Amigos todos:
Hoy clamo anhelante vuestra atención, lo hago acompañada
por no querer hacerlo sola ya por más tiempo; por eso, han llegado en mi
auxilio dos de mis leales e inseparables amigos, que, si bien no aparecen junto
a mí todos los días, sí que acuden a mi llamada de melancolía no superada, esa
que brota del silencio de mis aguas al observar la soberbia de algunos, capaces
de confundir el merecido solaz con los negocios que no saben hacer otra cosa
que arrancar el jugo de mis entrañas; melancolía al percibir la petulancia de
los ignorantes que se acercan a mí faltándome el respeto, ensuciando mis aguas
y mis arenales, patria de la libertad nacida sobre mis piedras sedimentadas por
la fragua del tiempo.
Por ello, a mi llamada, acudieron mis queridísimos
guardianes: el vendaval y la marea y, con su voz y su rugido, claman vuestra atención
por haber ignorado mi silencio, mi natural silencio, refugio de los que quiero,
de los que me quieren y se inspiran en la quietud de mis aguas y mis piedras
bañadas por la espuma.
A Moni Galindo, inspiradora desde su Caleta tras el temporal.
Manuel Bellido Milla.
1 comentario:
Ay, ¡qué ilusión y qué bonito! Muchas gracias por compartirlo.
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