56.- El primer paso
para cambiar la realidad es conocerla y asumirla
Podemos cerrar los ojos ante los objetos físicos y ante los sucesos
reales: podemos ignorarlos, olvidarlos e, incluso, negarlos; pero no está en
nuestras manos hacerlos desaparecer como si no hubieran existido. La realidad
es tozuda, irrenunciable y, cuando le somos infieles, pagamos sus graves
consecuencias de nuestro autoengaño. Por mucho que lo empujemos, el corcho
vuelve a salir a flote. No podemos hacer concesiones sobre la gravedad o sobre
la dureza de los materiales o sobre la impenetrabilidad de los cuerpos. La
realidad física y biológica tiene una naturaleza que hemos de reconocer y
aceptar humildemente: si la desconocemos o negamos, se "venga" a su
manera de nosotros con un sistema implacable de resistencias y de reacciones.
Pero tengamos en cuenta que la realidad no es sólo física y biológica: es
también humana, personal, psicológica, social e histórica. Sus estructuras son
más complejas y, por eso, más difíciles de descubrir, de definir y de precisar;
pero no por eso son menos efectivas. Y el error respecto a ellas o la falta de
respeto también los pagamos con desastres.
Algunos calvos con las pelucas o con un hábil peinado, no sólo disimulan
la carencia de pelos y simulan una gran pelambrera sino que, además, tratan de
convencernos a los demás y a ellos mismos de que gozan de una poblada
cabellera. No caen en la cuenta de que el disimulo aumenta los defectos y
exagera los excesos; pero los engaños suelen ser traicioneros. Podemos corregir
y debemos mejorar nuestra manera de ser, pero no cambiar nuestra naturaleza.
Los esfuerzos en este sentido generan frustración y tristeza. ¡Hay que ver lo
frecuente que es que los ignorantes finjamos ciencia, los torpes simulemos talento,
los "malages" aparentemos gracia, los feos presumamos de elegancia,
los perversos alardeemos de bondad, los cobardes nos jactemos de valentía, los
orgullosos nos vanagloriemos de humildad! No tenemos en cuenta que las
falsedades y las falsificaciones producen risa, pena y lástima.
José Antonio Hernández Guerrero
Nota del blog: Coincidiendo con la publicación de esta reflexión de nuestro querido José Antonio, nuestra compañera Adelaida Bordés nos ha enviado la noticia de la publicación de una entrañable y emotiva entrevista del Diario de Cádiz a nuestro profesor. Me tomo la libertad de ponerla aquí, a continuación de su artículo, para disfrute de los miembros de Club de Letras y demás seguidores de este blog. Estoy seguro de que será de vuestro agrado. Pincha en cualquiera de las dos imágenes para acceder a la entrevista
Saludos cordiales
Antonio Díaz
Antonio Díaz
Blog del Club de Letras UCA
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