A
veces nos sentimos náufragos
sin
estar perdidos en una isla
sino
rodeados en nuestra vida diaria
en
esa aterradora impotencia
de
los adioses sin destinos.
Ese
naufragio son las inevitables perdidas
ese
disminuir humano de los que queremos
ay,
y se van y nos quedamos,
el
naufragio es desolador
no
sabes dónde colocar el corazón
es
una semilla sin tierra
un
oasis de penas contenidas
que
las encerramos sin consuelo.
Después
los vientos
noticias
que vuelan
nos
distraen, nos embelesan
y
olvidamos unos minutos
unos
días, quizás
y
vuelta al naufragio.
Así
somos, náufragos perennes
sin
tiempo para los rescates
olvidados
en nuestras conciencias
sintiendo
como olas, tras olas
a
ese reloj miserable que no se detiene
que
nos lleva a la deriva inevitablemente.
Francisco
Herrera
1 comentario:
Navegar o naufragar, no es como vivir o morir: es vivir.
Gracias Paco.
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