se clavó en sus ojos. Aquellas manitas que se acercaban a su lomo dejaron adivinar las suaves caricias que sólo una niña sabe dar. El ladrido se quedó en tal gruñido de placer que hasta el mismísimo rey sintió ablandarse su corazón.
Un sabroso trozo de carne de venado fue el regalo.


                 Manuel Cubero




LIBROS


Aquí verás claveles de hielo con tacto de terciopelo.
Aquí verás bellos arco iris con músicas de guitarras.
Aquí verás rosas de acero con perfume de azahar.
Aquí verás trampear a la vida y bromear con maldad.
Aquí verás margaritas de sangre con sabor a limón.
Aquí verás gardenias de fuego con llantos de amor.
Aquí verás llorar a la sonrisa inescrutable del destino.
De todo eso y mucho más, si quieres, en los libros verás.
Aquí verás a víboras tomar café y susurrar hermosas melodías.
Aquí verás cómo estar en las nubes y con pájaros en la cabeza.
Aquí verás inquietamente a mentes inquietas con lápices y botellas.
Aquí verás la mediación de la acción media con nada en sus venas.
Aquí verás poetas asesinos y escritores soñadores camelar doncellas.
Aquí verás las tinieblas del presente aceptar el baile de lobos cándidos.
Aquí verás a lo sagrado jugar a cartas y dados para ganar unas estrellas.
De todo eso y mucho más, si quieres, en los libros verás.
Aquí verás a arañas invitar a licores con aromas a fango y sangre.
Aquí verás a la muerte salir espantada en búsqueda de su amado.
Aquí verás cabalgar entre pensamientos a quienes nunca existieron.
Aquí verás al sol en la noche y la niebla en los recuerdos del pasado.
Aquí verás como escribir tu amor, tu dolor y tu pavor sin tener miedo.
Aquí verás como descansar despreocupado en medio de la masacre.
Aquí verás cómo, dónde, cuándo, qué y quién vivirá en tu creación.
De todo eso y mucho más, si quieres, en los libros verás.
Aquí verás a la dama de noche embriagar al joven y apuesto jazmín que la creyó una señora.
Aquí verás que todo lo puedes hacer, porque estás en el paraíso de la ilusión y las pesadillas.
Aquí verás cómo mirar entre tus sueños y hurgar en la mirada, la ternura o el odio de los otros.
Aquí verás todo aquello que puedas imaginar, porque estás en el paraíso de la razón y la ficción.
Aquí verás que puedes vivir lo que desees y cambiar las lagrimas y sonrisas por besos y caricias.
Aquí verás los mundos que han existido y los que puedas soñar, porque estás en el paraíso soñado.
Aquí verás que puedes vivir en presente tu vida futura o pasada, entre risas, canela, miel y azahar.
Aquí verás que todo eso y mucho más puedes realizar, porque aquí estás tú, en el paraíso del libro.


                  Miguel Angel Pérez y Pérez.



MIS LIBROS

Miro mis libros, siempre con amor,
y siempre con nostalgia; unos son mi conciencia,
otros una promesa y todos tienen alma.
Están pero no están, cosa bien rara.
Los que leí me hablan de pasión,
siempre de entrega, todos me arañan,
todos me contradicen y todos me conmueven.
Los otros, los que esperan, al igual que la vida o que la muerte,
acechan con sorpresas, golpean con alarmas,
desde la oscuridad persiguen
un suspiro, una rosa o una lágrima.
Los libros que leí, los guardo y atesoro
igual que si de joyas se trataran,
me regalaron paz, placer, amor,
misterio, aventuras y evasión.
Los otros, los que pacientemente aguardan
perdidos en el fondo de una estantería
a que detenga mi trajín sin pausa,
a veces centellean:
emiten luz para captar mi atención,
otras veces se duermen cansados de esperar,
aunque saben que no los he olvidado.
Sospecho que en sus letras se ocultan
placeres infinitos, celadas inmortales.
y yo nunca jamás he renunciado
a una cita a ciegas, a un placer innombrable,
de esos que me ofrecen delirios y abandono,
como un crucero, un vino de los buenos o un beso. 


