La
noche alimenta mis sueños y al amanecer me siento en la cama, cojo mi cuaderno
y escribo todo lo que mi mente retuvo.
A
veces, sobre un cielo estrellado, lagos en movimiento o un campo de trigo
espigado.
A
veces, sobre un soldado, una mariposa blanca o el príncipe amado.
A
veces, globos encarnados, un perro con mechas o un asesino fugado.
A
veces, un corcel alado, un sombrero de colores o un pastel decorado.
Así
nacen mis relatos, la imaginación me lleva a soñar, los sueños a fantasear y la
fantasía a crear.
Espero
que la belleza, la ética y la estética sean siempre mis herramientas para
seguir creando fantasía.
Carmen Franco
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