Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


viernes, 30 de marzo de 2018

Un día junto a la bahía.

Foto obtenida del blog de Jesus Gargallo.
Historia de Astilleros de Cádiz, 1891-2005.
http://astilleroscadiz.buques.org/


La imagen, muestra una pequeña parte de las antiguas instalaciones de Astilleros de Cádiz, en lo que hoy sería el espacio ocupado por el parque Celestino Mutis, en el centro, y la zona de la llamada piscina de Astilleros un poco más a la izquierda del pórtico.

En la foto, se observa en primer plano, un buque petrolero no identificado reparando o en espera de dique, atracado al muelle que aún existe haciendo las veces de paseo lateral al mencionado parque, también se ve la antigua Escuela de Aprendices, y la doble maniobra del pórtico: que tiene suspendidos dos bloques laterales de costado durante su montaje en un petrolero en construcción. Al fondo, los astilleros de Matagorda, al otro lado de la bahía, también plenos de actividad con un buque en su grada.

Época de trabajo, esfuerzo, y lucha por salir adelante, lo que consiguieron con dignidad muchos miles de gaditanos y la ciudad de Cádiz entera que, arropando a sus astilleros, les ofrecía otros miles más de puestos de trabajo entre proveedores, empresas auxiliares y empresas de servicios afianzadas en ella.

Era y es la industria naval, la misma que políticamente fue expulsada de Cádiz y sigue presente en países del norte y centro de Europa, lo que fue posible “gracias” al engaño, la ignorancia, el depósito traicionado de la confianza de la mayoría y, del silencio de otros.


Junto aquella  puerta
que atravesé un día
había un muro blanco
que la defendía.

Aquel alto muro
un mundo escondía
que mis ojos niños
no bien comprendían.

Un mundo de gentes
cargado de vida
gente tempranera
que al tajo acudía.

Preguntas constantes
mi mente se hacía.
Para mi sorpresa
pocos respondían.

Verdades, mentiras
valores y vicios
como en un desfile
hasta mí acudían

Mis ojos de niño
crecían y crecían
y se hacían maduros
mientras comprendía.

Un día caluroso
que en levante ardía
junto a pardos hierros
me cambió la vida.

No fue la fortuna
de sedas vestida
con rostro de ángel
que a verme venía.

Fueron mis preguntas
que me socorrían,
que me dieron fuerza
mientras comprendía.


Aquellas vivencias
siguen siendo mías
y no puedo dártelas:
no te servirían

Solo tus preguntas
calmadas, tranquilas
harán que tus ojos
la señal perciban.

Ese es el momento
que cambia la vida.
Mantente despierto
pues llega ese día.

La señal que un día
entre tantos cruces
truenos y neblinas,
te indique el camino.
¡El que tú decidas!


                 Manuel Bellido Milla

lunes, 26 de marzo de 2018

Preguntas sobre la prudencia



Discernir y distinguir lo que está bien de lo que está mal, y actuar en consecuencia, no es fácil en este mundo tan complejo donde además los medios de comunicación se encargan de enturbiar aún más la realidad, con el objetivo de confundir y alinear, bajo unos intereses que precisamente no responden a una honesta moral humana.

Nuestras conciencias deben librar interminables batallas para que la prudencia marque el fiel de una virtud y no el de un grosero exabrupto, el de una pusilánime indiferencia o la de una cómplice alineación con el mal.

¿Qué significaría un correcto actuar ante la violencia, las guerras de poder, la hambruna, la escandalosa desigualdad existente, los desahucios, el desempleo o la emigración?

¿La prudencia de callar ante una injusticia, permitiendo que esta se instale con nuestro silencio? ¿Y ante una mentira? ¿Cómo ocultar el sufrimiento humano, ante la parsimonia de no señalar quienes la producen? ¿Denunciar un problema, pero sin profundizar en las causas ni las instituciones o personas que la producen, puede significar también un apaciguar la conciencia? ¿Cómo hallar el fidedigno equilibrio moral entre el prudente silencio o la responsable denuncia?

