Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
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sábado, 28 de mayo de 2022

MANUELA LA DEL LUNAR. Homenaje a Adelaida Bordés, Centro de Congresos de San Fernando, 12-5-2022

 

Alfonso Pavón lee un texto de Adelaida Bordés:

 

MANUELA LA DEL LUNAR

 

Faustina se fue a la plaza de abastos. Aquel día tocaba expurgo en la covacha, cuya tarea correspondía a la señorita Elvira. En la cocina, un tabique la separaba del cuarto de las tinajas donde guardaban el agua y la ceniza para lavar. Al otro lado, tras una puerta grande cerrada con un candado, se escondía el misterio cuya única conexión con el exterior era una abertura de forma de rombo ribeteada por una moldura con volutas en los vértices.

 

El cubículo era un cúmulo de polvo y tiestos que no se ordenaba desde que murió su padre, hacía… mejor no recordarlo. La llama de la lamparilla parecía temblar de espanto ante tanto desorden. La luz resbalaba por los balancines de la mecedora de la tía Joaquina, se enganchaba a las telarañas  que unían las patas de las sillas del antiguo comedor. Aquello parecía un circo en miniatura, el asiento era la pista central, las hormigas muertas los titiriteros, en un rincón una araña, maestro de pista que entretenía al respetable mientras los luises, encarnados en otros insectos, preparaban el atrezzo para la llegada de los caricatos.

 

Al fondo había algunos cuadros y adornando el rincón estaba la jaula de Catalina, una cotorra que vivió repitiendo casi todo cuanto oía. Se la regalaron a su padre poco después de nacer ella. Solían ponerla junto a la puerta del patinillo y la muy ladina se encaramaba con el único deseo de alcanzar los nidos de las golondrinas que como cucuruchos rellenaban los rincones de los tejadillos en los patinillos de alrededor.

 

Ellas abrían el pico y agitaban las alas para espantarla, como si fuera un gato. Luego empezaban a trinar con desespero mientras Catalina, loca perdida, daba volteretas emitiendo gritos de alarma. Por entonces, Elvirita apenas hablaba, solo alcanzaba a reír y a aplaudir aquel improvisado recital de sonidos pero la tía Joaquina se enervaba y perdía los estribos llamando «bicho» al pajarito de la niña, al que amenazaba seriamente con abrirle la jaula tras atiborrarla de perejil.

 

lunes, 14 de febrero de 2022

Amantes y amigos

 

Poema del libro RESCOLDOS (1992) de Soledad Lozano Cumbrera (San Fernando)


AMANTES Y AMIGOS

Cabalguemos amor
una vez más,
quiero evadirme
de este engañoso mundo,
hoy más que nunca
necesito "volar"...

Enroscada a tu cuerpo
me siento más segura,
no sólo porque calmas
mis íntimos deseos,
también calmas
mi angustia.

Ahoguémonos los dos
en el vértigo loco
del mar de los sentidos,
gocemos plenamente
de ese instante,
ahora, seamos solo amantes
para después,
querernos como amigos.


(Aportación de Alfonso Pavón)

domingo, 23 de enero de 2022

BREVE Y PROFUNDO: Ramón Luque entrevista a ALFONSO PAVÓN BENÍTEZ

 



BREVE Y PROFUNDO: ALFONSO PAVÓN BENÍTEZ

Por Ramón Luque Sánchez

Hace unos años, concretamente en 2017, se publicaba “CALLEJUELAS, Ni olvido ni perdón”. La presentación fue un acto multitudinario. El boca a boca y las buenas críticas provocaron el que se vendiera y se leyera. Lo que al principio pudo parecer un hecho aislado en la vida de su autor, fue solo el primer escalón de una intensa carrera literaria. Poco después aparecería “CALLEJUELAS, Contra viento y marea”. Alfonso Pavón acaba de publicar su tercera novela: “ME COSTÓ UN INFIERNO DEJARTE”. Fui testigo directo de su presentación y, al igual que en ocasiones anteriores, una multitud lo acompañó.

 

Imagino que te tienes que sentir muy querido. ¿Cuál piensas que es la clave de tu éxito?

