Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
Coordinación del blog:
Antonio Díaz González
Ramón Luque Sánchez

Contacto y envío de textos:
clubdeletras.uca@gmail.com


viernes, 21 de marzo de 2025

Presagio-caligrama

 

Presagio


Vetusta es la rama que me sostiene, aunque se cimbree,

al regreso del vuelo diario en busca de alimento,

cuando casi no quedan granos después de la siega,

una vez recogidas las mieses en su ciclo temporal,

de otear los campos hasta extenuarme y embolarme.


Acógeme libre, en movimiento, sin dudar un instante,

aunque no pueda mi pituitaria percibir los olores

tardíos e inesperados, los vivo; los aromas ascienden,

se tornan más sensibles desde arriba, llegan vibrando;

mi cuerpo se contorsiona para identificarlos, percatarme.

 

A las aves que no vuelan entretienen sin abrumarlos,

apenas sin consciencia, de conciencia estéril y yerma,

lentamente, sacudidos por la inercia, los mueven;

forman parte de la utilería de la vida, ufanos están.

 

Tiempos repletos de ocasiones confusas, deliberadas,

carentes, aunque ausentes, son virtuales y expandidas;

cuando despiertes, verás lo que te has perdido sin saber.

Creías estar alerta y expectante, a pesar de estar durmiente;

no cabe explicación a tu ceguera; te cubría un velo, quizás.

Solo el que busca tendrá, el que quiera ver, verá.

 


                                Isabel Canales

miércoles, 19 de marzo de 2025

VUELVO

 

VUELVO

Francisco Herrera López

 

Vuelvo a Granada

como vuelvo siempre y noto su vacío

inexplicable vacío, como el tiempo

es como una herida eterna

donde no hay sutura posible,

como una invisible trinchera

sin soldados que la expliquen.

Vuelvo con el vacío

en calles sin sus versos,

quizás Antonio Carvajal los guarde

o en el atardecer de la Alhambra.

Vuelvo como las golondrinas en primavera

buscando sus nidos,

yo encuentro el vacío de sus ojos,

nadie lo explica, ni sus calles,

es de esos vacíos eternos

como ese vacío también

de “En un lugar de cuyo nombre no quiero

acordarme”

viernes, 7 de marzo de 2025

SIN TRISTEZAS

Sentándose a escribir todas las mañanas como se llega a ser escritor. Aquellos que no lo hacen siempre serán aficionados. 

                                                                        GERAD BRENAN

SIN TRISTEZAS

                         A mi  querido amigo Cristóbal

 Francisco Herrera López                  


Nadie te espera, estás solo, aunque te engañes, aunque lo creas

estás solo, tú ayer y tú hoy y también el mañana,

tus pensamientos, tesoro íntimo y sabio.

 

Mires por donde mires, estás solo

como vías de trenes olvidadas,

como esas piedras calladas que pisas

con menos fuerzas y no lo ignoras.

Sabes que el reloj— maldito reloj— corroe,

tratas de disimularlo

con una capa de barniz cada mañana

o con cierta indiferencia hacia ti mismo.

 

Lo sabes, quedamos en el olvido, que más da

entierro, misa, tres días, dos amigos ¡qué bueno era!

y si te vi, no me acuerdo ¡somos así todos!

esto y mucho más y lo sabemos.

 

Solo nos queda escribir

tanto como nos permita el tiempo

sin vanidad ni reconocimientos ¡para qué!,

nadie nos puede impedir escribir,

llevar esa llama — antes volcán— al papel

o a los demás,

como hace cada día nuestro querido José Antonio.

 

 

10 de Enero, 2025

 

 

  

martes, 4 de marzo de 2025

SURGIR DE LAS CENIZAS

 

   SURGIR DE LAS CENIZAS 

Ramón J.S. Valle Peña, D. Ramón María del Valle-Inclán


Entre ideas adversas creciste, mamaste del matriarcal abolengo, respiraste el liberalismo poético de tu patriarca aciago.  Las normas establecidas ignorabas. Una vida bohemia cargada de penurias, quisiste llevar, lo hiciste. Aunque la imagen ofrecida de la que hacías gala en superficie, para así, desmentir los detrimentos, era una contradicción. Y así, tu existir.

  Los reconocimientos no faltaron a lo largo de los años, en pintura y estética, una autoridad con cátedra en Bellas Artes. Tu conocimiento aportaste en academias, ateneos, un sinfín. Casi todos los géneros literarios, trabajaste. La crítica literaria no solía favorecerte y a pesar de las nefastas opiniones publicadas sobre ti, continuaste con esfuerzo, siendo fiel a tus cambiantes ideales. Resurgías de tus propias cenizas.

