Dándole
vueltas a eso de que «La
materia no se crea ni se destruye solo se transforma»,
tal cual descubrió Antoine-Laurent Lavoisier, imagino, entonces, que
nada que haya surgido habrá desaparecido, por tanto, debe de estar
ahí, gravitando por el espacio o absorbido por otra entidad que, a
su vez, desaparecerá y se incorporará de otro modo a todo cuanto
nos rodea y envuelve al universo. Es por ello que me siento
confortada al dar por hecho que cuantos seres he querido están, tal
vez, a mi alrededor, y que, de igual manera, los que nos iremos
permaneceremos. Y nuestros sueños y nuestras almas, ¿serán la
esencia de ese espacio que parece infinito?
©2017
M. Carmen Rubio Bethancourt
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