Suena fuerte llamar sepulcros blanqueados o raza de víboras a aquellos que provocan el sufrimiento, como también tirar la mesa de los dirigentes económicos, que tanta miseria, desesperación y muerte están ocasionando a la humanidad. ¿Pero, si la moderación nos inclina a callar, asumir o rezar, ¿no es quizás nuestra indiferencia una indolente cómplice con el mal?

Las fronteras entre el bien y el mal no quedan hoy definidas por una verdadera moral humana, sino por unas leyes contra natura elaboradas desde el poder, bajo la falaz excusa de facilitar la convivencia humana. Valores humanos, propios de su espiritualidad, como la acogida a un emigrante o refugiado, proteger a la madre naturaleza, negarse a tomar un fusil para matar a otra persona, ahorrar en presupuestos municipales para reinvertirlos en obras sociales o planes de empleo o denunciar el mal que provocan estas injustas ordenanzas, se sitúan hoy en el terreno de lo delictivo.

¿Hasta qué punto la prudencia debe impedir que nuestras acciones no traspasen los límites de lo “sensatamente” correcto, marcado por arbitrarias leyes y sentencias, que contradicen a una verdadera moral humana fundamentada en la fecunda fraternidad que promueve el amor? Única arma capaz de conseguir la paz y la felicidad mundial.
                                                                                    


               Pedro Castilla Madriñán

domingo, 25 de marzo de 2018

XLIV CONCURSO DE CUENTOS "PUENTE ZUAZO" 2018




Género:  Cuento

Premio:   600 €

Abierto a:  sin restricciones

Entidad convocante: Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes de la ciudad de San Fernando

País de la entidad convocante: España

Fecha de cierre:    14:04:2018



BASES


La Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes de la ciudad de San Fernando (Cádiz)

XLIV Concurso de Cuentos “Puente Zuazo”

Convocatoria 2018

BASES

1.- Se establece un único premio de 600 euros.

2.- El tema será libre y escrito en lengua castellana.

3.- La extensión del trabajo no será inferior a TRES folios ni superior a SEIS, tamaño A4 escritos con letra Arial de 12 puntos, a doble espacio y por una sola cara, debiendo ser original, inédito y no premiado en otro concurso ni editado en Internet.

4.- En la primera página del trabajo, que en ningún caso irá firmado o contendrá algún indicio que impida conservar el anonimato hasta el momento del fallo, se estampará un lema, que se repetirá en la cubierta de un sobre cerrado, dentro del cual figurarán los datos de identificación de autor, domicilio, etc., así como una declaración jurada en la que se hará constar que no ha sido premiado con anterioridad ni editado por escrito ni en ningún otro medio de publicación. Los sobres en que se envíen los trabajos serán destruidos por el Secretario que dejará constancia del acto.

5. - No podrán participar aquellos autores que hayan obtenido el Premio Puente Zuazo en el transcurso de los últimos cinco años anteriores a esta convocatoria.

6.- Los trabajos se remitirán por TRIPLICADO y serán dirigidos, POR CORREO CERTIFICADO a la Sra. Secretaria General de la Real Academia de San Romualdo, apartado 47, Código Postal 11100, San Fernando (Cádiz), haciendo constar en el sobre "Para el XLIII Concurso de Cuentos Puente Zuazo".

7.- No se darán por recibidos los trabajos que se envíen por medio o conducto distinto del que se especifica en la base anterior, procediéndose a su destrucción sin apertura.

8.- El plazo de admisión de originales terminará el día 14 de abril de 2018.

9.- El jurado que estará compuesto por tres miembros de reconocida solvencia literaria, se mantendrá en secreto hasta el momento del fallo. Uno de los componentes actuará de secretario.

10.- El fallo se dará a conocer públicamente en fecha próxima a la festividad de San Romualdo (19 de junio de 2018).

11.- El cuento premiado quedará en propiedad de la Academia, que se reserva el derecho de publicarlo sin que el autor devengue derechos. En el caso de que éste lo publique, queda obligado a hacer constar, de forma destacada "Trabajo premiado en el XLIV Concurso de Cuentos Puente Zuazo de la Real Academia de San Romualdo".