    Aficionado a las tertulias matritenses, en donde, el intercambio de ideas novedosas y posibles, con carga de realismo y crítica social, que habían permanecido aletargadas en el rescoldo de la vida, ahora, bullían en ellas, eran aplaudidas, había intercambio, afloraban.

   Gran glosario de obras realizaste, con aversión académica incluida, un nuevo género creaste, “el Esperpento”, lo definiste, como una moderna concepción de la tragedia”. Cargado de realismo por la decadencia existente en una España sin valores, sin trabajo, sin ingenio, sin arte. Donde la degradación política y su amarga distorsión social, hacían surgir la crítica. Eran aguas conocidas, reflejabas sus paisajes, orillas, hasta sus barcas varadas y encalladas. ¡Todo ha quedado escrito!


                    Isabel Canales

                       

martes, 18 de febrero de 2025

A RAFAEL ALBERTI

 


 

Naciste en el corazón del Puerto

Eras el quinto vástago acunado

Tus ojos almendrados

Descubrían el mundo lentamente

Despertabas precoz, inteligente y rebelde.

 

Vivías muy cerca de la porteña ribera

Tus paseos dabas, junto al río bullicioso

Afanado mirabas, desde el final del espigón

A punto de fundirse con el mar en cabecera

Veías la Punta de San Felipe, la ciudad, el puerto,

Su bocana, los barcos de la rada en formación

Iban a las islas y a otras partes del mundo.

 

A quince años, un traslado familiar repentino

Te cambió lo inmediato, el habla, sus gentes

La capital os acogió, se daban otras costumbres

En su parte del cielo surgían colores nuevos

Tierra, ocres, amarillos, azules, violetas

Plasmaste obra con tu paleta y se admiró.

 

La pérdida paterna y una afección pulmonar

Te llevó a la sierra madrileña a reposar

Allí compusiste tu obra cumbre a la ocasión

En un momento de profunda conexión

Ahora celebramos su primer centenario.

 

Sin saber lo que sucedería en esa zona después

Donde la libertad con sangre se defendería

Entre colactáneos y camaradas, surgieron

Noches negras, mortíferas, atronados bombardeos

Iluminaron el cielo del Alto del león.

 

 

En tu tierra fuiste perseguido y vigilado

Por la ideología que siempre te acompaño

Compartida por amigos, intelectuales, escultores y pintores

De tu creativa e ilustrada generación

Dispuestos a dar al mundo otra significación.

 

Marinero, tú naciste, y fuiste sin viento trasladado

Tu viaje en barco, tantas veces añorado, surgió

El conjuro a la sirena, fue escuchado, sopló velas,

Roló el viento, escoraste lentamente, hasta mar abierto

Te fuiste a los confines, en crucero inesperado

Sin gorra de capitán surcaste mares

Navegaste de proa, para no ser abordado

Defendiendo por el mundo derechos y libertades

Allí te cupo por suerte, la esperanza por los lados.

 

El dragón se reabsorbió, surgió la nostalgia

La luz del horizonte se abría, era visible

El olor a mar, del mar, se quedó en tú pituitaria

Era momento de volver, de iniciar el regreso deseado

Tu casa de la ribera de nuevo, tu llegada espera

Para entregar aquello que sembraste y propugnaste

Y así, descansar en polvo, en tu amada tierra

Donde tu mar recogió tu cuerpo.

 

© Isabel Canales


martes, 4 de febrero de 2025

La sombra de Baudelaire


Aquel que se distingue en la estructura socialmente convenida, dominada y permitida, hasta reglada, dispuesta al servicio meritorio, evitando que brille aquel que sobresale, hasta dejarlo sin luz, más cruel aún, cegarlo, fue llegando lentamente al oírlo crecer.

 

Temas en rojo punteados y significados con la esencia de la vida, vinculados directamente con la parte humana, de la satisfacción de sus necesidades básicas de intimidad, del deseo de contacto, su expresión emocional, las señales de placer del amor, de los que no puede revelar, ni compartir, por estar reprobados.

 

Sucediéndole, agitándole y sumergiéndose en el fango del delirio hasta su foco, viendo y sintiendo el marasmo ininteligible de la penumbra humana, observando sus álgidos momentos, la reverberación de sus ondas, en la estela nebulosa de los turbios sentidos, en concatenación secuencial de lo experimentado, vivido a su vez, de lo observado y sentido, necesita plasmarlo para ser recordado.

 

Ahí es, donde las hordas pétreas, padres espurios de la obligación ético-moral sin ser otorgada, la manifiestan, ponderándose, surgiendo de la mediocridad consentida, con peso y socialmente sublimada, enjuician y frenan.

 


©Isabel Canales

 

sábado, 25 de enero de 2025

NUESTRA MALETA

 

NUESTRA MALETA

 Francisco Herrera López

 

Todos tenemos una maleta invisible,

rezume ciertos olores

de recuerdos, llagas, alegrías y secretos,

aunque nadie los adivine

están en ese pequeño espacio

sin esquinas, ni cerraduras.

