Llora
el mundo y
también la vida,
ríos de lodo acompañan sus arrastres
acciones devastadoras son los lastres
constriñen nuestra naturaleza perdida.
Tan duro y tan aberrante es el poder
sin resuello, genera damnificados
por el dolor, el terror y la muerte causados
solo queda con él mismo sin desfallecer.
Mudos los hombres quedan acusados
una vez recuperados, alzan sus cuellos
el olor a carroña, forma parte de ellos
y, vuelven a volar como asordados.
© Isabel Canales
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