Ya
acabaron las fiestas y hoy me he tomado el día libre. Es jornada de reflexión y
hay que pensar en todo lo acaecido.
Todo
comenzó el día 23 con las últimas compras para la comida navideña, colas en el
súper, colas en el tinte y colas para el ascensor. ¡Si es que hasta dentro de casa
hacían colas para el baño!
El
día 24 madrugón, si quería preparar una buena cena para todos…debía desayunar
temprano y arreglar la casa temprano, para poder almorzar temprano, y empezar a
cocinar a las 4 de la tarde el rollo mechado, el marisco cocido, el paté
glaseado, el caldo guisado y el postre al baño María. Ya estaba todo listo para
la llegada de la familia, tocaba un buen baño y ponerse elegante, aunque me
puse un delantal para calentar el caldo, la salsa y preparar la mesa.
¡Qué
bien, llegaron todos! Seis adultos y siete niños, ellos comerían en una mesa
aparte. ¡Vaya ya rompieron una copa de la cristalería buena! Que no sé por qué
no la utilizo más a menudo, total siempre la rompe algún invitado. Acabó la
cena, se despidieron todos y llegó la tranquilidad, sólo me quedaba recoger 34
platos, 54 cubiertos, 20 vasos, 5 bandejas, la vitro y el suelo de la cocina.
El
día siguiente 25, Navidad, al que se volvieron a apuntar todos para acabar con
las sobras del día anterior, pero como soy de aquella manera me parecía poca
comida y guisé un cordero. Hasta las siete duró la sobremesa, y vuelta a
recoger vajilla y todo lo demás. Como no tenía ganas de cenar, me fui pronto a
la cama ya que tenía que madrugar de nuevo para hacer de niñera con los nietos
hasta las seis de la tarde, durante toda la semana.
Hasta
que llegó el día 30 y a empezar de nuevo…con las uvas, el cava y las
campanadas. Y cuando todo parecía acabarse recordé que faltaban regalos que
encargar a los Reyes Magos, y llevar a los pequeños a la cabalgata dándose de
tortas para coger caramelos, y que al día siguiente vendrían a llenar la casa
de paquetes desenvueltos. Y no vendrían solos naturalmente, pero… ¿quién no los
invita a comer una vez que están aquí?
Pues
eso que hoy día 7 me he tomado el día libre… ¡por lo de la resaca simplemente!
Carmen
Franco Sánchez
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