BREVE Y PROFUNDO: ENTREVISTA A ROXANA
XAMÁN
Ramón Luque
Sánchez
La vida siempre es
una invitación al descubrimiento y a la aventura. Eso debe de pensar Roxana Xamán, nuestra
entrevistada. Nacida en Mazatlán, Sinaloa (México), es licenciada en Filosofía
y Ciencias Sociales, aunque amplia estudios tanto en Cádiz (España), como en
Sussex (Reino Unido). Actualmente estudia el Doctorado en Creación y Teorías de
la Cultura (UDLAP).
P.- Roxana, ¿qué
te lleva a venir a España a ampliar tus estudios?, ¿qué te ha aportado la
Universidad de Cádiz en tu formación?
R.- La costa de
Cádiz fue un sitio que me eligió la vida, por azar, pero del que me enamoré
inmediatamente. La UCA me enseñó y me sigue enseñando con mis amigas y amigos
de El Club de las letras que escribir no es fanfarronear ni fingir ser el más
leído de la mesa, que el verdadero escritor es quien tiene un interés por unir
las palabras, una a una, hasta llegar a un verso o un personaje y tiene el
gusto de compartirlo. Eso no lo había visto yo visto antes.
P.- Mirando tu
currículo, veo que tienes numerosas titulaciones universitarias, además,
obtenidas en distintos países. ¿Por qué hay que salir al mundo para completar
nuestra formación?
R.- No sé si haya
que “salir al mundo” necesariamente, en el sentido de cambiar de continente.
Salir al mundo, a veces, es simplemente abrir la puerta de tu casa y platicar
con la vecina de enfrente. A mí convivir con otras culturas me ha ayudado a
verme con ojos más claros y reconocer a otras personas, lo valioso de sus
diferencias, lo interesante de tantas similitudes.
P.- En 2018
obtienes la prestigiosa beca Chevenig, lo que te permite estudiar en el Reino
Unido. ¿Qué crees que vieron en ti para que te distinguieran con tan alto
honor?
R.- Lo más duro de
solicitar una beca es seguir el proceso hasta el final. Implica inversión de
recursos: tiempo, dinero, mente. Hay que sobresalir, y creo que en este caso
eso significa que hay que coincidir. Una es lo que es, no puedes cambiar de un
día para otro por una beca. Entonces vas y esperas que eso que eres le parezca
valioso y le interese a la persona que tienes enfrente, quien evalúa. Yo
insistí, como sigo insistiendo, que la literatura tiene el potencial de mejorar
las condiciones de vida concretas de las poblaciones y que a mí me interesaba
dedicar mi vida a hacer ese trabajo.
P.- ¿Cómo y cuándo
descubres que quieres dedicarte a esto de la Literatura? ¿Cuánto hay de
reivindicación y cuánto de sueño en esta decisión?
R.- Abrí un libro
de poesía de mi bisabuelo unas vacaciones de diciembre en el bachillerato y lo
tomé como reto: “Si él pudo escribir, yo también.” Siempre vi a los escritores
como genios inalcanzables, poco humanos, pero en ese libro estaba mi apellido y
los versos de alguien que era normal, con mis mismos genes, que había vivido en
la misma ciudad que yo. Eso liberó la literatura para mí. Sentí que tenía
derecho a escribir, en ese sentido pudo llegar como reivindicación. Es
enteramente un sueño, que materializo en formas diversas, pero sigue siendo un
sueño.
¿Por qué escribes?
R.- Para soñar.
Para darle vida a historias o imágenes que de otra forma no existirían.
P.- Dime un par de
escritores de los cuales te declares deudora. ¿Por qué?
R.- Marguerite
Duras es la primera escritora que me sedujo más allá de un libro y que me
mantuvo interesada por años. Le debo también a Rafael Guillén y su “Balada en
tres tiempos para saxofón y frases coloquiales”. De él no he leído más y, por
lo pronto, me es suficiente.
P.- Poesía,
relato, novela, ensayo, artículo periodístico… ¿Dónde hay que encuadrar tu obra
literaria? ¿En qué te sientes más cómoda?
R.- Empecé con
poesía y ahora me enganché con el relato. Ambos se complementan y de ambos me falta
mucho por aprender. Sigo ensayándolos con mucha ilusión y entusiasmo.
P.- Eres
cofundadora del proyecto literario Quinto Derrotero (2014-2015), fundadora de
la revista Ancona de la Universidad Politécnica de Sinaloa (2018), directora de
los proyectos de difusión de narrativa y poesía El Tintachero (2013-2015) y
Palaba Lab (2017-2018). Como vemos, tienes múltiples campos abiertos, todos
relacionados con el mundo de la cultura y la Literatura, ¿qué te aportan este
activismo cultural y qué aportas al mismo?
R.- De estos
proyectos algunos siguen vivos, otros ya cerraron su ciclo. La literatura tiene
que salir del texto impreso para volverse vida, para eso tienen que ser leídos,
escuchados, vividos. Creo que si algún aporte he hecho es permitir que textos literarios,
lo que alguien alguna vez pensó como un poema o una historia, se encarne en la
vida del público.
¿Para cuándo tu
primer libro? Imagino que proyectos debes tener muchos.
R.- Al final de este
2021 espero materializar un libro que tengo años imaginando: “Elvira y las
notas luminosas”. Es un libro para niños y niñas, una historia ubicada en la
costa de Cádiz. Quiero que sea el primer libro de mi proyecto editorial. Y si
El Club de las letras y el comité evaluador lo considera valioso, que este
primer libro sea en coedición con este espacio de la UCA, para reforzar y
alimentar nuestro vínculo.
P.- Sin pensarlo
dos veces, di el nombre de un libro, un poema y un pensamiento que te acompañen
en la vida.
R.- Edna St. Vincent Millay y su poema Love is not all.
“Love is not all: it is not meat nor drink […]
Yet many a man is making friends with death
Even as I speak, for lack of love alone.”
El amor, que mi buena
amiga Majo Cuétara anotó con tanto tino, está en la amistad, en la familia, en
muchos lados, y la pareja, a la que de pronto no habría quizá que darle tanta
centralidad. Yo lo encuentro también en la literatura.
P.- ¿Qué ha
significado el Club de Letras en tu trayectoria literaria?
R.- El Club de las
letras ha alimentado mi persona y mi literatura por diez años ya. Ha
significado definitivamente un parteaguas en mi trabajo literario. Este último
año las sesiones en línea me permitieron volver a compartir el espacio en
tiempo real. Uno de mis textos trabajados en el taller fue seleccionado ganador
y aparecerá en la IV Antología de Escritoras Mexicanas de la organización
Escritoras Mexicanas. Tener ojos serios y críticos que me lean con cariño y
entusiasmo, ese es un elemento que agradezco de El Club para mi persona y mi
escritura.
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