La
tierra es de cualquier color
Y
la llenamos de rojo
Teñida
de sangre, a quien le importa
No
es la nuestra, estamos lejos
Y
sin embargo es sangre de color púrpura
Como
nuestras venas.
Tierra
púrpura
¿Que
pensamientos tenemos en las mentes?
Donde
está el espacio para la indiferencia
En
el dolor ajeno, ¿es nuestro dolor?
¿No
es la raza humana, un desdén, un olvido?
Un
olvido de puertas hacia dentro
No
somos paredes de hormigón
Estamos
todos en un barco que navega sin compartimentos.
Tierra
púrpura, desbandadas reales y crueles
noticias,
que se pierden al día siguiente
Se
llenan páginas y vuelve el papel a
blanquearse
Y
en medio de ellas tenemos publicidad
Que
nos ofrecen una vida mejor e idílica
Y
la tragedia está justo en la siguiente pagina.
Tierra
púrpura, no entiende de entierros
Ni
de víctimas, ni asesinatos, ni de maldades
Nosotros
somos tierra púrpura y vientos y olvidos
Y
cuando recordamos algo, fue de ayer y ya pasó
Para
que darle más vueltas
Nuestra
sonrisa a veces necesaria
Incluye
una invisible muesca
Qué
disimula y olvida el dolor ajeno
Y
nuestros vergonzosos silencios
Una
pared de tierra púrpura.
Francisco
Herrera. Marzo 2018.
1 comentario:
Hay veces que, nuestro silencio ante la barbarie y la injustica, parece sonar tan alto como nuestro olvido del día siguiente o, quizá, pueda ser como el tronido que se produce al pasar página en mitad de nuestro cansancio cotidiano, o de nuestro hábito consumado camino de la indolencia, o puede que, sean las esas prisas tan nuestras de cada día, tan, cotidianas las que nos distraigan o adormezcan o, puede que, sea el dolor de cualquier aguda impaciencia sobrevenida en mitad de un atasco camino de la compra o a la vuelta del colegio.
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