La goleta sevillana
Acunada junto al río
Mecida fue por la noche
Entre embrujos y amoríos.
Noche de placida luna
De azahares y jazmín
Noche fragante y moruna
Que lucías junto a mí.
Con el duende por testigo
Zarpaste con la marea
Despacio; trazando el río.
Más allá de Barrameda.
Donde Sanlúcar termina
Cuando empieza el ancho mar
Soñando con la bahía
De Cádiz, un saladar.
Arrullada por las olas
Bamboleada por la sal
Del Puerto Santa María
Navegando y navegar.
La goleta sevillana
Que en los Toruños ancló
Cruzando los siete mares
Al Puerto siempre arribó.
Encuentros de aquella noche. Triana nos acogió y,
desde entonces, cariño, ya nada nos separó.
Manuel Bellido Milla
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