R.- Creo que el tipo de escritura utilizado… muy fresca, sin demasiadas florituras, para que llegase absolutamente a todo tipo de lectores

 

No eres un autor joven. Tu primera novela aparece cuando la mayoría de las personas se dedica a sacar a los nietos de paseo. ¿Qué te empuja a escribirla y a publicarla?

R.- Pues un hecho que ocurrió hace unos años. El Alzheimer de mi madre me dio el empujón necesario para publicar las vivencias de mis mayores, que sus memorias no se perdieran con sus partidas.

 

Tú naces en el barrio de las Callejuelas de San Fernando. Aparentemente estamos ante una novela localista. Imagino que es mucho más. ¿De qué van estas CALLEJUELAS?

R.- Darles voz a personas humildes y honradas que no tienen historia. Invisibles para la sociedad. Pero a la vez trato de hacer ver las injusticias de la época en que transcurre la historia.

 

Imagino que te habrán hecho muchos comentarios sobre estas dos primeras novelas, ¿qué recuerdas con especial cariño?

R.- Sin duda el que recuerdo con más cariño ha sido uno que decía «Me ha gustado mucho, he disfrutado desde la primera a la última página. Me ha recordado muchas cosas ya perdidas en mi memoria…». Ella tenía 80 años.

 

¿Cuándo nace la vocación por la escritura de Alfonso Pavón? ¿Hay alguna persona con la que te sientas deudor?

R.- La vocación nació en mí hace muchos años, cuando era un adolescente romántico y enamoradizo… pero esos escritos quedan siempre guardado en los cajones de tu historia. Una vez decidido a publicar mis escritos hay dos personas, gracias a ellos estamos haciendo esta entrevista… Mis padres.

 

Has trabajado primero como chapista y, después, como técnico informático, aparentemente ocupaciones que no tienen nada que ver con la Literatura. ¿Te ha influido de alguna manera tu experiencia profesional en lo que escribes?

R.- No, de ninguna manera… quizás todo lo contrario, la informática, sus lecturas puramente técnicas hacen que te distancies de la literatura, incluso de la lectura; es una profesión muy absorbente y evolutiva.

 

¿Qué novela te hubiera gustado escribir? ¿Por qué?

R.- «Cien años de soledad». Soy un admirador de Gabriel García Márquez, y éste es un libro que tiene la capacidad de resultar atractivo tanto para un lector refinado como para uno elemental.

 

¿En qué apartado de la novela encuadrarías ME COSTÓ UN INFIERNO DEJARTE? ¿Por qué habría que leerla?

R.- La encuadraría en novela histórica, de hecho todo lo que ocurre y que arropa a la trama son hechos reales, ocurridos tanto en España como en Argentina. Recomiendo su lectura porque se trata de una historia de amor difícil y estas siempre son atractivas y, también, porque en ella se pone de manifiesto la dureza que supuso la migración a Argentina.

 

¿En qué proyectos literarios estás embarcado en la actualidad?

R.- Pues tengo un par de proyectos, uno en fase de recopilación de datos y el otro iniciado. Se trata de una obra totalmente actual, reivindicativa y emotiva. Está basada en hechos reales y aunque la historia se desarrolla a muchos kilómetros de aquí, pondrá su colofón en La Isla.

 

Sin pensarlo dos veces, di el nombre de un libro, un poema y un pensamiento que te acompañen en la vida.

R.- «Cien años de soledad». De proverbios y cantares de Machado «Caminante no hay camino». «Ayudar, y enseñar que tras un tropezón solo queda levantarse y continuar el camino de la vida».

 

¿Qué te aporta el Club de Letras?

R.- A este eterno aprendiz le aporta conocimientos, también satisfacción de pertenecer a un grupo estupendo de personas empáticas y ricas en conocimiento, empeñadas en mejorar sus técnicas tanto en narrativa como en poesía.


viernes, 11 de junio de 2021

Me costó un infierno dejarte


 


 

Esta nueva obra, «Me costó un infierno dejarte», puede estar encasillada en la novela histórica. La trama es pura ficción. Cuenta una historia de amor complicada entre Cayetano y Mercedes, que aderezan con unos ingredientes que para nada ayudan a que el guiso resulte apetecible. La tragedia, los miedos y el desarraigo, que hace mella entre la ilusión y la desesperanza, no favorecen para nada esa relación.

