La
paradoja
Una
amplia serie de los procedimientos retóricos y poéticos tienen como fundamentos
los principios de la “oposición” o el de la “repetición”. Fijaos cómo los
construimos relacionando objetos, episodios o palabras diferentes o reiterándolos
con el fin de generar diferentes efectos acústicos o intensificando sus
significados.
En
esta ocasión me refiero a las “figuras retóricas y poéticas construidas
mediante diferentes tipos de oposiciones
de palabras o de ideas diferentes. Con el uso de este recurso
expresivo los textos filosóficos, retóricos y literarios pretenden, además de
llamarnos la atención, sorprendernos y estimular nuestra la reflexión sobre la
complejidad de la realidad, hacernos reflexionar con el fin de que indaguemos o
imaginemos unos mundos posibles y, a veces, gratificantes. Entre las principales figuras destaco
La Antítesis: el empleo de palabras de
significados “opuestos”, denominadas “antónimos” -como, por ejemplo, amor/odio,
blanco/negro, grande/pequeño, claro/oscuro- o de expresiones de sentidos
contrarios como, por ejemplo, “Este avance es un pequeño paso para un hombre
pero constituye un importante adelanto para la humanidad”. La antonimia, por lo
tanto, es una variante de la figura retórica de la antítesis
La
Paradoja consiste en la unión de dos
ideas opuestas que resultan contradictorias: "al avaro, las riquezas lo
hacen más pobre".
El
Oxímoron produce contradicción e
incoherencia entre dos palabras seguidas: hielo abrasador, silencio
ensordecedor, clamoroso silencio, docta ignorancia, sociedad unipersonal.
Internet
nos ofrece una amplia selección de ejemplos de sus diferentes usos en
literatura, filosofía, religión y en el uso popular como, por ejemplo,
- “Es tan corto el amor y tan largo
el olvido”, Pablo Neruda
-
“Cuando
quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer”, Rubén Darío
-
“Solo
sé que no sé nada”, Sócrates
-
“El
corazón tiene razones que la razón no entiende”, Blaise Pascal
-
“Si
anhelas la paz, prepárate para la guerra” Publio Flavio Vegecio
-
“El
hombre occidental pierde la salud para ganar dinero y luego pierde el dinero
para recuperar su salud”. Atribuido al Dalai Lama
-
“Quien
quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la
encontrará”. Mateo 16, 25
-
“Los
últimos serán primeros y los primeros, últimos”, Mateo 20, 16
-
“El
que se haga pequeño como este niño, ése será el más grande en el Reino de los
Cielos” Mateo
18, 4
- “Eres como la Rosa de Alejandría,
que se abre de noche y se cierra de día” (refrán popular).
- “Prohibido prohibir”. Revolución de la Sorbonne, Mayo 1968
En
mi opinión, la raíz de esta fuerza expresiva reside en esa contradicción
existencial entre la vida y la muerte. La vida y la muerte forman una unidad
indivisible e invaden todo el dominio humano: la muerte puede propiciar una
nueva vida. En realidad significan dos partes complementarias de un proceso
irreversible. El nacimiento y la muerte están simultáneamente presente en cada
etapa de la existencia humana. El tiempo cumple una función aniquiladora porque
reduce el capital potencial de la vida y acorta también el horizonte de la
muerte: la vida posee un contenido mortal pero la muerte contiene un sentido
positivo porque abre y estimula la
posibilidad de vidas más intensas.
Los
amigos que tengan ganas de seguir profundizando en esto conceptos y conocer
algunas de sus aplicaciones pueden entrar, leer, releer y comentar los
siguientes trabajos:
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