Me
preguntaron qué era el espacio y quede pensativo. Dijeron que no era tan
difícil dar una opinión, y pregunté: ¿de qué espacio hablamos? Pensé, en voz
alta, en un espacio que permitía la pregunta y en otro físico donde plantearla.
También que podría referirse a la relación espacio-tiempo o al espacio exterior
interestelar. O a esos espacios cerrados que a veces nos agobian y nos hacen
buscar lugares abiertos. Entonces recordé que también existen el espacio electromagnético
y el cibernético, en los cuales se desarrollan intensas y silenciosas batallas,
a menudo desapercibidas pero productoras de graves conflictos que, a veces,
degeneran en violencia. No obstante volví al principio y pensé que el espacio
ocupado por un cuerpo no lo puede ser por otro y dudé de si una idea comparte
espacio con otra o la sustituye. Callé. Ellos también.
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