Hace algunas estaciones las compañeras del Club de las Letras
Pepi y Mercedes insistieron en que les compartiera los poemas que con matices
humorísticos acercaban el mundo de la enfermedad a ese día a día que debemos
retomar de la mejor manera posible... así sanamos, de paso cuerpo y alma. Así
lo siento.
¡Va por ellas y por todos mis queridxs compañerxs! Abrazos,
siempre desde el cariño,
Maritxé Abad y Bueno
Reeducación vesical
Del sótano al primer piso
-tengo que hacerme a la idea-
vuelvo a redescubrir
una vecindad nueva.
Mientras los voy conociendo
-¿qué tal el riñón de la izquierda,
y la costilla del cuarto?,
el intestino protesta:
también lo han recolocado...-,
voy cambiando las costumbres
y recobrando mi espacio
- ¡aquí arriba la lumbre
alumbra un poco más despacio! -.
Y llega el momento preciso
antes de salir a escena:
“Músculos, órganos míos
me llamo “Vejiga Ancestra”.
Soy pequeña y regordeta
-alargada al estirarme-
y por ser algo coqueta
me cuesta reubicarme
en esta planta primera.
Más no temo a las alturas:
la vista, vale la pena...”
Sólo un poquito de tiempo
necesito en esta empresa
y conocer las expresiones
de las vísceras diversas
que cohabitan, sin recelos,
en esta nueva residencia!
“¡Ustedes, las del rellano
-la pelvis y la cadera-,
me alienta el saber que antaño
para ensanchar dos peldaños
¡también les costó su tela!
Esta intención me motiva,
perseverar me consuela
acepto sin prisa el reto
que acompañado de afecto
mi mente entera sosiega.
Vacusend
Hace algunas estaciones las compañeras del Club de las Letras
Pepi y Mercedes insistieron en que les compartiera los poemas que con matices
humorísticos acercaban el mundo de la enfermedad a ese día a día que debemos
retomar de la mejor manera posible... así sanamos, de paso cuerpo y alma. Así
lo siento.
¡Va por ellas y por todos mis queridxs compañerxs! Abrazos,
siempre desde el cariño,
Maritxé Abad y Bueno
Reeducación vesical
Del sótano al primer piso
-tengo que hacerme a la idea-
vuelvo a redescubrir
una vecindad nueva.
Mientras los voy conociendo
-¿qué tal el riñón de la izquierda,
y la costilla del cuarto?,
el intestino protesta:
también lo han recolocado...-,
voy cambiando las costumbres
y recobrando mi espacio
- ¡aquí arriba la lumbre
alumbra un poco más despacio! -.
Y llega el momento preciso
antes de salir a escena:
“Músculos, órganos míos
me llamo “Vejiga Ancestra”.
Soy pequeña y regordeta
-alargada al estirarme-
y por ser algo coqueta
me cuesta reubicarme
en esta planta primera.
Más no temo a las alturas:
la vista, vale la pena...”
Sólo un poquito de tiempo
necesito en esta empresa
y conocer las expresiones
de las vísceras diversas
que cohabitan, sin recelos,
en esta nueva residencia!
“¡Ustedes, las del rellano
-la pelvis y la cadera-,
me alienta el saber que antaño
para ensanchar dos peldaños
¡también les costó su tela!
Esta intención me motiva,
perseverar me consuela
acepto sin prisa el reto
acepto sin prisa el reto
que acompañado de afecto
mi mente entera sosiega.
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