A
veces nuestro tiempo de vida
corre
desesperadamente
entre
los olvidos de reflexionar
y
la lentitud o firmezas de nuestras ideas.
Somos
esclavos de un reloj real
luchamos
cada mañana por lo inalcanzable
olvidando que son los pequeños detalles vividos
olvidando que son los pequeños detalles vividos
los
que inapreciablemente nos dan la felicidad.
Francisco Herrera López
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