Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
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miércoles, 8 de junio de 2016

Los cuentos que mi madre me contaba






Los cuentos que mi madre me contaba


Mis padres me contaban unos cuentos, que no estaban escritos en ningún libro. Sus narraciones, además de extraordinarias, tenían olor, color y sabor.

Los cuentos de mi madre eran luminosos, todo el sol de un mediodía de mayo, se encerraban en aquellas historias.

Sus fábulas, casi siempre, discurrían… alrededor de una gran mesa en medio del almijar donde la parra le daba sombra y los arriates cargaditos de flores rodeaban la casa, de pronto aparecía una alpargata, que dando un gran salto y haciendo una cabriola, se subía a la mesa y por arte de magia, aparecían unos panes blancos, crujientes y tiernos; frutas, chocolate, pasteles, miel, pollitos asados, manteca colorá, galletas, bizcochos, en fin todas las cosas buenas y exquisitas que casi yo no conocía, estaban encima del mantel. La chiquillería de la casa –que por entonces éramos nosotros, intentaba abordar aquel tesoro, atropellándose unos a otros, mientras la abuela con su delantal muy limpio y el moño muy tieso, intentaba, sin conseguirlo, poner orden en aquella tropa.

En el centro de la mesa, una gran fuente de natillas, y planeando sobre ella una mosca, que además de descarada y golosa intentaba mojar sus patitas, los niños la apartaban de un manotazo. El gato restregaba su lomo en una de las cuatro patas de la mesa mientras el pero le hacía frente ladrándole, ¡vamos que le decía con malos modos que cogiera las de Villadiego, y le dejara el terreno libre para el solo!.

El cuento duraba lo que mi madre tardaba en hacerme el peinado, pues era bastante laborioso, ya que me cubría la cabeza de tirabuzones estilo Shirley Temple, pequeña estrella de Hollywood, niña sabionda y repelente que estuvo de moda allá por los primeros años cuarenta del siglo pasado.


¡Bendita sea mi madre!, con su imaginación y cariño venía a suplir algo que en aquella época escaseaban, los alimentos.


          Consuelo Sánchez Flores

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