BREVE Y PROFUNDO
Entrevista a: RICARDO CARPINTERO
Por Ramón Luque Sánchez
A primera vista, Ricardo Carpintero nos engaña, más que escritor parece un cantaor flamenco. El pelo blanquísimo y acabado en rizos le dan aspecto de ser un patriarca del mundo de la copla o del toreo. La curva de su barriga nos muestra la imagen de un hombre feliz. Pero todo eso se desvanece cuando empieza a hablar. Entonces parece un niño grande. Cuando se va nos deja un halo de bondad y ternura. Así eran las personas en el mundo rural, del que procede, hace unas décadas.
Te crías en un pueblo minero de la provincia de Sevilla, ¿queda algo en ti del mundo de la mina?
R.-Los niñ@s nacidos en esas cuencas mineras, veíamos en nuestros padres grandes dosis de solidaridad, amistad y compañerismo. Esos ejemplos estoy convencido que nos marcaron a todos.
Has trabajado hasta tu jubilación en la sanidad, que tiene poco de poético, ¿cómo ha influido tu trabajo en la decisión de ser escritor?
R.- Un infortunado accidente me obliga a estar más de dos años en cama, de ahí quizás venga mi vinculación y admiración por el mundo sanitario. Y es, cuando me incorporo como trabajador a la sanidad cuando vuelve a convertirse ese mundo en una fuente más de inspiración. Pues en él, se vive intensamente, el dolor, la superación y, sobre todo, la entrega y el amor a los demás.
¿Qué aporta la Literatura a tu vida?
R.- La literatura para mi, ha sido una herramienta imprescindible de conocimiento y de vida. Con los libros dejas de ser un actor pasivo para convertirte, en la medida que tu imaginación quiera, en parte activa de la obra.
Te tengo por un hombre bondadoso, pero imagino que detrás de esa imagen hay algo más. ¿Quién es en verdad Ricardo Carpintero?
R.- Mi padre, un cariñoso minero, y su entorno quisieron trasladarme conceptos como compresión, solidaridad, justicia social, y estos quedaron grabados en mi. Por ello cuando pude estudié unos años de Derecho y más tarde Gestión Pública en Madrid. Fueron años de reformas y mucha entrega. Ya de vuelta, quise concluir mi vida laboral en Cádiz, tal como empecé, en la sanidad, Y ahora intento aportar mi granito de arena a esa montaña inmensa de palabras, llamada Literatura.
Te conocí como poema y de pronto tu primer libro está escrito en prosa. ¿No crees que la poesía debe estar celosa?
R.- Espero que la poesía no esté celosa, ya que en él he pretendido, modestamente, que contenga párrafos de una clara prosa poética, que a poco que los estructures y los vistas con el traje poético puedan ir apareciendo pequeños poemas.
Acaba de aparecer tu primer libro, ¿de verdad merece la pena tanto esfuerzo desde que se escribe la primera palabra hasta que lo ves en el escaparate de una librería?
R.- Cuando ves que una novela aparece después de un par de años de esfuerzo, y te das cuenta de que la hacen suya los lectores, es como si dejara de pertenecerte. Ya no solo la disfrutas tú, sino todos los que la leen. Esto es lo que verdaderamente merece la pena.
¿De qué va “A volar, madre, a volar”, tu primer libro?
R.- Es una historia de vida biográfica, narrada desde el punto de vista de los hijos de los mineros. Un relato histórico plagado de detalles reales, como un sentido homenaje a esos jóvenes mineros que en muchos casos acabaron dando sus vidas trabajando en galerías profundas situadas a cientos de metros bajo tierra.
Dime tres razones por las que es aconsejable su lectura.
R.- Porque era necesario darle voz a los que en su día no la tuvieron. Puede ser leída también por jóvenes, ya que he pretendido que sean ellos los protagonistas de la historia. Pretendo transmitir valores, quizás olvidados, como la amistad, la solidaridad y el esfuerzo colectivo, unidos por el amor a esos pueblos de Andalucía que un día nacieron para ser felices.
¿En qué proyectos andas metido en la actualidad?
R.- Quizás porque he esperado a tener tiempo, aparece la necesidad de seguir publicando. Relatos, poemarios y la estructura de una nueva novela, aún en ciernes.
Sin pensarlo dos veces, di el nombre de un poema, un libro y un pensamiento que te acompañen en la vida.
R.- La Rima LIII de Gustavo Adolfo Bécquer. "Volverán las oscuras golondrinas",
"Edad prohibida" de Torcuato Luca de Tena.
"Ayúdame a ayudar".
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