Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
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viernes, 1 de mayo de 2015

Chícharos con alcauciles

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Eva se levantó temprano, y tras un frugal desayuno en su pequeño apartamento de Chiclana, se fué a la compra. Hoy ya tocaba, la nevera pedía a gritos algo que llevarse a las estanterías, y ella estaba harta de sopas de avecrem y hojas de lechuga. Por fin había cobrado su primer sueldo después de un largo mes de duro trabajo, ser la niñera de tres mocosos malcriados no era nada fácil, pero tanto tiempo de trabajos esporádicos, la forzaron a aceptar el primer trabajo que le podía ofrecer una cierta estabilidad, por lo menos hasta que su cuerpo aguantase. Era su día libre y decidió darse un sencillo homenaje culinario, había que guardar para tiempos peores. Aún guardaba el libro de recetas, que su madre le había regalado, con sus mejores guisos cuando se independizó, sabía que le iba a costar trabajo decidirse, y pensó en cocinar la primera receta que viera al abrir el libro, al azar, por cualquiera de sus páginas. Ante sus ojos apareció: “CHÍCHAROS CON ALCAUCILES”, y al instante sus sentidos rescataron los aromas y sabores de su Conil natal, esa fue la receta elegida. La Plaza de Abastos estaba cerca. Primero pasó por la pescadería, el atún rojo de la almadraba parecía cantarle para que lo comprara, pero de momento el presupuesto no daba para tanto, luego por el puesto de frutas y de verduras, los alcauciles y los chícharos fueron su primer pedido, pero como no estaría mal preparar unas “papas aliñás” como complemento, también las añadió al carro de la compra. Se acordó que aún le quedaba en casa un poco del “bizcocho duro” que le había enviado hacía unos días su madre, así que lo tenía todo, hasta el postre. Ya en casa, hizo cuenta del buen almuerzo y del postre, se hechó en el sofá, y tras unos pocos minutos cayó en un profundo sopor siestil. Sus sueños, vagaron por la ciudad que la vio nacer, paseando por la Playa de la Fontanilla, acudiendo a misa en la Parroquia de Santa Catalina, o de compras en las pequeñas tiendas de la calle Cádiz.


Carmen Franco S.

2 comentarios:

Retazos y retozos dijo...

Cocina auténtica y, además, bien descrita... Abre el apetito lector y gastronómico

Unknown dijo...

¡Se me hace la boca agua!

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