15.- Claves del bienestar
El bienestar depende de que, en el balance de nuestras
acciones, las emociones positivas superen a las negativas.
En los grupos sociales sucede algo parecido a lo que ocurre con la
naturaleza física: que unos miembros están cargados de energías positivas y
otros de energías negativas. Los
primeros afirman, construyen y curan; los segundos niegan, destruyen y
enferman. Las personas positivas divisan el horizonte abierto y orientan la
marcha hacia delante. Los obstáculos y las dificultades constituyen
estimulantes alicientes para la actividad creadora. Las personas negativas, por
el contrario, se fijan en los riesgos y en los peligros del camino; los
escollos y las barreras frenan sus actividades, paralizan sus proyectos y
bloquean sus ilusiones. Los positivos encuentran varias soluciones para cada
problema; lo negativos plantean múltiples problemas a cada solución.
Mientras que algunas personas, desconfiadas, apagadas y tristes –esas que
poseen especial habilidad para captar los defectos, para identificar los fallos
y para denunciar los errores de los demás-, contagian el ambiente de desolación
y de desaliento, otras personas analizan y organizan las informaciones de
manera positiva y descubren aspectos medicinales que pueden curar. Tienen fe en
sí mismos, en los otros y en el futuro, por eso, son esperanzados,
emprendedores y generosos. Su voz, su mirada y sus gestos proyectan una sensación
de ilusión, de fuerza, de serenidad y de tranquilidad; transmiten claridad,
siempre están dispuestas a comprender, a dar, a ayudar y a regalar.
La
expresión de su rostro tranquilo nos expresa confianza, el tono de su voz nos
descubre libertad y la luz de su mirada nos revela serenidad. En la cara,
efectivamente, se concentra todo su espíritu, toda la historia vivida y todo el
tiempo por vivir. Están siempre dispuestos a aprovechar las oportunidades, a
disfrutar cada uno de los minutos, a comunicar a los acompañantes sus
sensaciones y a contagiarlos con sus emociones. Nos animan, nos estimulan y nos
hacen la vida agradable. Aunque estén en el error, nunca engañan. ¿Cuál es el
secreto de esta energía vital? La única forma de recargarnos es vivir, de alguna
manera, para los demás.
José Antonio Hernández Guerrero
1 comentario:
A veces puede ocurrir que las actitudes surgen como resultado de un aprendizaje cultural.
Es entonces cuando la persona quedó condicionada por su educación, para bien o para mal. De ahí la importancia de una buena educación en el más amplio y completo sentido de la palabra.
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