                Ramón Luque Sánchez



 El día de las letras  
                                                                                   
Estimados amantes de la literatura aquí reunidos. Cuando nuestra apreciada compañera tertuliana Adelaida Bordés nos invitó a participar en un encuentro literario para pronunciarnos sobre el mundo de las letras o sobre el libro en particular, a mí se me encendió una luz en la cabeza al mencionar la palabra libro. Sí, porque no sé lo que tiene esta palabra que, me encandila, me sujeta, me emociona, me hace llorar o sonreír nerviosamente si cabe. Qué tendrá que, cuando la veo revivida en objetos conformados de papeles ilustrados impregnados de palabras, de colores, de brillos o de mates, bautizados con el hermoso nombre de “libro”, se me abren las pupilas, se me dispara la mirada que atraviesa los escaparates, se me alegra el corazón cuando los veo apilados cual pelotones de soldados expuestos para el pase de revista de este modesto lector al que se le paraliza el diálogo interior ante los lomos y las cubiertas. ¡Qué tendrán que no sé desprenderme de ellos cuando empiezan a caérseme de mis propias estanterías porque no hay lugar para tanto cuerpo!
Los regalo y me alegro, los destruyo por viejos y me apeno, los invito a reciclarse y me esperanzo, los exilio a otras bibliotecas y me estremezco, los pierdo y me aflijo, los recibo de otras manos y me da un subidón de no sé que sangre que me recorre el cuerpo hasta el calor de las manos que los acaricia con presteza, cual tesoro descubierto por un pirata.
Sí, ya sé que tienen los libros. Son los guardianes custodios de las palabras. Esos maravillosos símbolos que oí nada más nacer. Antes incluso que las manos maternas que me acogieron o el pecho de la madre que me alimentó. Palabras sin las cuales la vida transcurriría cercenada o moribunda cual pájaro sin alas. Palabras en conserva en el reservorio de las vivencias, libros que nos dicen de la vida de los seres que nos pueblan en este planeta pleno de historias, de mundología, de vida y de muerte.
En la escritura muchos pueden encontrar una forma de vivir. En la lectura de los libros la vida se desparrama como los ríos que desembocan en el mar, en el mar de caminos a tomar donde poder descubrir una forma de sentirse dichoso.


                   José Manuel Alfaro


 Las paredes llenas de un nido vacío

El día que el hijo pequeño voló de casa, Manuela se sentó en la cocina con la firme determinación de poner en orden su vida.  

Antes que nada comenzó haciendo un repaso de lo que dejaba detrás. Hizo el cálculo exacto de las tortillas cocinadas, ajustando la multiplicación  con los dedos. Enumeró las horas dedicadas a detectar fiebres, a remendar calcetines o evaluar toses.

El problema fue que después de aquello, Manuela no supo qué hacer.

Llevaba mal no tener que levantarse temprano, abrir los ojos y pensar que nadie nada más que ella necesitaba un café en aquella casa muda.

Una tarde vacía, incluso de rutina, Manuela se entretuvo en limpiar la estantería de los libros que la hija no se llevó con ella. Tomó uno de aquellos ejemplares y decidió abrirlo por una página al azar, sin intención, más por el recuerdo de la niña, a la que en ese momento querría tener como tantas veces, tumbada sobre la cama con el libro abierto en una postura extraña.

“Porque sin buscarte te ando encontrando por todos lados”…decía la frase sobre la que colocó el dedo. Y enseguida se sintió identificada.

Luego pasó un grupo de páginas sin pensarlo y puso los ojos en un renglón: “te quise y te quiero, aunque estemos destinados a no ser…”, pronunció en voz alta, escuchando su voz por primera vez en muchos días.

Durante los meses siguientes, Manuela leyó y leyó. Se fue dejando atrapar por la historia de la maga de Buenos Aires o el maullido terrorífico de un gato negro. Bajó al centro de la tierra. Se sintió embriagada por el aroma de las camelias, traqueteó cenando en el Orient Express.

“¿Qué es de Manuela?” se preguntan las vecinas viéndola pasar camino de la biblioteca. “No lo sé”, ha dicho hoy una de ellas, la más descarada, “pero yo creo que tiene novio. No veis que lleva los ojos brillantes y no deja de sonreír”.