12.- Los originales no premiados no se devolverán a los concursantes. Serán destruidos en los diez días siguientes al fallo, levantándose acta que lo acredite.

13.- La participación en este concurso supone la plena aceptación de estas Bases y las decisiones y fallo del Jurado, serán inapelables.

14.- Los miembros de esta Academia se abstendrán de participar en el certamen.

15.- No se mantendrá correspondencia alguna con los concursantes.



sábado, 24 de marzo de 2018

Hemos de encauzar a los poderosos para evitar sus desbordamientos



                                           
Aunque, dicho de una manera tan clara, nos puede resultar un juicio exagerado y sorprendente, lo cierto es que la ciencia, el arte, la economía e, incluso, la política, si las abandonamos a sus propias leyes, pueden resultar unas fuerzas destructoras: pueden ser homicidas y suicidas. Con esta afirmación tan tajante no sólo reconozco el hecho histórico tan repetido y tan lamentable de la existencia de científicos, de artistas, de economistas y de políticos que han utilizado sus respectivos poderes para destruir y para hacer daño, sino que, además, advierto que, por exigencias de su propia naturaleza, las fuerzas científicas, artísticas, económicas y políticas -todas fuerzas brutas- tienden a crecer y, en consecuencia, a destruir, a aprovecharse avariciosamente de los seres más débiles que encuentran a su paso. Ésta es la ley natural, la ley de la selva, la ley del más fuerte. La historia inhumana de la humanidad está plagada -como todos sabemos- de científicos crueles, de artistas perversos, de economistas ambiciosos y de políticos criminales.

En esta ocasión, sería conveniente que fijáramos nuestra atención en el peligro que supone no dotar de unos frenos potentes ni de una orientación precisa a unos poderes que si los dejamos libres son amenazantes y mortíferos. El poder, sea cual sea su naturaleza, tiende a imponerse, a vencer y a derrotar y, por eso, entre todos hemos de encauzarlo con el fin de evitar los desastres de los desbordamientos y de las desoladoras inundaciones.

El avance de la ciencia, del arte, de la economía y de la política por sí solo carece de dirección prefijada y, en consecuencia, puede ser aprovechado para favorecer intereses contrapuestos. Todos sabemos que, por no perseguir fines propios, la energía atómica, un bello poema, un millón de euros o una ley aprobada por mayoría, pueden proporcionarnos un mayor nivel de bienestar individual o colectivo o conducirnos a la desgracia: pueden curarnos o enfermarnos, prolongar nuestras vidas o cortarlas prematuramente, pueden mejorar las condiciones materiales para que nos sintamos más libres, más tranquilos, más esperanzados y más felices, pero también pueden destrozar vidas, arruinar famas, romper familias, destruir pueblos.

Por eso, a la hora de medir la eficacia de los poderes, es necesario que se tengan en cuenta los principios, los criterios y las pautas morales que, a lo largo de nuestra tradición occidental se han formulado tras largas y dolorosas experiencias de desórdenes, de injusticias y de abusos de poder. A la hora de enjuiciar las ventajas de la ciencia, del arte, de la riqueza o del poder político, hemos de calibrar en qué medida garantizan los bienes supremos de la vida, de la salud, del honor, de la familia, de la intimidad, de la libertad, de la igualdad, de la solidaridad e, incluso, de la protección a los más débiles. Por eso, una sociedad responsable ha de tener cuidado en elegir para su gobierno, no sólo a los más listos, sino sobre todo, a los más honestos, a los más íntegros, a aquéllos ciudadanos que hayan dado pruebas irrefutables de sensibilidad moral.

En mi opinión, sin rencor, sin resentimiento y con serenidad, hemos de reconocer que hay personas malas, que carecen de conciencia moral y que, además, tienen malas ideas y mala leche; pero lo peor es cuando, además, tienen en sus manos las poderosas armas de la ciencia, del arte, del dinero o de la política, entonces pueden hacer un daño mortal.



