Club de Letras UCA (Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras)
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jueves, 2 de abril de 2020

Ulises confinado (4)




Ulises y las sirenas (cuadro de John William Waterhouse)


Fragmento del canto IV

422 Como las olas impelidas por el Céfiro se suceden en la ribera sonora, y primero se levantan en alta mar, braman después al romperse en la playa y en los promontorios, suben combándose a lo alto y escupen la espuma; así las falanges de los dánaos marchaban sucesivamente y sin interrupción al combate. Los capitanes daban órdenes a los suyos respectivos, y éstos andaban callados (no hubieras dicho que los siguieran a aquéllos tantos hombres con voz en el pecho) y temerosos de sus caudillos. En todos relucían las labradas armas de que iban revestidos. Los troyanos avanzaban también, y como muchas ovejas balan sin cesar en el establo de un hombre opulento, cuando, al serles extraída la blanca leche, oyen la voz de los corderos; de la misma manera se eleva un confuso vocerío en el vasto ejército de aquéllos.

No era igual el sonido ni el modo de hablar de todos y las lenguas se mezclaban, porque los guerreros procedían de diferentes países. A los unos los excitaba Ares; a los otros, Atenea, la de ojos de lechuza, y a entrambos pueblos, el Terror, la Fuga y la Discordia, insaciable en sus furores y hermana y compañera del homicida Ares, la cual al principio aparece pequeña y luego toca con la cabeza el cielo mientras anda sobre la tierra. Entonces la Discordia, penetrando por la muchedumbre, arrojó en medio de ella el combate funesto para todos y aumentó el afán de los guerreros.



 La Ilíada -uno de los cimientos de nuestra literatura y de nuestra cultura occidental- cuenta aquel episodio del último año de la guerra de Troya en el que Aquiles demuestra su cólera contra Agamenón, su comandante, quien le ha robado su esclava Briseida. Aquiles, tras retirarse del combate, decide regresar movido por la ira que le causó la muerte de su amigo Patroclo.


La relectura de este fragmento del canto IV (adjunto) nos ofrece la oportunidad de identificar algunos de los rasgos que han determinado su valoración como Literatura Clásica. Podemos fijarnos, por ejemplo, en la riqueza de las adjetivaciones y en la fuerza de las imágenes.


José Antonio Hernández Guerrero


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