23.- El bienestar
depende de la manera imaginar la realidad para recrearla
Los seres humanos estamos dotados
de tres fuerzas extraordinariamente poderosas y, por lo tanto, notablemente
peligrosas: la imaginación, los deseos y los temores. Si las empleamos de forma
correcta, nos proporcionan beneficios y satisfacciones; si perdemos su control,
nos hacen daño y nos causan disgustos.
La imaginación es una facultad humana con la que nos representamos
mentalmente sucesos, historias o imágenes de objetos que no existen en la
realidad o que son o fueron reales pero no están presentes. Si la dirigimos y
la controlamos adecuadamente, la imaginación nos sirve para concebir proyectos,
para construir modelos de objetos y de actividades modificando y mejorando las
ya existentes y, sobre todo, organizando sus componentes de formas distintas.
También podemos utilizarla para
corregir defectos, para enmendar fallos y para perfeccionar comportamientos.
Proponiéndonos metas ilusionantes y mundos utópicos, orienta y alienta
actividades innovadoras. La imaginación
es la principal impulsora, por ejemplo, de las obras de arte originales, es el
origen de los inventos científicos y, en general, es la alentadora del progreso
económico, para el crecimiento humano individual y social. La imaginación es
una fuerza necesaria para sobrevivir, para seguir recorriendo ese camino, ese
viaje, esa aventura, esa peregrinación de la vida humana.
Pero, debido precisamente a su
extraordinaria fuerza, su empleo comporta múltiples peligros de desbordamiento,
de descontrol y de frustración. Nos puede elevar a alturas tan desorbitadas que
nos haga perder pie, nos ahogue y nos aleje peligrosamente de la realidad. Por
eso hemos de aprender a orientarla y a controlarla.
Es comprensible que frente a las
realidades dolorosas, aburridas, pesadas o monótonas -excesivamente realistas-,
a veces sucumbamos a la tentación de escaparnos hacia unos mundos ideales,
hacia unos tiempos remotos pasados o futuros y hacia unos espacios distantes
reales o imaginarios.
José Antonio Hernández Guerrero
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