Imagen: https://es.wikipedia.org/wiki/Tibulo |
Tibulo
Para Quintiliano, de los cuatro grandes poetas elegíacos romanos, Cornelio Galo, Tibulo, Propercio y Ovidio, era Tibulo tersus atque elegans maxime, “el más castizo y elegante”, (Institutio Oratoria, 10, I, 93)
Elegías, I, 10, 33-50
¿Para qué esa locura
de incitar con las guerras negra muerte?
Ya está sobre nosotros:
con paso quedo viene y a escondidas.
Abajo no hay sembrados,
ni fresca vid, sino feroz Cerbero
y el infame barquero de la laguna Éstige.
Allí, con las mejillas
vacías y quemados los cabellos.
vaga por turbios lagos
un pálido gentío.
¡Cuánto es más digno de alabanza aquél
a quien llega el cansancio
de la vejez en su pequeña choza,
junto a sus familiares!
Él va tras sus ovejas,
mientras el hijo sigue a los corderos,
y si está fatigado,
su mujer le prepara el agua tibia.
Quisiera yo también
emblanquecer con canas mi cabeza,
saberme anciano y relatar los hechos
de mi vida pasada.
Entre tanto, la paz reine en la tierra:
la blanca paz, que puso
bajo sus curvos yugos
a los bueyes que aran.
La paz colmó las vides,
y recogió los jugos de la uva,
para que, al hijo, el ánfora del padre
escanciara su vino.
Brilla en la paz la azada;
pero las tristes armas del soldado
yacen entre las sombras,
y se velan de herrumbre.
Traducción de Esteban Torre
No hay comentarios:
Publicar un comentario