 

Alguna vez se nos escapan

algo de esas “prendas”,

no sabemos por qué las ocultamos

ni tampoco por qué se escapan,

son dudas alineadas.

 

Escribir es a veces un coladero

de esa maleta invisible,

derramamos algo, poco,

quizás las metáforas disimulen

como las tiritas las heridas.

 

Cuando compartimos

sentimientos y tiempo

esa maleta se abre a veces

disimuladamente

a nuestra conveniencia

sin perder el espacio ganado.

 

He llorado sin lágrimas,

algún recuerdo me hizo prisionero,

urgentemente fue a mi maleta

que es quien comparte tu pasado,

dónde está ese hombro donde apoyarte.

 

Maleta, dichosa maleta,

que traicionas tantas veces,

y sin saberlo eres descubierto

porque va con nuestro carácter,

es una espía vendida

sin que nadie le pague. 

HABLAR DEL HOMBRE

 

HABLAR DEL HOMBRE

                 Francisco Herrera López


Hablar del hombre es interminable,

sus suspiros y lamentos, si los tiene,

no llegan más allá de medio metro,

son expiaciones que desde dentro

no encuentran soluciones a sus deseos.

 

El hombre, yo mismo por decirlo,

entra a veces en un círculo cerrado

de recuerdos y memoria que naufragan,

que tienen un balbucear lastimoso

cuando las realidades son dañinas

y no puedes atajarlos por impotencia.

 

Cuando escribes sobre cada día en prosa o poesía, sientes desanimo, no es pesimismo, es observar la indiferencia de quienes dejan transcurrir el tiempo de sus vidas sin unas mínimas inquietudes por los demás al margen claro de ellos mismos, hasta que los “suspiros” se les hacen crónicos.

 


 

martes, 21 de enero de 2025

Reseña de Teoría de la gravedad

 

Leila Guerriero


Leila Guerriero (Junín, Argentina, 1967) es periodista y editora. Publica en diversos medios latinoamericanos y españoles. Sus trabajos han recibido varios premios y es autora de más de una decena de libros, entre los que destacan Los suicidas del fin del mundo (2005), Una historia sencilla (2013) y Opus Gelber (2019). Su obra ha sido traducida al inglés, italiano, portugués, alemán, francés y polaco. Teoría de la gravedad (Libros del Asteroide, 2019), una recopilación de sus columnas publicadas en El País desde 2014. Y en 2023 presenta su libro: La llamada, clasificada como retrato, que obtuvo el premio Zenda 2023-24 de narrativa.





Teoría de la gravedad

En el prólogo de Pedro Mairal nos desvela muchas claves de estas columnas, escritas a lo largo de más de cinco años, Leila Guerriero, una de las grandes firmas del periodismo narrativo latinoamericano, se coloca a sí misma en su afilado punto de mira. Con una prosa feroz y precisa, la autora bucea en lo sutil para, desde el asombro con el que es capaz de iluminar la realidad cotidiana, alumbrar lo que permanece oculto en nosotros.

Como se nos indica en la faja de la portada (octava edición) estos textos tratan de, entre muchas otras cosas, «del tamaño de la aridez de nuestros corazones. De repollos y reyes y de por qué el mar hierve y de si los cerdos tienen alas. Del horror del amor cuando termina. De todas las cosas que estaban hechas para olvidar que no hemos olvidado nunca; de las que estaban hechas para no olvidar jamás (el dolor, los muertos queridos, aquella tarde en la arena) y que, sin embargo, hemos olvidado para siempre». Es un conjunto de escritos que, además de formar una hermosa constelación de sus recuerdos, lecturas y reflexiones, golpea al lector con la fuerza de la mejor literatura.

«¿Por qué todos lo veían tan claro y yo tan oscuro, ahí estaba de nuevo, quizás, mi maldita capacidad de ver siempre las cosas desde el ángulo podrido?». Sara Mesa se pregunta en uno de los cuentos de Mala letra sobre la negrura de su mirada. Los textos más autorreferenciales de Leila Guerriero comparten esa sensación de penumbra. Como si recorriésemos sus pensamientos por una rejilla sin ser vistos. Una introspección que nos interpela, desafía e hiere como si abriera cajones privados.

¿En qué consiste esa mirada?, se cuestiona Pedro Mairal en el prólogo de Teoría de la gravedad:  ‹‹Sus columnas son muchas cosas, como una curiosidad lateral de niña despiadada». Guerriero mira con la misma gravedad que escribe. Analiza con observación forense el ruido de nuestra cabeza, los puntos ciegos, los pensamientos que apartamos porque amenazan el relato que hemos construido de nosotros mismos. Y lo logra exorcizando su propia experiencia. «Hace sentir al lector como un intruso con palpitaciones. Nos deja su silla vacía como si pudiéramos ser ella por un instante».

