En un ambiente cálido y distendido, nos hemos reunido hoy en la cafetería
del Hotel Monasterio, los miembros del Club de Letras: Antonio Rozas, Juan
Leiva, Pepa González, José Antonio Hernández y una servidora. Las
conversaciones surgidas han sido variadas y espontáneas. Hemos empezado
hablando de amigos y familiares ancianos o enfermos, planteando los pros y los
contras de la atención de los mismos en el propio domicilio o en una
institución adecuada; llegando a la conclusión de que -además de los cuidados
pertinentes- las personas que están en esta situación necesitan, sobre todo,
sentirse acompañadas y queridas. También hemos comentado casos concretos en los
que personas aquejadas de una enfermedad importante son capaces de sentirse
bien, de disfrutar de la vida en la medida de sus posibilidades y de
contagiarnos su entusiasmo; una actitud realmente aleccionadora.
La animada charla nos llevó a otro terreno bien distinto, el del arte
flamenco, que nos hizo evocar nuestras experiencias personales: la peña Enrique el Mellizo de Cádiz, donde José
Antonio tiene una larga trayectoria como un experto aficionado, El olé de la Curra que fue creado por un
familiar de Pepa, la tradición de las peñas flamencas jerezanas y el estudio de
la figura de la mujer a lo largo de la historia del flamenco. Para rematar la
faena, Antonio se arrancó con una letrilla dejándonos tan sorprendidos como
deleitados.
Cambiamos de tercio haciendo una reflexión sobre la importancia del
respeto a través de la palabra, del cuidado de la misma para no ejercer la
violencia verbal que es homicida y suicida, de la responsabilidad que tenemos
todos de no banalizar el lenguaje oral y de la necesidad de que tomemos
conciencia de todo ello. Hicimos alusión a algunos ejemplos, entre ellos al
estilo de algunos programas televisivos y de la mayoría de los debates
políticos, manifestando que estos referentes tienen una responsabilidad añadida
al tratarse de entidades públicas.
Entre tantos temas variopintos, también hicimos un inciso literario,
aunque ya sabéis que la literatura y la vida son indisociables. Antonio Rozas
nos leyó el cuento Carpio el pasiego
de su libro De Cantabria a Cádiz y
Juan Leiva nos regaló su libro Lecturas e
imágenes alcalaínas con dedicatoria incluida. José Antonio aprovechó para
exponer la diferencia entre escribir nuestra vida como una crónica y escribir a
través de nuestras experiencias vitales que son únicas.
Para acabar nuestro encuentro, dimos un paseo por las dependencias del
hotel para contemplar su exquisita decoración, encontrándonos con una
exposición de dibujos adorables que plasmaban una serie dedicada a gatos y
perros que representaban a personajes famosos. José Antonio no pudo evitar
registrarlos con su cámara.
Finalmente, nos despedimos con el deseo de que pasásemos unas entrañables
fiestas navideñas. Deseo que, por supuesto, hacemos extensible a todos
vosotros.
Luisa Niebla
18 de diciembre de 2015
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