       José Antonio Hernández Guerrero

miércoles, 21 de marzo de 2018

Almas en la bruma



Algún planeta rondó aquella playa.
Dos estelas se cruzan entre la blancura de la espuma
sueños, esperanzas y juventud se abrazan
y en la arena, cómplice perfecta, surge el amor sensitivo.

La noche comienza su andadura vestida de rocío
el fuego en la arena, chispeante calor que brota de la tierra.
La ilusión llega del océano entre bromas y cálidas miradas.
El ancla del amor no quiere garrear penetrando en las dos almas
y el fondeo: se consuma.

Ganas de soñar y conquistar los siete mares.
Zozobra al comprobar la espesa bruma que se acerca,
ganas de luchar al presentir las tempestades venideras.

Arbolamos el navío de plena confianza,
pertrechamos desafío contra los elementos
El ancla: irresistible y preparada, el buque: con todo su aparejo.

Zarpamos repletas de ilusión nuestras bodegas
tomando marcaciones a los cabos, sondando las arenas
¡Malditas corrientes traicioneras!
Éramos los dueños de un océano, de ilusiones compartidas

Los arrecifes, las cartas confundidas y el empañado catalejo...
¡Confusión sobre cubierta!. Las olas de través: el griterío.
¿Dónde está la fortaleza? Firme y delicada ¿Dónde está la comprensión?
Donde están protesto a gritos, mas la estrella polar, titila y enmudece.

Un meteoro a ráfagas de errores se aproxima a barlovento.
Mas rumbo y jarcia parecen imbatibles.
Decisiones que se imponen: inapelables
Error más que infinito en buque no castrense
Desamor, debilidad, confusión y pena quedan embarcados
¡Como lastre traicionero!

Una goleta aparejada de amargura se avista por la popa
Sigue nuestra estela. El tiempo pasa amargo apenas endulzado.
Muchas noches de silencios, preludios borrascosos,
encalmadas repentinas levantes racheados

Saltan cual chasquido latigazo los obenques y las burdas
Sueltas las escotas, gavias y mayores son rifadas
La caña no obedece, el buque se atraviesa
Los bandazos se suceden: es la desconfianza.

Herramientas calafates han dañado tu belleza,
miedos pavorosos han podrido las bularcamas
Vientos ajenos e impertérritos: imposibles al capeo
y recuerdos... bodegas atestadas de millones de recuerdos.
Velas rotas, cabos sueltos, tracas levantadas,
la bitácora arrancada y a rueda del timón: encasquillada.

Y al fin…
La goleta nos dio caza. Negra y afilada: bien aparejada,
abarloada en el través, pude conocer el nombre que en su amura luce
“La Intransigencia”
Tripulada por agrios marineros que la llaman por su mote: “La Falta de Respeto
Velero imperturbable y poderoso, pirata desalmado e incansable.

Fue una caza larga y pesarosa, con todas la velas desplegadas
pues a pesar de embarcar agua, navegamos en rápido velero.
Mucho tiempo.

Confundir debilidades con ternura. Falsa percepción nunca asimilada
No ver al otro en la cubierta, maldita y envolvente neblina cegadora.
Cansancio infinito acumulado repleto de tedios y de hastío
El único tesoro que “La Intransigencia” se llevó en sus bodegas.

Más no hubo nada salvo las monedas: el dinero.
Bastardo rezón, ancla de fortuna.
Pobre velero que zarparas lleno de ilusiones
Más de veinte años navegando y en bastardo rezón mides tu destino.
¿Donde naufragaron la ternura y el amor que nació en aquella playa?
Y al final, la mar en calma. Concluyó la singladura.
El silencio, inmerso en la sentina inundó los agotados palmejares
lentamente, con sigilo; buscando su camino hacia los baos
saliendo a borbotones silenciosos por las rotas claraboyas
ganando los obenques y motones
Es la hora de partir, inundado hasta las pantorrillas en mi puesto de cubierta.
Solo. A nado. Escuchando el crujir del mastelero que se hunde
En la noche.

