Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
Director: Profesor de la UCA Dr. José Antonio Hernández Guerrero
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miércoles, 27 de abril de 2016

Claves del bienestar. Miedos.





Claves del bienestar 28.- Miedos
                                                
                                       
Experimentar miedo cuando nos acecha algún peligro es un síntoma bueno y una reacción -emocional y fisiológica- beneficiosa. Como todos sabemos, el miedo es la respuesta espontánea que, tras la toma de conciencia de una amenaza, nos estimula para que nos defendamos, para que evitemos los riesgos alejándonos de ellos, resguardándonos en lugares seguros, protegiéndonos con escudos preventivos. Otras veces, sin embargo, el miedo -si logramos vencerlo- es un impulso que nos empuja para que, provistos de las armas adecuadas, nos enfrentemos a las agresiones con mayores garantías de éxito. Puede ocurrir, también, que algunos aprovechados -desactivando su función protectora y haciéndonos más frágiles- desencadenen nuestro temor intencionadamente, y que lo empleen  como ardid perverso para vencer nuestra resistencia a confiar en ellos y, así, lograr más fácilmente nuestra adhesión a sus propósitos.


Fíjense cómo lo usan los tiranos, los terroristas y, en general, todos los sinvergüenzas ambiciosos que, cobardemente, pretenden jugar con ventajas y beneficiarse debilitando inicuamente nuestras defensas físicas y desactivando nuestras protecciones anímicas. La historia de la humanidad está plagada de personajes célebres sembradores de terror, que han conseguido acumular poderes políticos, religiosos y económicos, gracias a su habilidad para amedrentarnos anunciando males y prediciendo ruinas y catástrofes. Es cierto que, en muchos casos, esos pájaros de mal agüero y esos profetas de calamidades, son unos neuróticos asustadizos que, con su pesimismo, pierden la credibilidad, pero también es verdad que, en amplios sectores de la población, logran crear un clima de inseguridad y un ambiente de ansiedad. 


José Antonio Hernández Guerrero

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESCRIBIENDO SOBRE EL MIEDO(s)

Estimados amigos, el miedo o los miedos también son hábitos que el hombre aprende, en la medida que se le enseña a ello. El miedo sirve como defensa, supervivencia, e instinto de protección, pero cuando va más allá puede resultar un problema. Otras veces los sistemas sociales y políticos, y a veces religiosos, también establecen normas imperativas que conllevan el miedo, unos tienen sentido, pero otros son claramente mecanismos d e dominación. San Pablo dirá en sus cartas que: “el verdadero Amor echa fuera de sí todo temor” que equivale a lo mismo que decía San Agustín: “Ama y haz lo que quieras “. Luego está claro de un lado, que tenemos que buscar ser libres interiormente para manifestarlo exteriormente, y que muchos de esos miedos son inconscientes, y el propio miedo como diría Erich From en su ensayo es un “miedo a la libertad”, son miedos aprendidos, ¿Qué hay pues en parte que desaprender? También podríamos hablar de miedos colectivos: tribales, sociales, familiares, miedos producidos por traumas, etc.. Es lo que dice el autor del artículo D. José Antonio Hernández, que los miedos nos ayudan en parte a protegernos, pero de otro lado tienen un componente neurótico. Así como dijo Ortega yo soy yo y mis circunstancias, podríamos decir: “Yo y Tu somos nosotros, tú y yo con nuestros miedos”. Sin embargo el ser humano, en la medida que busca la creatividad y está atento, puede aprender de esos miedos, y surgir un pequeño milagro, ese que ya en la educación con sentido holístico se enseña: transmutar o transformar los miedos, pero amigos, eso ya es otra historia.


Eduardo Ortega.

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