           
              M. Carmen Orcero



MI QUERIDO RECIPIENTE                    

         Queridos amigos, hace ya tanto tiempo que camino junto a vosotros, que a veces me pregunto; ¿qué sería de ustedes, si vuestros pensamientos, percepciones, intuiciones y palabras no hubiesen encontrado un espacio donde alojarse y desplegarse?
         Aún recuerdo, cuando solo era un primer embrión de mi cuerpo, como comenzasteis a darme forma y vida hace ya más de 3500 años en la vieja Mesopotamia, mediante la grabación de signos en tablillas de barro, identificándolas como "escritura  cuneiforme" para más tarde hacerlo en papiro, pero aún así, todavía me faltaban unos cuantos siglos más, para que mi cuerpo se hiciese más extenso y dinámico, gracias a mi padre Johanne Guttenber en el cual, cada uno de vosotros  pudieseis refugiaros en mi interior, con la esperanza de poder salir de la oscuridad del "ser" y crecer cada día un poco más como ser humano.
         Sin embargo y como consecuencia del cambio de modelo social de vida, tal como definía Alwin Toffler en su libro, desde una sociedad basada en la agricultura, en la que el acceso a mi cuerpo solo era posible por unas minorías privilegiadas, pasando por un modelo industrial ya en declive y entrando en una etapa ya más avanzada aún, en la que todos los procesos productivos, se va haciendo cada vez menos necesaria la implicación de humano en sus tareas, se ha impuesto una norma no escrita, pero que grita: "no tengo tiempo, tengo prisa" en el que todo se ha hecho pequeño, mezquino y transitorio, para sumergiros en vuestras propias ensoñaciones y quimeras, sin reparar que, es en mi interior donde únicamente podréis encontrar el antídoto para reencontraros con vosotros mismos, como seres sociales, empáticos y creadores de palabras de vida. 


          Fernando Vázquez Mota


 Visibilidad


Ya ha caducado
mi velo azul ceniza y mi espanto,
nada en mi queda
ni tan siquiera los arrebatos,
todo ha de ir a mejor
los vidrios se quebraron
y con ellos tus hueros alegatos.

Déjame tu rosada piel,
déjame tu incólume sonrisa,
déjame que aparte este cáliz
que sólo supo amargo y mentiras.

De nuevo visible sin tu halo
alejada de sendas enfangadas,
de tenebrosas primaveras agostadas
y noches inertes con la esperanza deshojada.

Ha rolado el aire mañanero
con él siento mi mente despejada,
roló mi amor a desprecio
ha rolado el rumbo y también mi cama.

Nada espero ya con desvelo,
los ríos de lágrimas de crisálida no fluyen,
no riegan mis mejillas,
no riegan mi sonrisa ajada.

Clausurados quedan estos puertos
donde cobijo encontraba tu escuadra,
desprecios, olvidos, desamor,...
en mi ya no encontrarás morada.

Hoy celebro este día
en que aire y rumbo en mi vida rolaron,
yo mi dueña de nuevo
protagonista de todas mis hazañas. 


             Ignacio Santos


¿QUÉ TIENE EL LIBRO?
                                                             

¿Qué tiene el libro, que es tan buena compañía,
que me distrae en la vida,
y con quien aprendo cada día?

Gracias a él, desde la niñez a acá,
tengo colgada en mi espalda esa ansia de volar.
Las alas son invisibles, pero fíjate y verás
que  mi cuerpo viajar quiere y
mi mente en otro lado siempre está.

El libro, fuente inagotable de bienestar.
Sus aguas, penetrando en nuestra alma,
la nutre, la hidrata y la refresca.

El libro, candidato a ser eterno, en papel o digital.
Abriendo horizontes y descubriendo interiores,
a nuestro lado va:
en la Historia con mayúscula y en la historia personal,

Nadie se quede sin leer, les recomiendo yo al conjunto.
El que se pierde esta acción, se pierde la bendición
de encontrar un tesoro en su corazón .



Los jóvenes poco  leen.
Parece más de mayores.
Desconocen todos ellos el gozo de los lectores.

