57.- Estar demasiado sometidos a la
realidad pueden succionarnos la dignidad de sujetos libres
Aunque estamos de acuerdo con Salvador Giner en que las dos formas más
frecuentes de estupidez son el optimismo y el pesimismo, pensamos que se da
otra tercera actitud frente a la vida humana, probablemente más extendida en la
actualidad: el excesivo realismo. Los hombres y las mujeres de hoy estamos
atrapados por la realidad y por sus consecuencias inmediatas que abarca nuestra
vista-: sólo vemos las apariencias externas y a escasos metros, y sólo
percibimos la fachada de los hechos. Por eso, la mayoría de las veces,
concedemos a la realidad mayor importancia de la que encierra y más esperanzas de
lo que puede ofrecernos. Estar demasiado sometidos al mundo, a sus reglas, a
sus normas y a sus estructuras, y vivir acuciados por la responsabilidad y por
el miedo, a veces nos pueden succionar la dignidad de sujetos libres. Aunque es
inevitable y saludable que experimentemos la pesadez de lo real, la gravedad de
la vida y el lastre de la existencia, hemos de procurar que la realidad no nos
hunda –física, mental y éticamente- con el peso material ni con presión de la
gravedad moral.
Para lograrlo hemos de intentar integrar los objetos y los episodios de
la vida ordinaria en un proyecto global que nos proporcione unidad y coherencia,
que nos descubra lo maravilloso en lo cotidiano. Si nos contentamos con
disfrutar sólo con los sentidos, sin añadir unas gotas de imaginación, de
ilusiones, de fe, de esperanzas y, sobre todo, de amores, no podremos disimular el aburrimiento, el
fastidio y el hastío.
Empujados por cierta vocación de esclavitud, nos sometemos a las
dictaduras de una realidad que nos aburre, abruma, esclaviza, debilita,
coacciona y nos infunde miedo porque, con frecuencia otorgamos a la realidad
unos poderes tiránicos que nos mantienen en una permanente angustia. Si
pretendemos que la realidad no abuse de nosotros y que disminuya su hirientes
aristas y su cruel dureza, hemos de fortalecer nuestra subjetividad; hemos de
relativizar los hechos, jerarquizar los valores, pensar, imaginar, creer,
esperar y, sobre todo, amar.
José Antonio Hernández Guerrero
2 comentarios:
Gracias José Antonio: Al leer esta reflexión no puedo decirte otra cosa que Gracias!! No pueden ser más adecuadas estas líneas en el momento actual que nos rodea y sobre todo para los que vamos cumpliendo años y necesariamente experimentamos la realidad de perder a nuestros amigos y de sentir con tristeza esa pesadez de la que nos hablas en esta magnífica reflexión de hoy
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