         A Guerriero le mueve no resultar complaciente: «Nunca dejé de buscar en lo que leo, en lo que quiero, en lo que escribo, ese pavor. Algo que se vuelva hacia mí, me mire a los ojos y me diga: Hola, nena, yo soy tu diablo». Su mirada sobre la condición humana puede resultar devastadora. En sus columnas nos recuerda que todos hemos sido el monstruo de alguien y que lo que más has querido puede convertirse en lo que más desprecies. Lo hace con un crudísimo manual de instrucciones sobre cómo degradar una relación de pareja, donde vemos una Vileza vs. Buenismo: «Cuando discutan, no alcancen niveles de intensidad encendida sino un tono replegado, lleno de resentimiento y hastío […] cada tanto evoque cómo era tiempo atrás cuando la fantasía de la felicidad se sumaba a la felicidad dura y robusta que usted exudaba. Recuerde que se leían libros en voz alta. Recuerde que se contaban, sin cansarse, una y otra vez las mismas historias».

Guerriero parece encontrar más verdad en la vileza que en el buenismo: «¿Fue la música, fue la merienda con mermelada recién hecha, fue la caminata sin rumbo, fue esa película inesperada en la televisión? Claro que no. Fue algo vil, que vino del sitio del que provienen (toda) la felicidad y (toda) la desdicha». Más tarde desvela: «Y de ese ínfimo cogollo de emoción salió algo, chorreante, que era lo que yo quería. Unas cuantas palabras. Un párrafo. Una felicidad egoísta, miserable y pasajera».

Una de sus constantes es: poner el trabajo en el centro de su vida. Guerriero dice que escribe como si boxeara. Una escritura en pie de guerra. Como en la vida, hay que seguir a pesar de todo. «Hay que amasar el pan sin ganas de amasar el pan. Hay que amasar el pan para vivir, porque se vive, para seguir viviendo. Escribir. Amasar el pan. No hay diferencia».

Causa angustia. El formato es como de cápsulas (pg. y media) son artículos para el diario el País durante cinco años. De las experiencias propias se extraen las universales: Sentimientos extremos de pareja en medio de hechos cotidianos banales.

El sentimiento de descanso ante la muerte del padre. Confiesa lo inconfesable. Cuando una muerte se espera y se alarga la agonía, se huye del dolor, dejándolo en el hospital. En Instrucción 5 veo a Marcel, el personaje del Extranjero de Camus ante la muerte de la madre en el asilo de Argel. Parece carente de emociones y además Guerriero utiliza el tú para distanciarse. Aparece también el tema del desamor disfrazado de costumbre, la asesina del amor.

En sus dieciocho Instrucciones, Leila nos presenta un retrato universal de una pareja (“quizás del hombre con quien vive” como nos dice en varias ocasiones) que se disfraza de un alejamiento personal y que va de lo cotidiano a lo universal, que implica a todas las parejas. Son instancias cotidianas en las que nos podemos ver reflejados.

En Instrucción 6 está la incomunicación donde se la ve ofreciendo una versión desinfectada de ella misma. 

Percibo que amasar pan es una salida a ese túnel de la incomprensión, e incluso, se miente para evitar el choque. Siente nostalgia de la época joven donde no poseían cosas: "Un solo plato, una sola cuchara etc." 

    El mar aparece por primera vez en su vida a través de las descripciones que de él hace el padre y en la nostalgia de él. Y luego está Serrat y la sofisticada cantante Hebe Uhart, que quizás le recuerden sus raíces alemanas.

          Aparece también la escritura como oficio, y como obsesión se difumina por todas las crónicas y nos confiesa en el último relato del libro que paradójicamente se titula Empezar: “La escritura, mi patria tirana” .

¿Qué es teoría de la gravedad? ¿Es periodismo o literatura? ¿Es autobiografía? Según Mairal: "Sus columnas son autorretratos donde ella no está; pero sí sus huellas, su pan humeando, recién horneado. Estas columnas, de lenguaje afilado tienen algo de poesía." 

En la primera crónica titulada: " El pacto" emerge Leila Guerriero y después se sumerge para mostrarnos una personalidad caleidoscópica que engloba a una mujer o quizás a todas las mujeres.

El título:  Teoría de la gravedad es la atracción que la tierra ejerce, sobre todo, pero se trata de una palabra polisémica que nos remite a la seriedad, a los acontecimientos graves, valga la redundancia. En resumen, Leila Guerriero captura la esencia del ser.


Guadalupe Pereira Bueno

 En Chiclana a 21 de enero de 2025

 

Presentación de Angel contigo y otros versos

 







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