Mirando a las estrellas, brazada tras brazada
persiguiendo la derrota de una playa
en la que vencer al desafuero y la tristeza
En la que vivir una esperanza.
Llegué a tierra y me puse a construir una goleta
pues el viejo marinero es al mar, como el amor lo es a la vida.



Inflexible y errada capitana
confusa en errados amoríos
observa bien que en otra playa
arrumbar podrás con tu navío

No maldigas la mala travesía
embarcamos llenos de esperanza
hoy tu estiba está en las realidades
tangibles, que no son de mi añoranza

Busca capturar olas y espumas
dar ternuras bajo el sol o las estrellas
recibir miradas en silencio
complicidad y calor mutuo, mas solo eso

Quizá un día en otro espacio, de tantos como hay (son infinitos) la realidad y la etérea espuma converjan en otra playa, en otra arena de personas nuevas cargadas de ternura. Solo quizá un quizá etéreo difuso e impreciso. Como el viento.


        Manuel Bellido Milla

La Realidad vs lo Real


¿Si la palabra es con la que alimentamos la razón, podríamos tener claro que es un concepto -la palabra- de la mente?

¿Si el silencio es con lo que entramos en comunión con la otra, podríamos decir que estamos ante una revelación -el silencio- del ser?



Cuestiones que me surgen de leer “El Arte de Callar” -de José Antonio Hernández Guerrero, Biblioteca Virtual Cervantes- Y me brota una reflexión entre el tándem que forman “la palabra y el silencio” para conseguir una comunicación completa y esmerada con la otra y con el entorno. Utilizando la palabra justa y acompañándola de proporcionados y convenientes silencios conseguiremos una comunicación autentica, siempre y cuando la persona, otro ser o el entorno estén en sintonía con nuestro nivel de expresión y códigos del mensaje.




La REALIDAD vs Lo REAL

Y al octavo día, Dios nombró el Silencio



Los seres humanos hemos sido abstraídos de lo real para ser cautivos de la realidad y las rejas de esta prisión son el lenguaje de las palabras. En la realidad reducimos el mundo y lo asumimos mediante la palabra. Es el lenguaje de la obviedad, un mensaje que necesita de muchas palabras, frente al silencio que se vale de espacios cósmicos en blanco para la observación y la escucha. Cuando el silencio invade el lenguaje hablado, cortocircuita las palabras, colonizándolas con lo real. El silencio busca las zonas cenicientas del habla para procurar que las semillas de las palabras crezcan. Con este lenguaje del silencio, se incita -al lenguaraz- en la búsqueda de la sensación del chispazo, para que genere grietas en su realidad, que le enfoquen hacia lo real. El silencio, es pues, la herramienta “transpalabras” con la que confrontamos y con la que expresamos aquello que trasciende al babel de las palabras. Ya que es necesario romper con el uso de un lenguaje libertino de las palabras, permitiendo que el silencio fluya en nosotras y nos guie, para enmendar nuestra visión del cosmos y, reparar en lo real.


Juan Carlos Canto Manteca


CLUB DE LETRAS. Encuentro del viernes 16 de febrero de 2018. Cádiz




Nos reunimos en el aulario tras el paréntesis del carnaval. Los imponderables no facilitaron el desplazamiento pero los asistentes disfrutamos de una tarde con las letras.

Tras el saludo inicial de nuestro coordinador, Pedro Castilla, procedió con el orden del día, comenzando por nuestro minuto de silencio. A continuación intervino el Profesor Hernández Guerrero, quien expresó en primer lugar su preocupación por la rapidez y la falta de originalidad de los trabajos que se reciben para ser publicados por la UCA. Seguidamente procedió a su clase teórica, cuyo resumen se adjunta, y que inició con el poeta Jorge Guillén y su obra LENGUAJE Y POESÍA, ya que días antes nos envió tres poemas de San Juan de la Cruz para su análisis. El artes tiene que estar trabajado con unas convenciones literarias, si no hay comunicación de sentimientos no es arte, precisó, poniendo como ejemplo que el primer grito flamenco no fue tal hasta que se oyeron y distinguieron los palos para cantarlo. Para ello sugirió dedicación diaria a la lectura de autores, como la lista sugerida al principio del curso, lectura en la que queremos profundizar aún más, vampirizándola, extremando el rigor, ya que solo así iremos creciendo. Repitió que el Club de Letras no es un taller de escritura. Con referencia a los poemas de San Juan de la Cruz señaló dos indicaciones:

1.- Al hacer la crítica, el poeta necesita un equilibrio entre la expresión y el contenido. Si no hay armonía y coherencia la obra no será buena.

