Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


lunes, 12 de septiembre de 2016

Ser lo que se es


                                              

                 
Los hombres y las mujeres inteligentes saben muy bien que uno de los caminos para lograr el equilibrio psicológico, la armonía social y el bienestar familiar es la sencillez, la naturalidad y la autenticidad. ¿Se han fijado ustedes que hasta los más pretenciosos, pedantes y cuentistas admiran y elogian a las personas llanas y menosprecian a los engreídos? En estos momentos me vienen a la memoria las palabras de Lola Borbón referidas a Merceditas, una compañera a la que nunca llegó a entender. Decía que era "más que tontaja, una desgraciá". “Todavía peor que desear lo que no se tiene –afirmaba-, es no aceptar lo que se posee. ¡Qué desgracia más mala es no querer ser lo que se es!” La tonta de Merceditas no se daba cuenta de que disimular es una manera de delatar las carencias más inconfesadas, ni de que, a veces, las negaciones revelan más cosas de las que ocultan.

Y Lola, una y otra vez, me repetía la misma historia de Merceditas: Era, probablemente, la única de sus amigas que había logrado estudiar una carrera. Gracias a las casapuertas y a las escaleras que fregaba su madre, Merceditas se había podido matricular en la Escuela de Comercio. Allí conoció y se hizo amiga de otras niñas que vivían fuera del Barrio de Santa María y cuyas familias disfrutaban de economías más desahogadas. Todo cambió aquel día tan desgraciado en el que, cuando conversaban a la salida de la última clase de la mañana, escucharon una voz...

- ¡Merceditas...! ¿Has acabado ya?

Todas se asomaron a la baranda del corredor del tercer piso desde donde vieron a una gruesa matrona, con un moño enhiesto y con un inmenso delantal plegado en diagonal.

   - ¿Quién es esa señora tan gorda?, le preguntó una de las amigas.

Y Mercedita, resuelta, contestó: - Es mi criada.

- ¿Tu criada? ¡So hija de la grandísima! ven p´acá que te voy a decir yo por donde te he parío!                    



  José Antonio Hernández Guerrero                                                     


No hay comentarios:

Las opiniones vertidas en las publicaciones de este blog son responsabilidad exclusiva de cada firmante.