 

Al igual que mis anteriores novelas, está formada de trozos de vida, unos reales y otros de ficción. Los reales son hechos, documentados, acaecidos durante aquellas fechas, Aquí en España y allí en Argentina. Hechos cargados de una enorme dureza.

 

Es una historia que he escrito con dos propósitos: UNO, el de homenajear, al igual que ya hiciera en mi anterior bilogía «CALLEJUELAS», a personas que por un motivo u otro han dejado su sello en esta vida solo a nivel familiar, gente humilde y honrada que no tienen historia, totalmente invisibles para la sociedad y DOS, hacer visible el sufrimiento y la dureza que supone cualquier proceso migratorio, pasado y presente. Trato modesta y discretamente de remover conciencias. Me da miedo presenciar la indiferencia y la naturalidad con la que vemos o leemos en TV o prensa las consecuencias de los movimientos migratorios actuales.

 

Somos animales errantes castigados a deambular de un sitio a otro de la tierra, nómadas, como aquellos ancestros que se tratan en la novela, y que como ellos, sufrimos en nuestras carnes además de la dureza de la migración, el recibimiento que nos proporcionan quienes, por temor o avaricia, no te aceptan en su sociedad.

 

Aunque el propósito UNO es homenajear a personas sin historia, y aunque tenga un cierto paralelismo con la vida de un familiar que emigró a Argentina a principio del siglo pasado, en el cual está basada, para nada se trata de una novela biográfica.


En esas fechas se produjeron una serie de acontecimientos que, ante su dureza, despertaron en mí el deseo de escribir esta novela.

 

La pérdida de las últimas colonias de ultramar trajo para España una situación de ruina y decadencia bestial que provocó que millones de ciudadanos tuviesen que migrar en busca de una vida mejor, por motivos tan diversos como la hambruna o la persecución política. Fueron unas fechas en las que nosotros fuimos los otros, como ocurriera en otros tiempos y circunstancias no muy lejanas (me viene a la memoria el flujo imparable de pateras o los campos de refugiados sirios por nombrar algunos ejemplos, aunque todos sabemos que son muchos más).

 

Y de otra parte unos hechos muy duros que también se llevaron a cabo en Argentina, donde por la codicia de sus gobernantes para crear una nación más grande ¾al igual que hicieran los españoles siglos atrás y otros dirigentes mundiales a lo largo y ancho de la historia¾ saquearon, masacraron, asesinaron y esclavizaron a los originarios de aquellas tierras, de aquella árida y desértica zona como era la Patagonia, para después repartirse la tierra entre unos cuantos y repoblarla con españoles, italianos, alemanes y rusos, entre otros. Hechos estos que hoy día forman parte de lo que se define como delito de genocidio por parte de la Convención sobre Crímenes de Lesa Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas.

 

La historia se repite con demasiada frecuencia. Por más que queramos evitarlo, es cíclica, y por ello esta obra trata de ser un modesto homenaje a los millones de personas que, por un motivo u otro, tienen que dejar su tierra, sus raíces, y vagar por el mundo con riesgo de sus vidas para conseguir volver a enraizar en otra zona donde haya trabajo, buena tierra y libertad. En definitiva, una calidad de vida que en sus lugares de origen no pueden encontrar.

 

Esta novela pretende, al tiempo que narra una historia de amor complicada, ser un modesto homenaje a tanto sufrimiento.

 

Está escrita en dos espacios de tiempo distintos, principios del siglo pasado, recién perdidas las últimas provincias de ultramar y finales del mismo siglo. Y he elegido hacerlo con un narrador omnisciente porque al ser histórica contiene cantidad de datos que no tienen porqué saber los protagonistas, aunque a veces esta función documental se la asigno a alguno de los protagonistas convirtiéndolo así en un narrador testigo.

 

El tipo de escritura utilizado es muy fresca, sin demasiadas florituras y con la misma sencillez de las anteriores para que llegue a todos los lectores, sin tener en cuenta el nivel literario de estos ni la edad. Hace unos días me trasladó un lector de 90 años que le resultaba muy fácil y agradable de leer.

 

 

Un abrazo,

Alfonso Pavón


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