2.- La obra literaria lo es en la medida que es ambigua, es decir, la plurisignificación de las palabras. Citó como ejemplo el agua en las Soledades de Machado, donde el poeta analiza y descubre el abanico de significados del líquido elemento. En el caso de San Juan de la Cruz, el Prof. Hernández Guerrero explicó que su trabajo lo relaciona con la naturaleza para expresar y explicar la dimensión del amor con la persona. En cuanto al valor que tiene el paisaje en la literatura recomendó la obra que se adjunta en este enlace:
http://www.cervantesvirtual.com/obra/los-paisajes-literarios/

Terminó su intervención refiriéndose a la metáfora como el juego de palabras que da otro significado a las cosas.

Pasamos a la lectura de trabajos. Al terminar, el Prof. Hernández Guerrero propuso releer cada uno el propio a fin de enriquecerlo.

Seguidamente se informó sobre el Club de Letras en otras localidades. En el mes de abril celebraremos nuestro encuentro en Chiclana coincidiendo con el homenaje a Fernando Quiñones. Será el viernes 20. Lo coordinará Antonio Díaz, que mandará las directrices con la debida antelación. En cuanto a los textos serán relativos al autor, originales e inéditos y no sobrepasarán las 24 líneas. Intervino de nuevo el Porf. Hernández Guerrero para  decir que nos desplazaremos en autobús y será gratuito, al igual que el nos llevará a Algeciras al final del curso, donde se homenajeará a Miguel Hernández.

Terminamos con la lectura de trabajos publicados en el nº31 de la revista Speculum.

Al salir el viento frío nos zarandeó con fuerza en esta última tarde oscura. La próxima será más clara por el cambio de hora.

Hasta entonces.

        
          Adelaida Bordés

martes, 20 de marzo de 2018

El olvido es complicado


El olvido es complicado;
los retratos, las redes,
las imágenes, los parloteos,
la mirada de reojo
y la cabeza baja al pasar.
La incertidumbre deja una estela
de recelo a mirarnos.
Es difícil;
con sueños, con recuerdos,
flashbacks inesperados,
escuchar tu voz de repente
y de la gente aislarla.
Es imposible;
con la negación,
cuando te aferras al destello,
a una esperanza de vuelta,
de retorno a la vida,
nostálgica.

Qué presente
está tu ausencia en mí.
Es tangible:
nuestra distancia me toca
como si el aire tuviera manos.
El viento viste agujas
cuando al cruzar
el silencio nos saluda.

La inexistencia es diferente;
es el vacío denso y amplio,
el espacio hueco,
una mella en movimiento,
la erradicación de la duda
sobre tener un lugar fijo.
La presencia y vida
de un tiempo sin término,
sin transcurso ni límite estático.
Ser y estar físicamente,
con una cobertura invisible,
que margina y por dentro revuelve
con un sinónimo de escozor.
Un pasado sin huellas,
un periodo indivisible,
la inutilidad en su mayor
y desatada identidad.

Tú no me has olvidado;
me destierras,
me tachas de non grata
mientras yo tacho versos
en los que te repito,
porque cansa y harta,
la palabra nostalgia.
Sé desde hace mucho
que no estoy,
que no soy,
ni objeto de miradas,
ni ceniza aún candente,
ni el polvo que se acumula
tras nuestra estantería.

Te saludo
entre estas tumbas
antes de seguir
sin ser recuerdo,
sin ser olvido,
sin ser nadie,
para ti.


                  Moni Galindo


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