Acta de la sesión de 19 de febrero
del Club de Letras en Cádiz
El
pasado viernes 19 de febrero, tuvo lugar el encuentro del Club de las Letras en
Cádiz. Partiendo de la premisa “cultivar la comprensión para desarrollar la
expresión y para alcanzar la comunicación”, el profesor Hernández basó su
disertación sobre la necesaria educación literaria cuyo aprendizaje se centre
en el proceso de comprensión y de construcción expresivas con el fin de
establecer una intertextualidad entre escritor y lector concibiendo la obra
como un proceso activo y no como “un
proceso automático, sino que exige un aprendizaje y la superación de numerosos
obstáculos”.
Este
proceso hace desviar el interés del texto literario en sí hacia el proceso de
lectura partiendo de la referencia del “saber leer” como cimentación de la
escritura. La finalidad es una formación literaria “mediante ejercicios
adecuados y constantes, logremos conocer nuestro mundo interior y conectar con
los otros para evitar ese temor defensivo que, a veces, mucho tiene que ver con
el afán egocéntrico de dominio”.
Se
trata de adquirir una visión renovadora que complementa a la visión
historicista tradicional literaria expresada en las últimas teorías literarias
que enfocan su interés hacia la psicología cognitiva, la cual implica unas
estrategias que faciliten la comprensión del sentido del texto construido. Al
respecto, el profesor Hernández destacó “el practicar la actividad imaginativa
–la imaginación empática- para explorar la vida interior ajena”.
La
perspectiva de la creación literaria desde una estética surgida de la recepción
del lector, implica que la obra literaria, no acaba en su creación sino en la
concretización tras su lectura. La obra literaria, como una obra de arte, se va
constituyendo en la conciencia del lector mediante sus imágenes mentales que
actúan como correlato del texto escrito. Desde este punto cobra interés el
aspecto antropológico en el que la palabra como signo cede su protagonismo en
la especifidad de los textos literarios al contexto determinado, refiriéndose
el profesor a “nuestra capacidad de juego y empatía, ayudándonos a situarnos en
distintas posiciones sociales, en diferentes roles económicos, profesionales y
de género por los que desarrollamos la capacidad de conectar con los otros y de
entender, no sólo sus razones sino también sus sensaciones, sus sentimientos y
sus imaginaciones”.
Aurora Romero
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