Entre el arenal de cristales rotos
y peces grisáceos
estamos nosotros.
Tus ojos verdes
se los ha comido una lisa
y mi coraza hace meses
se la llevó un cangrejo.
Ha picado mucha basura
en nuestros cebos,
hemos limpiado el paseo
para llenarlo de palabras gaseosas
que se mezclan con la humareda
amarillenta.
Hemos imaginado las cañerías
donde desembarcan los barcos
y hemos proyectado unos navíos
que sí navegan en un mar.
Nos hemos tapado la nariz.
Y es que nos perseguimos,
nos tiramos y aflojamos
como los cabos del pantalán
y nunca llegamos a hundirnos,
cetáceos moribundos de la playa.
Nos reanudamos al principio
porque nunca llegamos a concluirnos:
me he acomodado en tus rizos,
y mis versos son más físicos que nunca.
Moni Galindo
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