De vez en cuando bueno es regalar un libro a alguien.
Y tal vez éste descubrir pueda el presente tan valioso.
Y aunque no te lo agradezca, sea que se siente dichoso.

No te aburrirás en el camino, llevando un libro contigo.
Te guia a la reflexión. Y hasta a escribir al momento.
Aprovecha la oportunidad que te da la inspiración.

Un libro, al lado de la cama.  Un libro, en vacaciones.
Un libro, en la estación.
No me digas que no hay ocasión
de establecer con el libro una buena relación.

Gracias palabras amigas
por quedaros entre dos cubiertas escondidas.
Sabed que cada vez que  las abren,
escapáis, llevando al leyente
a un mundo mejor: el de la imaginación.

Con dibujos o sin dibujos,
Con pocas o muchas páginas,
El libro tiene el honor de estar en el altar
del templo de las mentes lectoras.

Gracias libros, escritores y editores.
Gracias árboles y papel.
Gracias a vosotros,
Disfrutamos de este gran placer.


              Francisca Sánchez Rico


HOY VEO EL MAR QUE DUERME SOLITARIO...

Hoy veo el mar que duerme solitario.
Mientras los peces cruzan el camino.
Un pájaro dibuja su destino.
De Norte a Sur. Un hondo abecedario.

En cada letra que se escribe a diario.
Se va dejando un vuelo peregrino.
Donde realza un misterio repentino.
En cada orilla inventa un calendario.

Ya sopla un fuerte viento en los jardines.
Unas palabras junto al mar sacude.
Que va arrastrando el aire a sus confines.

Radiante brilla el sol en los jazmines.
Y un dulce verso bajo el cielo acude.
Para que vague al fondo y lo ilumine.

        Carmen Navarrete


     EL DIVORCIO

Acudía a la librería sin ideas previas y siempre, siempre, me dejaba recomendar: novela negra o histórica, ensayos sobre política europea, ecologismo, tratados técnicos sobre ingeniería, literatura para adolescentes o incluso algún que otro best seller.

Siguiendo sus consejos lo mismo releía a los clásicos y disfrutaba con sus enseñanzas morales que me enamoraba de las nuevas tendencias de vanguardia y sus provocaciones. Todos los temas me parecían fascinantes y devoraba cualquier autor, sin importarme la temática de sus obras, el estilo de sus textos o lo mal que me caían en el caso de esos pedantes repetitivos que pontifican desde las columnas de los suplementos dominicales.

Gracias a sus orientaciones me aficioné tanto a la belleza de las ediciones de lujo como a la sencillez de los libros de bolsillo, así que las paredes de mi casa se cubrieron, poco a poco, de estanterías repletas de innumerables volúmenes. Y semana tras semana seguía visitando mi librería, sin comprender cómo es posible que a alguien le pueda gustar leer en las pantallas de los libros electrónicos o hacer los pedidos por Amazon y otras librerías online.

Finalmente fue mi mujer la que se dio cuenta: a mi en realidad no me gustaba leer. La que me gustaba era la librera. 


            Agustín Fernández Reyes



LIBROS

Mil acentos invento,
los camino,
los vivo, los bebo,
mastico su sabor sin conjeturas.
Son
tal cual expreso
prietos en mis labios,
distendidos, sabrosos,
frescos,
entornados…
Abiertamente ciertos.



LEY

Aprendí a devorar tus letras
a engullir tu envoltura de tardes y tratos
a vivir tus historias de ayeres y balas,
rezar con acentos de orillas y prados…

Mi apetito rugía en tardes de invierno,
veranos de gentes y versos airados…
la vida me fluye entre las neuronas
en estantes de fuego, de juego calmo.

Mastico la esencia de vicisitudes,
trasnformo en verdura la sal y el abrazo;
te visto, me vistes, me hueles a flores
aquellas que evoco del cuento de barro.

Aromo mis sesos de amor y cultura
te abres, me llenas, razonas mis pasos
con letras aladas que suman más dicha
mis ojos transformas en dulces meandros.




             Maritxé Abad i Bueno



Fotos de Maritxé Abad:








         



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