3.- La vida es movimiento
De la misma manera que los movimientos físicos constituyen
imprescindibles estímulos para que los órganos corporales mantengan y acrecienten
su lozanía, la vitalidad mental, emocional, familiar y social progresa y se
extiende, gracias a las actividades que evitan la parálisis. Como nos dicen los
médicos, los órganos se desarrollan mediante unos ejercicios adecuados y
correctamente programados y, en ocasiones, la mejor medicina para ayudar a curar
las diferentes dolencias corporales son los movimientos. Cuando permanecemos inmóviles, quietos, los músculos
se debilitan, pierden masa y flexibilidad, los miembros se anquilosan, el
corazón bombea con dificultad y los pulmones se atrofian.
Hemos de tener en cuenta, además, que el cerebro es el
órgano que más se activa mediante el ejercicio. Hasta comienzos
del siglo XX se creía que nuestros cerebro era estático: que sólo se
desarrollaba durante la infancia, y que, a partir de la edad adulta, se
iniciaba un progresivo declive. En la actualidad conocemos que el cerebro puede seguir generando
nuevas conexiones entre las neuronas a lo largo de toda la vida: es el proceso
conocido con el nombre de neurogénesis. Los estudios muestran los efectos positivos que un
correcto entrenamiento genera en nuestras capacidades cognitivas, en la
percepción, en la atención, en la memoria, en el lenguaje e, incluso, en las
funciones ejecutivas.
Por eso me permito sugerirles que practiquen, de
manera permanente, una adecuada gimnasia cerebral, que realicen ejercicios mentales y que,
por ejemplo, piensen, recuerden, relacionen, imaginen, escuchen, conversen, se
expresen, se expliquen, se comuniquen, lean, escriban, dibujen y pinten. Y es
que la vida es, efectivamente, un permanente fluir. ¿Recuerdan la imagen tópica
del río? Pero, por favor, para evitar la esclerosis mental, piensen por sí
mismos y defiéndanse de los brillos deslumbrantes de la propaganda política, de
los vientos aniquiladores de la publicidad comercial, de los nubarrones
violentos de los pregoneros de catástrofes y de las mareas asoladoras del
cómodo hedonismo.
José Antonio Hernández Guerrero
1 comentario:
Muchísimas gracias José Antonio por tan estimulantes palabras. El texto es ( como siempre) una pequeña y valiosísima joya, que ha conseguido activar hasta los poros más sensibles de mi ser. Estoy de acuerdo con el contenido del mismo en general; pero, sobre todo, me ha encantado el final: debemos pensar por nosotros mismos y no dejarnos manipular por nada ni por nadie.
con afecto
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